En Sus Brazos

Sebastián

Unos meses después...

Con Lisbeth en la cárcel, casi todo volvió a la normalidad.

Lamentablemente, después de cometer el grave error de serle infiel a Abbi ya nada es igual. Ella siempre fue excelente amiga, esposa, madre y compañera ahora después de fallarle de manera tan ingrata debo de esforzarme cuatro veces más que cuando la conocí... Ya es tarde para admitir mi error, pero es de sabios reconocerlo.

No puedo culpar a nadie más, pues yo permití que esa relación extra avanzará y así le hice daño a dos mujeres que no lo merecían; primero mi Abbi quien con cautela me abrió su corazón para luego confiar plenamente en mí y, por otro lado, Lisbeth, por la cual no sentía prácticamente nada, pero de cierto modo la utilicé y le cree falsas expectativas futuras. Ya a estas alturas no puedo borrar lo sucedido, pero si puedo corregir y pensar mejor en mis acciones futuras.

Me sentí el peor hombre del mundo cuando Abbi me descubrió, fui un verdadero patán con Abbi, con mi hijo y con Lisbeth; ya para cuando me dí cuenta era bastante tarde, pues por mi culpa Abbi estuvo a solo pasos de morir, mi pequeño hijo a quedarse sin su madre y Lisbeth con la vida arruinada por su obsesión conmigo.

 Ahora mi adorada Abbi me dio otra preciada oportunidad, oportunidad que estoy cuidando y aprovechando al máximo ganando todos lo que perdí, aunque lo más difícil de recuperar es la plena confianza que mi Abbi tenía en mí. Mi esfuerzo está multiplicado y no me voy a rendir hasta lograr que mi querida Abbi esté más tranquila; voy a sonar egoísta, pero si a Lisbeth no la hubiesen atrapado no estuviera tranquilo, pues por lo menos me queda el alivio de que ella está recibiendo la atención y el tratamiento adecuado para su trastorno de personalidad posesiva.

Lo único cierto es que muchas veces tratamos de engañar a nuestro corazón, imponiendo y quitando lo que el ya decidió... El corazón no se engaña, es solo que no sabemos interpretar las señales...

- Y? Que tanto piensas Sebastián?

- Abbi! Mi amor --dejo los documentos que se suponía estaba revisando a un lado y la tomo de las manos-- Te quieres casar conmigo? --le pregunto, y es que con esta ya perdí la cuenta de cuántas veces le he pedido que vuelva a ocupar su trono y se convierta en mi esposa--

- Creo que... --ella retira sus manos y desvía la mirada-- Que hermosa vista se tiene de este lugar --dice mientras camina hacia una esquina del balcón, acomoda su cabello y se mantiene firme-- se respira aire fresco, aire fuera de cualquier contaminación...

- ¿Abbi? ¿Mi amor? ¿Porque siempre que te digo algo sobre volvernos a casar evades el tema? --mientras me abrazo a su cintura y beso su hombro--

- Yo no estoy evadiendo el tema!

- Ah! No, y entonces?

- Simplemente, creo que... --hace silencio y yo no quiero forzar su respuesta, pero me gustaría que me dijera que si-- Sebastián! No sé cómo decirte esto...

- Solo dime lo que sea, sin rodeos... --la volteo para poder mirar sus ojos, rogando en lo mas profundo de mi alma que ni este pensando en separarse de mi y terminar la relación, que poco a poco y con mucha paciencia estamos reconstruyendo--

- Ok... --baja su mirada, respira y vuelve a verme a los ojos-- No es nada fácil para mi volver a confiar plenamente en ti.

- Lo sé, amor perdón. La regué horrible, ni tú ni nuestro hijo se merecían lo que les hice pasar --beso sus manos--

- Sebastián sabes lo mucho que te amo, yo también tuve un error pues quería ser feliz y arrancarte de mi vida, pero no pude --se le escapa una lágrima, que limpio suavemente--

- Eso quedó en el pasado mi amor... Y eso fue mi culpa, yo te arrastre a esa relación, cuando ninguno de nosotros era feliz con su nueva pareja.

- Durante nuestro noviazgo y luego nuestro matrimonio... Yo siempre te fui fiel...

- Lo sé perfectamente, yo fuí quien falló.

- Estamos bien así! --me regala una linda sonrisa-- Por los momentos así me siento más cómoda, además ya nosotros hemos pasado por todas las etapas de una pareja, empezamos siendo conocidos, luego amigos, enamorados, novios, esposos, padres, divorciados y hasta de cierto modo amantes --mientras se abraza a mi nuca-- ahora nos toca vivir la etapa de novios con derechos, pero con la diferencia de que ya tenemos un hijo en común... Mejor seguimos viviendo juntos, Sí? --me sonríe y yo asiento-- Tal vez así compartimos más y nuestra relación no se vea como un compromiso de papel, quiero algo sincero, ese algo que solo nuestros corazones saben y comparten, no quiero volver a firmar un papel solo para que me llamen la señora de Bianco o solo para cambiar mi estado civil... Sebastián! Está vez quiero más respeto para nuestra relación, así que te pido que por favor no...

- Abbi! Mi amor se que me equivoqué y con eso permití que una tercera persona entrara a dañar nuestro matrimonio y lo peor fue que casi mueres en sus manos, solo porque no la supe frenar a tiempo... Abbi! Se que en estos momentos tu confianza hacia mi no es igual, pero te voy a demostrar con todo el amor que te tengo y a mí hijo que no los voy a defraudar porque estaré para ti y para él cada segundo del resto de mi vida...

El solo hecho de escuchar los temores de mi adorada Abbi me llenan de más fuerza para seguir adelante y ganarme por lo menos la mitad de lo que perdí.

Después del ataque de Lisbeth hacia Abbi, me quedé con ella cuidandola día y noche hasta que se recuperó completamente, esos días nos ayudaron a fortalecer mi relación con mi familia, convivir más con mi hijo y darme cuenta que cuidar y mantener una casa no es nada fácil, pues hacia casi todos los quehaceres, atendía a Miguel y a Abbi, y eso me ayudó a valorar el triple el trabajo del hogar... Si pudiera retroceder el tiempo, lo primero que saltaría es las relaciones extras, luego ayudaría más en casa a mi esposa, Ah! Porque eso sí no lo cambiaría por nada en el mundo, a mí esposa y a mi hijo, pero si le dedicaría más tiempo para compartir con ellos y no me entregará de lleno a trabajar y dejar a la familia de lado, es un grave error que cometemos como padres...

Cuando la persona realmente se lo propone cambia, más cuando ve su vida depender de un fino hilo... Yo Sebastián Bianco después de no fregar ni el plato donde comía, ahora lavo, plancho, cocino, acomodo la cama, baño a mi hijo, limpio la casa y hasta limpio el jardín...

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