Estefanía es una chica de 21 años la cual pierde la memoria, será el culpable de su perdida de memoria el chico que no sale de su cabeza.
Estefanía está cansada de soñar con escenas eróticas y al final descubre que eran ciertas así como también eran ciertos los sueños donde sus padres la maltrataban.
¿seran ciertos los sueños de Estefanía o solo está viviendo una realidad alterna?
NovelToon tiene autorización de guajirosqui para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
a mí no me toques
No me negaré a esta decisión tomada sin mi consentimiento, pero no sé la dejaré fácil, no lo quiero cerca de mí y mucho menos dejaré que me toque, esto es como un juego de carrusel subo y bajo, pero en algún momento tendré que parar y ahí me van a conocer, no por mi maldito apellido Daurella sino por lo que soy, la señora Estefanía de Walton... siempre seré tuya Marcos Manuel Walton Koch si te vuelvo a ver te diré en la cara que te recuerdo y todo quedará de tu parte.
Después de darme ánimos frente al espejo de mi habitación, me ducho y me arreglo nuevamente para salir en busca de trabajo.
Al salir de mi habitación me topo con una sirvienta que intenta persuadirme para que no salga, pero fácilmente me libro de ella y salgo de la mansión en el primer coche que vi con las llaves adentro, estuve todo el día fuera repartiendo currículums y luego pase a una heladería, así pase una tarde tranquila.
Al llegar a casa parqueo el carro y entro a la mansión notando que estaba muy silenciosa y oscura, además de que esta vez nadie me recibió con preguntas de, ¿qué necesito?
Cuando me acerco a la sala intentando encontrar el interruptor para poder ver, pero antes de poder encontrarlo escuchó una voz fuerte proveniente del sofá.
Ricardo: ¿Dónde carajos estabas?
Me asusté demasiado al escucharlo que casi me caigo.
Estefanía: Ese no es tu problema.
Ricardo: ¿Saliste temprano, además en mi coche, llegas a estas horas y todavía tienes el descaro de decir que no es mi problema saber donde estaba mi esposa?
Estefanía: no soy tu esposa.
Ricardo: tu mamá me notifico que estabas de acuerdo no veo por qué dices que no es así entonces
Estefanía: lo que diga un papel solo será cierto para los demás, para mí no dejaras de ser un puto inepto
Ricardo: ¡ten cuidado por como me hablas!
Estefanía: no me grites.
En ese momento Ricardo aprovecho que yo no podía ver del todo bien para empujarme al sofá y mantenerme presionada muy fuerte... tengo algo de miedo, Pero tengo mucho más coraje, ya se está pasando.
Ricardo: ¿Dónde estabas?
Estefanía: Entregando mi currículum
Ricardo: No tienes que hacer eso, tú eres mi esposa y no tienes por qué trabajar, no te hace falta nada.
Estefanía: No aceptaré ni un puto peso de tu parte, ni por qué me esté retorciendo del hambre.
Ricardo: Me estás haciendo enojar, Estefanía
Estefanía: Si supieras lo que eso me importa no estarías haciendo esto.
Ricardo: ¿por qué tienes que ser tan necia? Así no llegaremos a ningún lado.
Estefanía: eso suena perfecto para mí.
En ese momento pude distinguir en medio de la oscuridad como Ricardo se levantó dejándome de presionar y luego me cogió por el brazo haciendo un poco de fuerza para pegarme a él.
Ricardo: Tú eres mía.
En ese momento me beso y al mismo tiempo me estaba tocando los senos.
Estefanía: ¡déjame!
Ricardo: Yo no quiero dejarte y tú eres mi mujer así que debes satisfacerme cuando y como yo te lo pida.
En ese momento tomé con mis manos sus huevos y los apreté tan fuerte hasta que él me soltó y luego le di una cachetada que hizo que volteara de inmediato cubriendo su mejilla.
Estefanía: ¡No me toques maldito! Déjame dejarte unas cosas en claro, tú y yo no somos nada más que un compromiso del cual yo no fui consciente, yo no te amo ni tú a mí, yo seré independiente y tú no te meterás en mis cosas ni en mi vida, no opinaras sobre mis decisiones y sobre todo no me tocaras ni un pelo mientras yo no este de acuerdo, si no rompes esas reglas te juro que todo estará bien, pero si haces algo de eso te juro que serás pobre en un minuto y todo lo que has construido se esfumara solo por querer tenerme.
Ricardo: Eres una maldita ¡¿cómo coño piensas que estaré toda la vida sin una mujer entre mis brazos?! ¿De verdad eres tan poca cosa como para ni siquiera poder complacer a un hombre?
Estefanía: Dejame decirte que no es que no pueda, es que no me provocas y si te antoja te puedes revolcar con todas las putas de Brasil, pero a mí no me toques.
Estefanía: