Memorias Del Corazón

Tabita.

Al despertar estaba en enfermería, observe a mi alrededor y note que tenía un suero conectado a mi brazo, me levante hasta acomodarme quedando mis pies colgando de la camilla.

Suspire de solo recordar todo lo que vi siendo exactamente como mis sueños recurrentes, pero lo que más me impactaba, era que ese caballero qué a pesar de todo jamás vi su rostro hasta ahora siendo tan parecido a mi profesor de historia.

Todo era tan enredado y confuso qué jamás lograría entender o descifrar el significado de estos sueños, pero sobre todo entender por qué el tan marcado parecido del hombre que he soñado por meses y mi profesor que tengo poco de conocerlo...

Aún estaba pensando las cosas cuando la puerta se abrió y por ella entró la enfermera y junto a ella el profesor Magnus quien solo me veía fijamente.

— ¿ya se siente mejor señorita? — asentí mientras se acercaba— le quitaré el suero, se descompensó y esto sirve para recuperarse más rápido.

— gracias— solo pude decir eso, ella al verme me sonrió mientras negaba.

— es mi trabajo señorita, pero a quien debe agradecer es al profesor Landvik, el fue quien la trajo aquí — asentí de nuevo bajando mi vista al suelo.

Pero en ningún momento dejé de sentir su mirada penetrante y eso causaba nuevamente ese nerviosismo inexplicable.

La enfermera terminó de retirarme la aguja, puso un pequeño parche en mi antebrazo, iba a bajar cuando sentí sus manos tocar mis brazos recorriendo mi piel hasta llegar a mi cintura.

— ¿te sientes con fuerzas suficientes para caminar? — levante mi vista y lo tenía a solo milímetros de mi, asentí muy nerviosa y sutilmente me zafe de su agarre.

Camine hacia la puerta y salí a paso lento por seguridad, mientras que él venía tras de mi, para la hora que era había menos afluencia de alumnos, salí de la universidad e iba a tomar un taxi, ya que aún no me sentía del todo bien para regresarme en mi bicicleta.

Camine hasta la esquina e iba a hacerle la parada a un auto cuando frente a mi se detuvo ese auto color negro, ese mismo que hizo que conociera a su dueño.

Bajo de su auto y abrió la puerta del acompañante— ¿puedo llevarte?, aquí está muy solo y me doy cuenta de que aún no estás bien.

Pase saliva y en modo automático solo asentí, subí a su auto, al subir él, de inmediato arranco avanzando entre las hermosas calles.

Al esperar el cambio de luz en el crucero, giro a verme por unos segundos, esos mismos segundos que provocaron que mi respiración se pausara inmediatamente.

— Tabita, necesitamos hablar, ¿puedes ahora? —y como si mi voz me hubiera abandonado nuevamente asentí ante su pregunta— gracias.

Ladeo sus labios mostrándome una pequeña sonrisa, giro su cabeza hacia el frente y ya no dijo una palabra más siendo el camino demasiado silencioso y un poco abrumador.

Media hora después llegamos a un edificio muy bonito y lujoso por su ostentosa apariencia, parqueamos en el subterráneo, subimos el ascensor y mientras subíamos cada piso él solo me observaba, barriendo su oceánica mirada de arriba abajo y con eso estaba desnudando mi alma prácticamente.

El ascensor abrió y salimos a un amplio pasillo donde había solo tres puertas, dos estaban a los costados y al fondo estaba la puerta por donde estábamos entrando.

Al cruzar el enorme marco de la puerta me quedé sin habla al ver su interior, observe a todas direcciones y al dar vuelta lo tenía frente a mi.

— pasemos a la sala— y sin pensar pose mi mano sobre la de él quien solo me condujo a un enorme sofá de cuatro plazas.

Me senté y él hizo lo mismo junto a mi, volvió a suspirar hasta que me volteo a ver.

— Tabita, dime una cosa, ¿Has tenido sueños extraños sobre dos personas que lucharon en la época antigua?.

Abrí mis ojos, pero asentí ante su pregunta, pase saliva, tome el suficiente aire para poder hablar e ir directo a lo que él quiere decirme.

— profesor Magnus— al llamarlo así, me vio directo a los ojos mientras alzaba su ceja izquierda— seré directa y muy honesta con usted, no se a que viene su pregunta pero siendo sincera he tenido sueños muy extraños y recurrentes sobre un mismo escenario, pero lo que no logro entender es que alguien semejante a usted aparece en el.

Ladeo sus labios mostrando una muy linda sonrisa, suspiro mientras hacia una mueca chistosa, volvió su vista hacia mi, tomo mis manos y las apretó ligeramente.

— has escuchado sobre el encuentro de vidas pasadas o reencarnaciones— abrí mis ojos y asentí.

— si lo he escuchado, aunque la ciencia determina que eso no puede pasar.

— pero los es, y esos sueños extraños como tu los llamas, es tu vida pasada y yo soy parte de ell... — negué soltándome de sus manos, me levanté y retrocedí—sé que es difícil de creer, pero no miento y tu te llegaste a llamar Athena y mi nombre fue Galt, el dueño de tu corazón.

— eso, eso que dice es mentira, es, es una enorme locura— seguí retrocediendo y él se iba a acercar— deténgase, no se me acerque, solo, solo déjeme en paz.

Y salí de su departamento, bajé en el ascensor, mis nervios estaban palpables, mis manos temblaban al igual que mis piernas al dar cada paso.

Al salir del edificio tomé un taxi para regresar a mi casa y al alejarme nuevamente e inexplicablemente una lágrima bajaba por mi mejilla, al limpiarla aparecieron más de esas pequeñas gotas saladas mojando mis mejillas.

Al llegar a casa solo entre y sin mirar, subí las escaleras hasta entrar a mi habitación, tirándome en mi cama, me envolví en sábanas y cerré mis ojos, solo quería dormir y no pensar por ahora.

La puerta se escucho y al abrir los ojos mi madre estaba sentada junto a mi, sonriendo y mostrando esa bella calidez.

— hola mi princesa, ¿paso algo?— asentí y nuevamente las lágrimas salieron— ¿quieres hablarlo?.

— aún no ma, es algo que me tiene muy confundida, pero prometo que te lo diré cuando esté lista— ella asintió mientras acariciaba mi rostro.

— tranquila, solo medita lo sucedido y yo estaré aquí para brindarte mi ayuda— asentí, mi madre me dejo un beso en mi frente y se levantó— te amo.

Y solo salió de mi habitación, el resto del día estuve en mi habitación; los días siguientes me ausente, no quería encontrarme con él, aun mi mente estaba hecha nudo y lo que necesitaba primero es aclarar y entender por qué de esos sueños y de mi supuesta vida pasada.