La Maldición Del Lobo

...En la oscuridad más profunda, la luz de la esperanza brilla con más fuerza....

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Bellatrix:

Me subí a la troca junto a Zoe, quien estaba exhausta, habiendo gastado todas sus energías en la jornada.

Su cansancio me arrancó una risa mientras arrancaba el motor y las calles oscuras se deslizaban más allá de la ventana.

Al llegar a mi hotel, aparqué la troca en el garaje con cuidado, bajé y ayudé a Zoe a descender.

Cerramos la puerta del garaje tras nosotras y tomé su mano, guiándola a través del hotel hasta su habitación.

Al despedirme, deposité un beso en su mejilla.

\_\_*Gracias por todo, Mami, \_\_murmuró Zoe, su gratitud iluminando su rostro cansado*.

Asentí, llenándola de besos. __Eres mi pequeña, y siempre estaré aquí para ti, __le aseguré, y su sonrisa fue el mejor regalo de la noche.

Salí de la habitación y caminé por los pasillos en busca de Chiara.

Al verla, le hice señas para que se acercara.

\_\_*Deben quedarse aquí mientras yo me voy a la misión, \_\_le expliqué. La conversación se extendió, conmigo enfatizando que iría sola, que era algo que debía hacer*.

Con un gesto solemne, saqué una pulsera que había preparado.

Era de cuero negro, con incrustaciones de piedras que brillarían intensamente al menor indicio de peligro.

\_\_*Si algo me llega a pasar, o si algo malo sucede, esta pulsera brillará de un rojo fuerte, \_\_le dije, pasándosela\_\_. Quiero que protejan a Zoe y se queden aquí. Sean mejores que yo, y si me pasa algo, no vayan solas, siempre en manada, como les he enseñado. \_\_le digo con una sonrisa*.

Chiara asintió, sus ojos reflejando la seriedad de la situación.

\_\_*Y nunca dejen sola a Zoe, \_\_continué\_\_. Siento que hay algo que ella no me quiere decir, pero debe ser fuerte. Así que cuídenla muy bien. \_\_La abracé suavemente, y Chiara me devolvió el abrazo con una promesa silenciosa de cumplir con cada palabra*.

Suspiré suavemente, dejando que Chiara continuara su camino, y me dirigí a mi habitación.

Me quité los tacones y me desplomé en la cama, aún vestida con el elegante atuendo que cargaba.

A pesar del cansancio, mi cuerpo permanecía en alerta, listo para cualquier eventualidad.

Las horas transcurrieron en calma hasta que el insistente sonido de mi celular rompió el silencio.

Abrí los ojos, frustrada por la interrupción.

Eran las 6:00 a.m., la alarma marcaba el inicio de un nuevo día.

Con un suspiro, me levanté y coloqué los tacones en su lugar.

Me dirigí a la bañera, deshaciéndome de mi ropa y sumergiéndome en el agua tibia.

Los jabones y champús que seleccioné eran de esencias exóticas, liberando un aroma dulce que se mezclaba con el vapor, creando una atmósfera de serenidad.

Una vez satisfecha, me enjuagué y me envolví en una toalla, buscando en mi armario la ropa adecuada para el día.

En un movimiento fluido, me vestí con una precisión casi militar.

Las correas de mi atuendo se ajustaban alrededor de mis hombros y cintura, cada pieza encajando perfectamente.

Mi cabello azul, ahora libre, caía sobre mi espalda, y lo recogí en una cola alta, añadiendo un toque de determinación a mi aspecto.

Me calzé unos tenis negros, prácticos y sin pretensiones.

Foto del traje:

Antes de salir, apliqué una crema con fragancia de vainilla sobre mi piel, seguida de unas gotas de perfume dulce, que dejaban un rastro hipnótico a mi paso.

Luego, busqué en mis cajones una caja especial, de madera oscura con incrustaciones de nácar que reflejaban la luz con sutileza.

Dentro, reposaba un collar con un colgante en forma de cruz, de un negro profundo que absorbía la luz. __Perfecto, __murmuré, colocándome la pieza con reverencia.

Con la mascarilla cubriendo parte de mi rostro, entré en la habitación de Zoe.

El tigre bebé dormía plácidamente a su lado.

Con cuidado, bajé la mascarilla y dejé un beso en la frente de Zoe, una promesa silenciosa de protección.

Al bajar la escalera del hotel, mis guardaespaldas me recibieron con abrazos reconfortantes.

\_\_*Eres nuestra líder, la más valiente, \_\_me dijeron con una sonrisa\_\_. Volverás victoriosa, como siempre. \_\_Sus palabras eran el aliento que necesitaba para enfrentar lo que venía, un recordatorio de la fuerza que residía en la unidad y la lealtad*.

Sonreí, aunque sabía que esa sonrisa no reflejaba verdadero ánimo.

Decidí caminar hasta la base militar; una vez allí, me encontré con Sabina, la loca de la guerra.

Vestía un traje de combate ajustado, negro como la noche, con múltiples bolsillos secretos y un cinturón repleto de gadgets.

Su mirada era fiera, lista para la batalla.

Traté de no hacer malas caras y me alejé un poco hasta que los soldados arrancaron sus autos.

Me subí en el primero y nos dirigimos hacia la residencia del capo, un campo lujoso rodeado de seguridad avanzada.

\_\_*Mierda, ¿cómo se supone que vamos a entrar? \_\_dije, y los soldados se detuvieron, bajándose y agrupándose mientras Sabina se acercaba a ellos*.

Sabina tomó el mando.

\_\_*Un grupo irá por la derecha, otro por la izquierda, y tú, Bellatrix, irás por la parte trasera. Yo iré por la delantera, \_\_ordenó*.

Levanté una ceja, pero decidí seguir el plan.

Me moví entre la maleza con habilidad, saqué mi arma y una daga, mientras los balazos resonaban por todos lados.

Sin embargo, algo en el suelo captó mi atención.

Una serpiente estaba enroscada en mi tobillo, impidiéndome moverme.

Un pájaro aleteaba a mi alrededor.

\_\_¿*Pero qué les pasa, pequeños? Déjenme avanzar, \_\_dije con amabilidad, pero no se movían*.

(¿Me estarían queriendo decir algo? ¿Una advertencia? ¿Un presagio?) En el mundo del espionaje, incluso los animales podían ser mensajeros de secretos ocultos.

No entendía qué les pasaba a estas hermosas criaturas, pero aproveché su distracción para correr hacia una estructura que parecía una fábrica.

Al entrar, me encontré en un espacio amplio, con estantes que llegaban hasta el techo, cada uno cargado con paquetes de sustancias ilícitas.

\_\_¿*Qué carajos? \_\_murmuré, escaneando la habitación hasta que una sombra se movió*.

Era el capo, pero de repente cayó al suelo.

Me acerqué rápidamente y vi un dardo clavado en su cuello.

\_\_¿*Qué mierdas está pasando aquí? \_\_pensé, alarmada*.

De repente, una lata cayó al suelo y comenzó a emitir un humo transparente y denso.

Tosí, tratando de abrir la puerta por donde había entrado el capo, pero estaba cerrada.

Me cubrí la boca con el cuello de mi camisa, pero el aire se volvía cada vez más asfixiante.

Intenté regresar por la otra puerta, pero mis ojos se cerraban y mi cuerpo no respondía.

\_\_*Solo duerme, cariño, \_\_escuché una voz gruesa desde una esquina*.

Intenté enfocar mi vista, pero todo era borroso, así que disparé al azar, sin éxito.

\_\_*Mierda, \_\_gruñí, mientras la figura se acercaba y me quitaba el arma*.

Comenzamos a pelear; mis movimientos de artes marciales eran lentos debido a la debilidad que invadía mi cuerpo.

Cada golpe que intentaba asestar era torpe y fácil de esquivar.

En un movimiento en falso, la figura me lanzó al suelo.

Con la rodilla del sujeto presionando mi espalda, luché con las pocas fuerzas que me quedaban, pero era inútil.

\_\_¡*Suéltame, rata de alcantarilla! \_\_gruñí, sacudiéndome violentamente*.

\_\_¡*Cobarde de mierda, solo puedes atacar durmiendo a la gente con esas sustancias, pobre perro! \_\_grité, pero al final, todo se volvió oscuro y caí en un sueño profundo*.

Tras ese sueño, todo a mi alrededor se volvió negro.

Abrí los ojos y miré a todos lados; todo era oscuridad.

De repente, todo comenzó a hacerse blanco.

\_\_*Mierda, ¿me morí? \_\_dije alarmada, caminando por el lugar confundida\_\_. Tan rápido me morí, me morí joven y hermosa, \_\_dije con sarcasmo. Luego escuché una voz*.

\_\_¿*Dios? \_\_pregunté al azar\_\_. Mira, sé que cometí muchos pecados y que he sido muy cruel con todo el mundo, pero una segunda oportunidad no me caería mal, diosito, por favorcito, tengo una hija a quien cuidar, \_\_dije mientras me dirigía hacia la voz*.

\_\_*Estás loca, muñeca, no soy Dios. ¿Qué te pasó y cómo carajos lograste comunicarte conmigo? \_\_dijo la voz acercándose a mí, y allí logré ver que era Matteo*.

\_\_*Fiu, al menos no eres Dios. Pensé que estaba muerta. Entonces, si no estoy muerta, ¿cómo carajos estoy aquí y no sé cómo llegué aquí? \_\_dije más confundida de lo que estaba mientras Matteo se acercaba a mí y acariciaba mi mejilla*.

\_\_*Tonta, no estás muerta, pero es demasiado raro, eso solo pasa con... \_\_se quedó callado, pero luego sacudió la cabeza*.

\_\_*Estás en peligro, dime dónde estás, muñe... \_\_fue lo último que logré escuchar cuando sentí que mi cuerpo temblaba, haciéndome despertar en la realidad*.

Sacudí mi cabeza, abriendo los ojos débilmente mientras mis muñecas y pies estaban amarrados con cadenas.

Eran cadenas especiales, forjadas con un metal oscuro y frío al tacto, diseñadas para privar el poder de una bruja, haciéndola débil e inútil.

Moví mis manos intentando congelar las cadenas, pero no salió nada.

\_\_¿*Qué carajos? \_\_murmuré, sintiendo cómo la magia que solía fluir a través de mí se había extinguido, dejándome atrapada y sin opciones*.

Me moví bruscamente, sintiendo cómo el agua fría empapaba mi piel.

Levanté la vista y allí estaba Sabina, con una sonrisa burlona en su rostro.

\_\_¿*Y tú qué? \_\_dije con un tono amargo*.

Ella se rió y abrió la puerta, por la que entró una figura alta.

Mi vista aún estaba nublada, no podía distinguirlo bien, pero tal vez por la voz...

\_\_*Veamos, miserable, sea lo que sea que planeas, deja este jueguito que no se te da bien, \_\_gruñí, pero esa figura solo se rió*.

\_\_*Eras mi objetivo, el capo solo fue una distracción, \_\_dijo la voz, pero no podía saber quién era. Era extraño todo esto*.

\_\_*Era su objetivo, ¿eh? Claro, soy hermosa a tal punto que me quieren tener atada como estatua. Qué hermoso, \_\_dije con sarcasmo*.

Sin embargo, Sabina se rió. __Eres muy tonta, Bellatrix. Eres una presa muy fácil, __dijo ella, y yo reí suavemente.

\_\_*Es al revés la fácil sos voz, tú eres una presa muy fácil de agarrar. A mí me agarraron porque fueron unos cobardes en tirar esa estúpida lata, porque sabían que así nomás no podían, pobre perra, \_\_dije, y ella se quedó callada*.

Obviamente, era una zorra que solo atacaba por la espalda porque de frente se caga.

\_\_*Entonces, ¿mataron a los soldados? \_\_pregunté*.

\_\_*En realidad, Sabina se encargó de llevar al capo a los soldados y dijo que tú te habías ido lejos persiguiendo otro enemigo. Nuestro plan era tú. Ya teníamos al capo a nuestra merced, solo faltaba que tú llegaras para atraparte, \_\_dijo*, *y ahora me daba cuenta de algo: si Sabina estaba con este, es porque se conocen*.

Sacudí la cabeza para quitar el agua restante de mi cara y vi bien.

\_\_*Ezekiel, eres un puto cobarde, te mataré, \_\_dije, acercándome un poco a él*.

\_\_*Te haré pagar por lo que hiciste a Morgan, \_\_dije con un gruñido, pero él se levantó y agarró mi cuello*.

\_\_*Me encantaría ver cómo lo haces, bruja, \_\_me dijo riendo, para luego rasguñarme mi preciosa piel*.

\_\_*Te haré exactamente lo mismo que le he hecho a todas las brujas, \_\_me dijo* *mientras pasaba algo por mi espalda, pero mierda, cómo quemaba*.

Aprieto mis manos, soportando el dolor.

No me va a escuchar suplicar, mucho menos gritar.

Nadie, ni él, va a disfrutar de mis gritos.

Estoy atrapada, (mi Zoe, lo siento) , pensé antes de que mi cuerpo se volviera a echar al abismo, quedando inconsciente otra vez.

Narración de Zoe:

Me levanté con un dolor agudo en mi muñeca, justo donde se encontraba el símbolo que representaba la unión con mi madre adoptiva.

Sin perder tiempo, corrí al baño.

Los jabones que usé eran de aloe y camomila, conocidos por sus propiedades para aclarar y suavizar la piel, dejando un rastro de frescura y pureza.

Una vez limpia, seleccioné mi ropa con cuidado: una camisa roja de tirantes ajustables que resaltaba mi determinación, y unos leggings negros adornados con cadenas que tintineaban con cada movimiento, como un recordatorio del peligro que siempre acechaba.

Calzaba tenis rojos, listos para cualquier huida o enfrentamiento.

Me recogí el cabello en un moño alto, dejando caer dos mechones que enmarcaban mi rostro con rebeldía.

Antes de salir, me apliqué un perfume de frutas, cuyo aroma dulce y jugoso contrastaba con la gravedad del momento.

Estaba a punto de abrir la puerta de mi habitación cuando un dolor lacerante se apoderó de mi espalda, y el dolor en mi muñeca se intensificó.

Cubrí mi boca para no gritar; ese dolor era una señal inequívoca de que mamá estaba en peligro.

Salí tambaleándome de mi habitación y bajé las escaleras.

Lo primero que noté fue la ausencia de los guardaespaldas masculinos; solo quedaban las chicas, algunas haciendo llamadas apresuradas y otras hojeando archivos con miradas cargadas de preocupación y desesperación.

\_\_*Díganme que mamá está bien, por favor, \_\_imploré, y Isabella y Camilla me miraron con una expresión que no supe interpretar, provocando que las lágrimas cayeran por mis mejillas*.

\_\_*Díganme que no está muerta, por favor, \_\_supliqué, y ellas me abrazaron con fuerza*.

\_\_*No, pequeña, ella está viva. Si algo sé, es que tu madre siempre encuentra una solución a todo. Estamos buscándola y la traeremos de vuelta, \_\_dijo Isabella, apretándome más fuerte contra ella*.

\_\_*Por favor, mamá, sé fuerte. No quiero que me dejes sola, \_\_murmuré, aferrándome a la esperanza y al amor que nos unía*.