El Romance Prohibido Del Emperador

Con esos pensamientos en mente, la joven siguió caminando hasta donde sería la cena, y cuando estuvo allí tomó su lugar al lado de su padre, y por su mala suerte, Romeo se sentó a su lado.

Ella quería darle una lección a ese atrevido, pero teme hacer un escándalo, por eso, en cuanto tomó asiento, miro fijo a los ojos a Romeo y luego, mediante el enlace mental que Hera tiene con Amón, le dijo.

“Si te pasas conmigo en público te rompo la madre” dice ella enojada y Romeo solo le da una sonrisa encantadora, y actúa como si no le escuchara nada, pues el hecho de que ella le diga que no se pase en público, no significa que en privado, no meta una manita por aquí y otra por allá.

***

Por orden de la duquesa, las doncellas comenzaron a servir todo, y cuando fue la hora de comer, todos comían, pero en el comedor, pasaba una situación un poco complicada.

Resulta, que Romeo estaba llenado con provisiones el plato de Abigaíl, y la cara de ella estaba roja como un tomate, todos ya se imaginan la situación.

La cara del duque lo deja claro, pues este tiene una cara, demasiado terrorífica.

Para aliviar la tensión, la duquesa propuso hacer un brindis antes de que la cena terminara en una tragedia, pues por la cara de perro que se carga su esposo, teme que en cualquier momento se le vaya encima al emperador y haga un escándalo monumental.

Los sirvientes pasaron con el vino, y un montón de copas, y eso incluye al sirviente que contrató Sofía para hacer su jugada.

Romeo como intuía que algo así pasaría, cuando llenaron la copa de vino de Abigaíl, sin que nadie se lo espere, se la quito del frente y se la tomó el de un solo sorbo, cosa que hizo que Sofía termine por salir de dónde está, ya que sus planes se vieron abajo, puesto que esa copa tenía todo lo que compro en el mercado negro, y como ha intentado el mismo truco con Romeo, pues todo es inútil y sabe que nada está noche le saldrá bien.

Ella está dispuesta a dañarle la noche a Abigaíl y pese a las advertencias de su padre salió y dijo.

—¡Oh vaya!, mi familia está de fiesta y no nos invitaron ni a mí ni a mi padre — dice ella con sarcasmo y el duque se pone de pie para hablar, pero su hija se le adelantó.

—Prima, es que en mi familia no se aceptan las personas vulgares, eso dañaría el buen nombre de mis ancestros — dice ella con cara de burla, Sofía ante eso dice para causar vergüenza.

—¿No es ese Romeo tu cuñado?— dice y todos comienzan a murmurar sobre la situación, pues se nota que ambos otra vez retomaron su relación, y eso es mal visto, ya que son cuñados, todos dejaron de comer solo para ver qué pasa, pues de aquí puede salir un buen chisme.

Romeo perdió la paciencia, y allí mismo fuerte y claro declaró lo que aún solamente se sabía únicamente en la mansión Lombardi.

—¿Acaso tienes problemas con que yo esté aquí? La señorita Abigaíl Lombardi es mi segunda oportunidad de amor, es mi pareja destinada y yo como su pareja, tengo el derecho de estar en dónde está — dice Romeo con desagrado, todos al escuchar esa declaración, dejaron respirar por unos minutos y tenían los ojos abiertos hasta más no poder, Sofía no era la excepción.

Ella aún no cree lo que acaba de escuchar, pues tal cosa es algo imposible, por esa razón ella pregunta.

—¿Dijo usted que está tonta es su destinada?— dice ella con indiferencia y en esta ocasión la que habla es Abigaíl.

—Ya lo escuchaste, ahora lárgate de mi presencia, lo que pase bajo mi techo, no es asunto tuyo, ya suficiente tengo de ti, ya suficiente daño me has hecho— dice ella haciendo recordar lo que Sofía le ha hecho en el pasado, todos dejaron de hablar de Abigaíl y empezaron a hablar lo mala que es Sofía y ella deseaba salir corriendo, pues lo que ha hecho, es algo imperdonable.

Cuándo se dispuso a correr, dieron la 9 en puntos y un montón de hombres con capuchas entraron en la mansión e irrumpieron en dónde estaban todos reunidos, esos hombres al entrar empezaron a causar alboroto, rompiendo mesas y amenazando a todos allí con sus armas.

Abigaíl al ver eso, tomó pose de pelea y dijo.

—Que el que no sepa pelear se aparte — dice y los que saben pelear se ponen a su lado, los demás se apartaron, pues no tienen ningún conocimiento sobre pelea.

Entre esas personas que saben pelear estaban los duques, pues ellos saben usar una espada y no son personas comunes.

Romeo estaba al lado de Abigaíl y Sofía al ser una inútil estaba tirada en un rincón llorando, pues estaba asustada hasta más no poder, ella no sabe de dónde llegaron esas personas extrañas.

Romeo dejó salir su magia oscura, y todos menos Abigaíl y su familia se alejaron de su lado, pues los demás temen ser alcanzados por ella.

—Abi aléjate, puede que mi magia te haga daño— dice él y ella lo mira con una cara seria y dice.

—Nada de eso, no tengo miedo— dice y el hombre solo sonríe, pues parece que su amor es más valiente de lo que él cree.

Cuándo dejó de sonreír, él invoca a sus cuervos, y estos entraron a la mansión, pues la tenían rodeada.

Una niebla oscura salía de Romeo, y esa niebla se fue en dirección a los mercenarios, quienes estaban asustados, de saber que el emperador estaría ahí, ellos no habrían sido tan tontos como para aceptar un trabajo así, pues esto es una misión suicida.

En cuanto a Romeo, sus bellos ojos azules se pusieron amarillo, en claras señales de que Amón está al control, ya que este teme que algo le pase a su amada destinada. Estando de esta forma, sus sentidos son más agudos.

Los mercenarios entre la niebla quisieron huir, pero los cuervos tomaron apariencia de hombres y empezaron a atacarlos sin compasión.

Los gritos de esos hombres eran horribles, y más que por la niebla no sabían a dónde ir.

Los duques al ver la situación controlada, dejaron a su hija al lado del emperador y se fueron a dónde estaban los nobles, y con ayuda de los sirvientes, los llevaron lejos de ahí, por si la cosa se sale de control, ellos no salgan lastimados.

Con Abigaíl

—¿Oye tú, no me dejarás pelear?—preguntó ella enojada, ya que deseaba ayudar en la pelea.

—Cachorrita, no te dejaré pelear es peligro — dice Amón con una voz tierna, cosa que hizo que ella se sonroje.

—Bueno— dice ella y solo se limita a ver.

Una hora después.

Los gritos de los hombres se dejan de escuchar, pues todos ellos habían muerto a manos de los cuervos, muerto de una manera aterradora, pues los hombres cuervos le hicieron heridas por todas partes, heridas que ni me atrevo a mencionar.

Amón en esos momentos le cedió el control a Romeo, pues la amenaza ya está exterminada.

Uno de los cuervos llegó a Romeo y este traía consigo a Arturo, quien estaba desmayado. Pues el hombre, al verse perdido, intentó escaparse a escondidas, pero uno de los cuervos del emperador, lo atrapó y también noqueó, para que no de ningún problema.

En cuanto a Sofía, ella al ver la situación sintió tanto miedo que también se desmayó. Ella también fue tomada por unos de esos hombres cuervos.

—Lleven a este traidor y a su hija al calabozo del palacio, tengo cuentas qué ajustar con ellos. Y el resto, saquen a estos cuerpos de aquí, denle sepultura — dice Romeo y Abigaíl habla.

—Este... Empe… digo Romeo, ¿no es mejor quemar esos cadáveres, y así no contaminar la tierra con semejantes delincuentes? — dice ella tímida y él entiende, parece que esa traviesa quiere usar su elemento de fuego.

—Bien, que estos muertos sean llevados al bosque del palacio — dice él y los cuervos rápidamente toman los cuerpos de los hombres muertos y los teletrasportaron al bosque del palacio.

Mientras que Sofía y su padre fueron llevados al calabozo, allí tendrían una “bella velada”

*******Nota

Cuándo digo que los cuervos se teletransportaron, hablo que ellos lo hicieron como Odin, hacen un remolino de cuervos y desaparecen y aparecen en dónde se les mando😅

Por el momento es todo lo que les tengo, tengan todos un lindo fin de semana. No olviden dejar su me gusta.

Nos vemos el lunes, si Dios quiere.