Cristine tenía una hermana menor, ellas vivieron algunos años en un orfanato y al final fueron adoptadas por separado. A ambas niñas las adoptaron familias con buen estatus en la sociedad, pero el destino les tenía caminos diferentes. Cristine siempre fue la mejor en todo, enorgullecía a su familia siempre. Al morir sus padres, ella siendo única hija terminó heredando toda la fortuna y por fin pudo buscar a su hermana, con quién perdió contacto cuando las adoptaron. Al dar con su hermana, se llevó una gran sorpresa, pues la vida de ésta no había sido tan buena, intentó reunirse con ella, pero en el camino tuvo un accidente y murió.
Ahora Cristine a reencarnado en el cuerpo de su hermana que yacía sin alma desde un tiempo atrás estando en un hospital.
Ella tendrá que averiguar lo que le sucedió a su hermana y hacer pagar a los culpables. En el transcurso intentará ser feliz y caminar sobre un camino con muchas curvas, su vida estará llena de altibajos.
¿Podrá ser feliz?
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Sentimiento reconocido.
—Señorita Clarissa, en una semana la darán de alta del hospital, pero el señor Smith comentó que quizás quiera quedarse en su casa. ¿Qué hará usted?— entra Carl a mi habitación y me pregunta sobre mis planes
—Iré a casa, contigo como siempre. Seguiremos trabajando y cuidaremos de Tomás hasta que despierte. No necesitamos ayuda del señor Smith— le digo, es claro que para mí sería mejor no verlo. Me duele mucho más su presencia que su ausencia.
—Muy bien señorita, le informaré sobre su decisión—
Sale de la habitación y me quedo sola nuevamente.
Pasaron los días y Michael al parecer hizo lo que tenía que hacer, castigó al culpable del accidente donde perdí a mi bebé. Lo supe después de ver las noticias, cuando en un par de días, encontraron a Francisco y su esposa sin vida, al parecer fueron torturados hasta su deceso. Aparentemente se tomaron su tiempo para hacerlos sufrir.
Cumplida la semana en el hospital, llegó la hora de volver a casa, es solo que no han sido los mejores días que he tenido. Algo está pasando conmigo.
—Señorita, ¿está lista?— pregunta Carl
—Vámonos Carl— con voz baja le digo.
—Por cierto, quiero informarle que el señor Smith dijo que se instalaría en su casa hasta que usted esté recuperada por completo—
—¿Dejaste que entrara en mi casa?— exaltada, le pregunto
—No señorita, en realidad está afuera con sus maletas. No dejé que pasara— responde
—Bien, porque él no entrará y se lo dejaré claro cuando lleguemos— segura de mis palabras, le dije
Entonces nos fuimos, no tardamos mucho en el transcurso y llegamos por fin a casa. Bajamos del auto y justo frente a mí, estaba Michael. Lo que a Carl se le olvidó mencionar, fue que no había ido solo.
—Michael, ¿qué haces aquí?— pregunto
—Vine a acompañarte todo el tiempo que necesites para recuperarte— me dice
—Si, además papá ya me dijo que eres la mujer que ama. ¿Entonces tú serás mi mamá?— pregunta el pequeño Dilan
De mis ojos salen lágrimas, algo que no puedo evitar. Acabo de perder a un hijo que pude amar con todas mis fuerzas, pero la vida me está dando la oportunidad de tener a alguien a quien darle todo ese amor, convirtiendo el dolor que siento en algo pasajero.
—Ven aquí pequeño— llamo a Dilan. Cuando llega a mi, lo abrazo y le hablo al oído. —Si me lo permites, yo seré tu mamá o simplemente una amiga, ¿está bien?—
El pequeño se aleja un poco de mí. —¡Quiero que seas mi mamá!, una que no se vaya nunca, te quiero a ti— habla y se acerca nuevamente a mi, me da un abrazo y un tierno beso en la mejilla.
Ahora entiendo, he hecho mal tantas cosas que me olvidé de ser realmente feliz por todo lo que creí debía hacer, ¡ya no más!. Me encargaré de ser feliz y de hacer feliz a las personas a mi alrededor. Francisco y su esposa por fin pagaron por lo que le hicieron a Clarissa en vida, Jack no volverá a entrometerse en mi vida y tengo a Carl junto a mí, entonces no debo preocuparme de nada más.
—Acepto ser tu mamá, mi amor— lo abrazo y le devuelvo el beso en su mejilla.
—Mami, me asfixias. No puedo respirar— me dice con la voz agitada, así que lo suelto poco a poco.
—Lo siento, es solo que quería abrazarte tan fuerte como pudiese, gracias por estar aquí conmigo— estoy muy feliz por tener a Dilan conmigo.
—¿Y a mí me dejaras cuidarte?— pregunta Michael
—Hablaremos de esto más tarde, la verdad estoy muy cansada y me gustaría descansar. Por lo pronto puedes quedarte en la casa, todo el tiempo que quieras— intento no darle mucha importancia al hecho de que Michael esté aquí conmigo.
—Perfecto, entonces el día de mañana traeré todas mis cosas aquí, por cierto creo que deberemos expandir el pent-house, pues ya somos bastantes— emocionado, me dice
—¿De qué hablas?, ¿cómo qué te mudaras aquí?— indignada, pregunto
—Dijiste que me puedo quedar en la casa todo el tiempo que necesite, yo realmente necesito quedarme para siempre a tu lado. Por eso nos mudaremos, Dilan y yo— mostrando su enorme sonrisa, explica
—No puede ser, pero si no hay otra opción, está bien— digo lo único que se me ocurre contestar.
No puedo seguir fingiendo que no me importa, lo que más necesito es su compañía, un abrazo de él me llena de calidez, una sonrisa suya hace que mi día brille. Al parecer estoy más enamorada de lo que pensaba.
Fue así que por fin todos pudimos entrar a la casa, Carl presentó a Michael y Dilan como nuevos integrantes de la familia y yo me fui a descansar.
La noche había llegado y aún seguía durmiendo, pero ahora dormir se había vuelto en una tortura, pues cada vez que cerraba los ojos, tenía pesadillas sobre la pérdida de mi bebé, si todo esto continúa creo que me volveré loca. De pronto despierto abruptamente y de mis ojos derramo lágrimas.
—Tranquila, estoy aquí contigo y jamás volveré a dejarte sola— habla Michael y me abraza con sus enormes brazos.
En sus brazos me siento segura, así que vuelvo a dormir, si esta es la manera en la que podré descansar adecuadamente, me encanta.
Pasaron un par de días, en los que solo me dediqué a descansar mientras que Carl y Michael se hicieron cargo de los proyectos pendientes, aunque esto no podía seguir así, tenía que hablar seriamente con el señor Smith. Quiero aclarar las cosas con él, no me gusta que nuestra relación no tenga nombre. Para eso lo esperé justo en la puerta de la casa, cuando llegaron, lo detuve.
—Michael, necesito hablar contigo. Es algo serio, por eso lo hablaremos fuera de aquí— le digo y su rostro se palideció.
—Carl, encárgate de que Dilan esté bien, volveremos pronto, no debes preocuparte por nada— le informo a Carl.
Aunque no le dije ni le expliqué nada sobre Michael y yo, asumo que él intuyó el tipo de relación que tenemos los dos, lo amo aún más por no estar preguntando.