Mi Chocolate, Caliente

Dios mío creía que esta mujer me estaba castigando a mi pero creo que era a ella misma, está desesperada a tenido como 100 orgasmos y aún quiere más no ha cerrado los ojos en toda la noche, no ha comido, está sobre mi con una euforia inexplicable.

De pronto se quedó tranquila, y cayo agotada sobre mi pecho, me dió risa, ya que debe estar muy cansada no me desagrada pero a Sido una maratón increíble, toda la noche y ya es más de medio día la acomodo en la cama para que descanse está sudada, mucho diría yo, los labios los tiene blancos, resecos.

Le doy un beso, y voy al baño hago mis necesidades, ¡uy! Dios como me arde al hacer pipí, creo que nunca lo había echo por tanto tiempo seguido.

Vuelvo a la cama me acomodo a su lado quedando dormido enseguida.

Despierto, miro la hora son casi las ocho de la noche, la miro, la toco está fría, sudando, ahora no son los labios solamente los que tiene sin color es todo su rostro.

Me asustó mucho, respira pero muy pausado, la envuelvo en la manta, me coloco una ropa decente, para ir al hospital, es muy raro todo esto, yo también hice mucho y no me siento así.

La bajo lo más rápido que puedo, la subo al auto y me dirijo a la clínica mas cercana.

La atienden de inmediato.

—Señor necesito que me explique que le sucedió.

—Bueno doctor, la verdad es que estaba muy extraña, quería tener sexo, mucho sexo, toda la noche, la mayoría del día hasta que ya no pudo más, osea es normal que quiera, pero no así—Me preocupa la expresión del doctor.

—Tomo Algo la señora.

—Estábamos en una cena lo último que tomo fue un copa de champagne.

—Ya veo, haremos otras pruebas dentro de un rato le doy los resultados.

Me siento a esperar que el doctor llegué.

Más de una hora y nada, al poco tiempo sale el doctor nuevamente.

La señora tendrá que pasar la noche aquí, está deshidratada, consumió una droga que se usa para aumentar el deseo sexual, ya le dimos un antídoto. No sé preocupe que mañana estará como nueva—Se va dejándome con la cabeza grande.

Una droga pero quién pudo ser capaz de hacer algo así, me resisto a creer que mi mamá haya echo algo como eso, no, tiene que haber otra explicación.

El doctor me deja pasar la noche con ella en la habitación donde velo sus sueños.

—Cameron—Me llama con la voz débil.

—Aqui estoy nena—Le beso la frente.

—¿Donde estoy?—se mira la mano donde tiene la vía—¿Que me pasó?—se asusta.

—No paso nada nena, es solo que estabas deshidratada—La calmo.

—¿No recuerdas nada?—Niega.

Es mejor así con eso no se decepciona más de mi familia.

Al amanecer en efecto como dijo el doctor está muy bien, su semblante y su ánimo.

—Ya puede irse a casa, recuerde tenga mucho cuidado con lo que toma y a quien le recibe bebidas, este tipo de cosas son muy peligrosas sobre todo para las mujeres—Ella me mira sin entender.

-—Llevame a casa, tengo que ir a trabajar.

—Nena, es mejor que descanses.

—Tengo responsabilidades Cameron, ademas me siento bien.

—Jackeline, tengo que decirte algo no puedo ocultar las cosas—Suspiro—Anoche te drogaron, no se quién, ni con que finalidad.

—Era para ti—Me dice llorando—Era para ti amor—Me abraza—Recuerdas que te cambie la copa—Claro ahora lo recuerdo en ese momento no le di importancia—Fue porque Matilde la traía aparte en la charola, todos tomaron su copa menos tu porque ella misma te la dió.

—¿Pero con que propósito?—Estoy escandalizado.

—No lo sé algo pretendía hacer con esa droga.

Me quedo pensando, mi madre, no, no lo puedo creer Elle y hasta Benjamin pero mi madre no.

La dejo en su casa para que vaya a su trabajo y yo me voy a mi apartamento me doy un baño y me dirijo a la mansión, mi madre está sola.

—¿Madre, que pretendías al drogarme?—No tengo pruebas contra ella, pero debo descubrir la verdad.

—¿De que estás hablando te has vuelto loco?—Se exalta.

—Madre en esta casa pretendían drogarme pero fue Jackeline la que salió mal parada.

—Hijo te lo juro que no se de qué me estás hablando.

—Maldicion mamá, entonces me vas a decir que tú no sabes nada, llama a Matilde.

—Matilde, Matilde—La mujer llega presa del miedo como si supiera de lo que le voy hablar.

—Digame señora—Agacha la cabeza.

—¿Tu porque me querías drogar?—La señalo antes que mi mamá pueda hablar.

—Joven yo no sé de lo que habla—Tiembla.

—Habla maldita sirvienta, dime ¿por que querías drogar a mi hijo? ¿cual era tu finalidad?—Los ojos se le llenan de lágrimas.

—Dime de una vez Matilde o me veré obligado a levantar una demanda en contra de ti.

—No joven por favor eso no—Suplica—Le diré todo pero no me denuncie.

—Habla de una vez, no quiero perder más tiempo.

—Es que estoy enamorada de usted—Llora—Vi la oportunidad de hacer algo, lo drogaba y después lo alejaba de Jackeline, como iba a estar desesperado, iba a lograr que me hiciera suya, con suerte Jackeline nos veria y se separarían—Llora más, me quedo petrificado, cuanta maldad.

—Eres una desgraciada— es mi madre quien le da un golpe en la cara.

—Perdon por favor, joven Cameron, pero no me meta a la cárcel.

—Mama encárgate tu de ella—Me voy de la casa desorientado, no puedo creer que haya tanta gente mala en este mundo, me siento mal por llegar a pensar que fue mi mamá quién pudo planear algo tan bajo.

En la empresa debo ir a revisar cómo van con lo de los autos del ruso, también quiero que terminen el de la hija del ruso, y el de la señora, Cinthia.

—¿Papá podemos hablar?— entro a su oficina.

—Ya estás aquí—Me dice sonriendo, me gusta verlo así—Disculpa por irme de la cena de esa forma es que no me sentí bien.

Le cuento todo lo que sucedió con matilde la droga, aunque estaba molesto me dejó entender que había algo más de tras de todo.

—Papá, ¿quien en Cinthia Wilson?—Se tensa.

—Nadie importante—trata de hacerme creer.

—Para no ser importante, creo que estas bastante mal, mi mamá también se puso a la defensiva cuando la nombre., Además porque dicen que está muerta—Hay algo detrás de esa mujer, ella es muy misteriosa.

—Hijo, Cinthia fue el gran amor de mi vida, pero yo no fui el suyo, me traicionó, después murió en un terrible accidente con su amante—Sus ojos tristes me demuestran que aún su recuerdo sigue presente, ahora no entiendo si ella está viva, o será que no es la misma.

—Lo siento papá, no quise recordarte cosas horribles de tu pasado.

—No te preocupes que para eso me torturó cada día con su recuerdo, por eso hijo si Jackeline es la mujer que tú quieres en tu vida, no la dejes ir, no cometas el mismo error que cometí yo.

—Papa pero ella te traicionó.

—Nunca la deje explicarme lo que sucedió, ya no quiero hablar más del tema.

—Esta bien papá sabes que cuentas conmigo para lo que necesites—Le.doy un abrazo fuerte, lo quiero tanto, no me gusta verlo sufrir.

Tengo que saber porque ella se hizo pasar por muerta.