Fui condenada a pasar años en prisión por un delito que no cometí. Volveré para buscar venganza aunque para eso tenga que venderle mi alma y mi cuerpo al diablo.
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 23 VISITAS
...LÍA BLOSSOM...
Fui a una celda dónde no podía esperar ningún tipo de comodidad, la noche pasó lenta y no hice más que llorar allí mientras me ponía en un rincón cobijandome del frío.
La visita que creí que me liberaría me desmoralizó aún más. Los testigos que tenía a mi favor eran sólo pocos empleados de la casa de mis padres, dos para ser exactos y como trabajaban para mí podrían mentir a mi favor así que no eran creíbles.
La gente de la empresa era otra historia porque al no haber cobrado sus sueldos seguro hasta mentirían para vengarse por algo que yo jamás hice. Me sentía más que destruida.
-Se tiene que poder hacer algo, ¿Me dejarán salir de aquí hasta el juicio?- pregunté cómo única esperanza pero el abogado negó
-Lo siento señora pero eso no será posible ya que usted representa un riesgo de fuga por su posición social y medios así que el juez dictaminó que se quede aquí hasta que haya una sentencia
-Yo no hice nada, tiene que haber una manera de salir de aquí- pedí suplicando a ese abogado pero sólo bajó la mirada en silencio, estaba perdida
Edward se quedó solo conmigo y me besó.
-Te amo bonita, es tan injusto esto, yo sé que tú eres inocente
-¿Que fue lo que sucedió?
-No se amor, estoy haciendo todo por averiguarlo pero si alguien actuó para incriminarte lo hizo muy bien. Seguiré buscando pruebas- lloré desesperada
-Sacame de aquí como sea, te lo ruego. Te extraño- el sonrió con tristeza y me besó pero acabó siendo llamado por el guardia para retirarse
-No me dejes aquí- le pedí aún sabiendo que no podía salir
-Mañana vendré a verte, te amo bonita- se retiró del lugar y me llevaron de nuevo a la celda
Yo quería estar en mi cama, en mi casa junto a mi esposo. Me preocupaba lo que estaba sucediendo fuera de aquí.
Estar presa fue noticia nacional seguro o hasta internacional. Aún si saliera de aquí habría gente que me señalaría, ¿En qué se estaba convirtiendo mi vida?
Estaba aterrada, los juicios solían demorarse y no creía soportar mucho tiempo en mi celda. La cama era muy dura, apenas si tenía una sábana bastante desgastada y una manta en iguales condiciones. Estaba pasando frío y ya me dolía cada músculo. Solo pensar en estar más de un mes en tales condiciones me atemorizaba más.
No había reloj, tampoco una revista que pudiera ver aunque sea. Estaba recluida en una pequeña sala incómoda y fría dónde hasta tenía un retrete. La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos pero seguro mi esposo me lograba ayudar a salir, limpiar mi nombre y demostrar que todo fue un error.
Los padres de Edward vinieron y me trajeron un cepillo y pasta de dientes, también ropa para poderme cambiar y productos de higiene. Ellos me miraban con pena.
-¿Lía por qué estás aquí?- me preguntó mi suegra
-Me acusan hasta de desfalco y no se lo que pasó, ustedes saben que yo no estoy al mando de la empresa y que con todo lo de mi madre apenas si fui un día a firmar unos papeles que necesitaba Edward, no entiendo que pasó pero no me dejan salir- lloré y mi suegra hizo lo mismo
-Si eres inocente todo se demostrará y estarás libre en cualquier momento- me animó mi suegro
-Siendo inocente acabé aquí, no entiendo que más puede suceder, ¿Saben algo de mi mamá?- sus rostros cambiaron
-Fuimos a verla y le habían puesto una camisa de fuerza porque con que manos estaba lastimando sus brazos, para que no se hiciera aún más daño
-¿No la cuidan bien?- pregunté en un hilo de voz
-La están cuidando bien por eso está en esas condiciones para evitar que se pueda lastimar, además su enfermera pasa mucho tiempo con ella
-Fue un acierto dejarla trabajando a su lado, es una buena persona- afirmé con seguridad
Los guardias dijeron que ya había acabado la visita pero entró Edward a verme.
-Dime que por favor averiguaste algo- suplique pero él negó con pena
-No bonita, todo lo que pude ver desde casa parece en orden porque en la empresa se están haciendo investigaciones en cada área. Solucionaré todo esto puedes estar tranquila
-No me puedes pedir estar tranquila en ésta situación, tu estás libre, es muy fácil para ti pero mírame a mí- reclamé enojada
-Tienes razón cielo, lo siento pero no sé cómo consolarte. Estoy igual de sorprendido y angustiado que tú, también me haces falta
Me abrazó y me besó pero después el guardia lo hizo retirarse. Al menos mi esposo y sus padres habían venido a verme, no estaba tan sola.
Cuando transcurrió una semana creía que podría enloquecer en cualquier instante.