Mi nombre era Nicolle, era la cantante más famosa del momento, tenía la vida perfecta, hasta que... Desperté en el cuerpo de Victoria, una emperatriz hermosa y bondadosa, amada por su pueblo, pero ignorada por su esposo. En este Imperio si el emperador puede tener un harén yo también, entonces... ¿por qué no hacerlo?. Construire mi propio harén y haré pagar al emperador en nombre de la verdadera Victoria.
NovelToon tiene autorización de Velu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Perdóname mi amor.
El viaje de regreso al Palacio comenzó y de nuevo el ajetreo del carruaje era horrible, mis uñas estaban enterradas en el asiento y de reojo ví a Nicolás aguantando la risa, quería protestar pero cuando estaba por decir algo un fuerte y violento movimiento provocó que me levantará del asiento y por poco caigo, sino fuese por Nicolás que me sostuvo y me jaló hacía él hibiese acabado en el piso, pero inesperadamente caí sentada sobre su regazo. Intenté levantarme pero él me lo impidió, puso sus manos al rededor de mi cintura y me mantuvo en esa posición, era incómodo.
Nicolás: De esté modo no sentirás tanto el viaje y evitarás salir lastimada.
No tuve más que decir pues lo que él dice es verdad. Mantuve la mirada en la ventana del carruaje, logrando ver el hermoso paisaje a través de está, este lugar es hermoso, en el futuro se hará casi imposible ver algo igual. Ahora que sé que todo saldrá bien y que tarde o temprano podré volver puedo disfrutar de esté lugar el tiempo que esté aquí.
Nicolás: Hoy te veo muy feliz ¿pasó algo?.
Negué con la cabeza y me recargue en su pecho, estaba cansada.
Victoria: No es nada, sólo estoy feliz sin motivo alguno.
Nicolás: Es así...
Poco a poco mis ojos se fueron cerrando, lo último que escuché fue la voz de Nicolás diciendo.
Nicolás: Esperó verte así de feliz siempre... Te amo.
Y sin más caí en brazos de Morfeo.
Nicolás...
Me la pase contemplando el rostro tranquilo de Victoria durante todo el viaje. Es realmente muy hermosa, de un tiempo para acá está mujer se ha vuelto una obsesión para mí, a estás alturas ya no podría vivir sin ella, lamentablemente le hice daño y ahora es ella la que me hace sufrir a mí, pero no importa tarde o temprano volverá a amarme, la verdad no espero que vuelva a ser la de antes pues ahora la veo más feliz, más viva, comienza a gozar de su libertad y me agrada verla de esté modo.
El viaje terminó y ella seguía dormida, no la quería despertar por lo que la cargué en mis brazos de una manera delicada y suave para no despertarla, sus doncellas esperaban que la llevará a su habitación, pero no lo haré, hace mucho tiempo desde que no duermo con mi esposa, hoy quiero hacerlo, quiero tenerla a mi lado.
En mi habitación fueron sus doncellas las encargadas de cambiar su ropa, ella no se deapierta, es raro ya que ella tiene el sueño muy ligero, tal vez está cansada por esperar tanto tiempo en el pueblo. Lo que me recuerda al imbécil de su concubino, ¿cómo se atrevió a dejarla sola en pueblo?, sino fuese por Victoria lo mataría ahora mismo, pero sé que ella no me lo perdonaría, por ahora sólo dejaré que ella maneje la situación.
Cuándo sus doncellas terminaron y salieron yo también me puse ropa más cómoda y me acosté al lado de Victoria, pase uno de mis brazos por debajo de su cabeza y con la otra abracé su cintura para acercarla más a mí, esto es muy agradable, por primera vez estoy tan feliz de tener a Victoria, mi esposa aquí conmigo.
Nicolás: Perdóname mi amor, prometo compensar el tiempo perdido.
Me encargaré de hacer todo por ella, lo que sea, todo por verla feliz, bueno sólo existe una cosa que no puedo, me niego a darle... el divorcio.
Le di un pequeño beso en la frente y me dormí con Victoria en mis brazos.
Victoria...
Al día siguiente.
Desperté con pesar, creó que dormí mucho, cuando ya estaba bien despierta me di cuenta de que no estaba en mi habitación, de hecho no sé dónde estoy. En ese momento la puerta se abrió y entraron mis doncellas, traían mi desayuno y ropa.
"Buen día su majestad". Dijeron las tres al mismo tiempo.
Victoria: Buen día chicas... Eh ¿chicas, dónde estoy?.
Berta: En la habitación de su majestad el emperador.
¿Qué?, ¿por qué estaba en la habitación de Nicolás?.
Adela: Anoche cuando llegaron usted estaba dormida y el emperador la cargo en sus brazos y la trajo a su habitación, dijo que se quedaría con él y así fue.
Victoria: ¿Él me cargó hasta aquí?.
Dalia: Si, tengo que reconocer que no me agrada el emperador, pero juntos hacen una muy linda pareja.
Mi cara comenzó a arder, me apresure a desayunar, me di un baño y las chicas me ayudaron con mi rutina de siempre. Cuándo estaba por salir de la habitación ví a Nicolás venir en está dirección, en cuanto me vió una sonrisa apareció en su rostro, llegó hasta mí. Tomó mi rostro entre sus manos y unió sus labios con los míos.
No sabía cómo reaccionar, mi corazón otra vez comenzó a latir muy rápido, en ese momento llegaron a mi las palabras de Rose, tengo que continuar con la vida que dejó Victoria...
Bien si eso es así, entonces tengo que adptarme, en lugar de alejar a Nicolás seguí el besó, sin importarme que mis doncellas y los guardias estuvieran viendo, estaba tan feliz que no me importa besar a Nicolás frente a todos. Después de unos segundos nos alejamos y pude ver como sus labios se hinchan y sus mejillas se enrojecian, supongo que yo he de estar en la misma situación. Él comenzó a acariciar mi mejilla con una de sus manos.
Nicolás: ¿Ya te vas?.
Victoria: Si, tengo unos asuntos que tratar.
Nicolás: Ya veo... Hoy comeré contigo, elige el lugar, pero vamos a comer juntos.
Victoria: De acuerdo, te mandaré la dirección con alguna de mis doncellas.
Nicolás: Bien.
Antes de dejarme ir Nicolás plantó varios besos pequeños en mis labios. Salí del palacio principal y me dirigí al mío. Las chicas se veían confundidas pero no dijeron nada.
En ese momento alguien cruzó por mi cabeza... Zyan, ¿ya habrá regresado?. Me dirigí al harén, tenía que hablar con él, sin embargo, me informaron que él no llegó a dormir. Estoy preocupada, tal vez de verdad lo mejor sea dejarlo ir, no puedo obligarlo a vivir con un secreto así, no es justo para él, además debe ser doloroso enterarte de que la mujer que amas se fue y ahora en su lugar está una completa extraña.
Berta: ¿Todo está bien su majestad?, ¿pasó algo con Sir Zyan?.
Victoria: Preparen todo, se le será retirado el título de concubino a Zyan.