LOS HEREDEROS

CAPÍTULO 21.

Camila estaba sentada en el sillón de su oficina de espaldas a la puerta mirando por la ventana. Su cabeza estaba en las nubes. No paraba de pensar.

Amaba a Massimo con todo su corazón. No podía negarlo más. Sin embargo, sabía que era un caso perdido. Massimo siempre fue un mujeriego y no cambiaría. Fue un error creer que él la amaba. Un nudo se formó en su interior. Había llorado todo el camino hacia la empresa y había tratado de no pensarlo para no llorar más. Sentía que se desmoronaba por dentro. La puerta de su oficina se abrió de golpe. Camila soltó un suspiro pesado

-¿Qué necesitas, Massimo?

-Tenemos que hablar. -Dijo él.

-No quiero hablar contigo, Massimo por favor para con esto. -exclamo ella.

-¿Por qué no dejas que te explique las cosas? -pregunto él, sentándose frente a ella.

-Porque eres un idiota que no merece que lo escuche. -exclamo ella. -Porque siempre que te creo, me fallas, me traicionas… Tú me has decepcionado tanto.

-Vaya, es la segunda vez que me tratas de idiota en el día. -exclamo él. -¿Qué te ocurre?

-No tengo ganas de discutir contigo, Massimo. Ya no. Es demasiado. Vete. No quiero verte.

-ESTOY TAN FURIOSO, CAMILA. NO SE QUE MIERDA TE OCURRE. NO ENTIENDO QUE MIERDA SON ESAS FOTOS. -Dijo él. -YO NO ESTUVE CON ESA MUJER, JAMÁS CAMILA. ¿ENTIENDES?, JAMÁS.

-¿Es por eso que estás así Massimo? Olvídalo. No seguiré discutiendo por esto. Ya me quedo claro. Fue un error lo que pasó entre nosotros.

-¿Es todo lo que tienes para decirme? -pregunto él. -¿Te arrepientes de lo que paso entre nosotros?, ¿resulta que ahora soy un error?, explícame.

-¿Yo tengo que darte explicaciones Max? ¿Yo? Te recuerdo que no soy yo la persona que está en las fotos con otro hombre.

-VETE AL CARAJO. DE TODOS MODOS NO TE DEBO EXPLICACIONES. COLMASTE MI PACIENCIA CAMILA. -Grito él.

Se puso de pie para salir de la oficina, pero a medio camino se volvió y le dijo:

-En este mismo momento, sepultaré cada sentimiento que tengo hacia ti. -Dijo él, con lágrimas en los ojos. -A partir de este momento, tú y yo, somos dos completos desconocidos. -exclamo.

Massimo salió de la oficina furioso. Se lo hizo saber tras azotar la puerta.

Camila no pudo contener más las lágrimas y rompió a llorar. ¿Pero por qué lloraba?, eso era lo que ella quería, ¿o no?

*****

Massimo entró a su oficina furioso, no lograba entender de que lo acusaba Camila. Él jamás había estado con Ivana. Más allá de aquel beso en la oficina de Giovanni, no habia pasado nada más entre ellos.

Estaba devastado. Caminaba de un lado a otro en su oficina con las manos en su cintura. Sintió que estaba perdiendo el control cuando las lágrimas amenazaron con salir por sus ojos. Arrasó con todo lo que había en esa habitación. Tiro todo lo que había en su escritorio al suelo. Estaba descontrolado. No podía soportarlo más. El dolor que sentía en su interior, lo estaba consumiendo por dentro. ¿Por qué mierda se sentía así?, ¿por qué el amor duele tanto?, ¿por qué él, siendo uno de los mafiosos más temidos, tiene que estar sufriendo por una mujer?

Massimo se sentó contra de una pared, abrazando sus rodillas y llorando desconsoladamente. Por primera vez sentía que tenía el corazón roto por una mujer. Él, que había jurado que nunca dejaría que una mujer le rompiera el corazón. Él, que creía que el amor te hace débil. Ahí estaba, llorando por una mujer.

Pero por dentro, sabía muy bien que debía olvidarse de ella. Después de todo no podía verse débil. Era el heredero de la mafia Siciliana y pronto lo sería de toda Italia.

Massimo tomó una botella de whisky de la mesita de la esquina de su oficina y se sentó nuevamente en el piso. Sabia que la noche sería larga.

Sin embargo, su mejor amigo irrumpió en su oficina.

-¿Qué paso aquí? -pregunto él.

-Necesito estar solo. -Dijo Massimo, bebiendo el contenido de su vaso. Aún permanecía sentado en el suelo.

-No te dejaré solo, Max. -exclamo Giovanni, tomando un vaso y sentándose junto a su amigo en el suelo.

Massimo suspiró y le sirvió a su amigo un trago.

-¿Por qué nos emborrachamos? -pregunto Giovanni.

-No lo sé. -Dijo Massimo. -Por el desamor, tal vez.

-¿Mi hermana? -pregunto.

-Hace un tiempo, ella fue a mi apartamento. -Dijo Max. -Cuido de mí cuando perdí la cabeza por papa. Esa noche la hice mía, le demostré cuanto la amaba y lo loco que me tenía…

-Olvida los detalles, estás hablando de mi hermana. -exclamo Giovanni, frunciendo el ceño.

-Le enviaron unas fotos en las que se ve como “yo” estoy teniendo sexo con Ivana Rostova. -Dijo él. ¿Puedes creerlo?

-Oh, sí, en un mundo paralelo tal vez. -Dijo Giovanni.

-Exacto. -Dijo Massimo. -Jamás podría acostarme con esa mujer. Pero las fotos parecen tan reales, y tu hermana no confía en mí. -Dijo él. -Por lo tanto, no le fue difícil creerle a quién se las envió.

-Qué situación difícil, hermano. -Dijo Giovanni. -Creo que las mujeres no son para mí.

Massimo lo vio divertido, y decidió ponerlo a prueba.

-Hablando de eso, hoy vi a Victoria besando a un chico en la puerta de la empresa.- exclamo, bromeando. -Vaya hombre, hasta me sentí intimidado.

-¿Quién era el maldito? -pregunto Giovanni, reaccionando enojado.

Massimo comenzó a reír.

-Debiste ver tu cara. -Riendo. -Estás celoso.

-Claro que no. -Dijo él.

-Claro que sí.

-Cállate. -Exclamo.