El Villano Que Se Enamoró Del Héroe [Omegaverse]

San Valentín es una hermosa celebración en conmemoración al amor. Muy diferente de la Lupercalia, la cual se celebra un día después.

En Aldona la Lupercalia es una horrible tradición para los que van a llegar a la mayoría de edad y aún son vírgenes. Es un ritual de violación. Los que hayan perdido su virginidad antes de los 18 años tienen una gran suerte.

El 15 de Februarius, la escuela era alborotada por un olor a rosas. Habían chicos tirando pétalos por doquier, mientras llevaban unas túnicas blancas. Los vírgenes tenían que llevar sí o sí ropa color blanca, mientras los que no cualquier otro color.

—Buenos días— Me saludó Astolfo en el corredor. Iba junto a su novio Jeremias, ambos del mismo color marrón.

Se me olvidó preguntarle a Soran con cuál color iría, tenemos que ir iguales. —Estoy agradecido de haber conocido a Jer antes del día de hoy— El alpha sacó un cigarrillo, aunque los de aquí se ven muy diferentes a los del mundo humano.

—Es entendible, para los omegas debe ser muy horroso ser parte de una Lupercalia—

—¡Sí! No entiendo por qué no le dan un alto a esa tradición— Decía el vampirito.

—Porque los poderosos son alphas que no sienten empatía hacia los omegas—

—Algún día los omegas nos vamos a rebelar— Tener un ejército de omegas sería genial.

—¡Hey, chicos!— Vino Soran vestido de negro al igual que yo. Bueno, visto de negro todos los días, él debió haberlo predicho.

—¡Soran, que bueno que no participes de esto tampoco!— Le abrazó el pelirosa.

—No me hubiera gustado ser violado— Y aunque no fueramos pareja, yo no hubiera dejado que nadie el día de hoy lo toque.

—¿Irán a una cita el día de hoy?— Los omegas parloteaban.

Jeremias apenas y había dicho hola. No es muy hablador. Yo tampoco lo era. Abro la boca cuando la situación lo requiere. O para molestar, claro.

Esperamos a que ellos dejaran de hablar para seguir nuestro camino. —¡Kentin! ¿Qué haremos hoy?— Me preguntó emocionado.

No tenía nada preparado ¿Qué debería hacer? —Podríamos tener una cita—

—¡Ahaja, es obvio, tontito!— Respondió. —Me refiero... ¿Qué hacemos en nuestra cita?—

—Podríamos dar una paseo cerca del Centro. Ahí hay un hermoso lago, que amaría cruzar contigo—

—¡Suena tan romántico!— Suspiró alegre. —Bien, llévame ahí— De paso le compré algunos chocolates y rosas negras.

—¡Muchas gracias!— Él estaba feliz con cualquier cosa que le diera. —Las rosas negras significan "Eres mío eternamente"— Dijo viéndolas. —Es una linda forma de proclamar tu amor por mí— Gracias a que sabe un montón de cosas que a mi no me interesan hizo la cita más agradable.

Él acababa de hacerme más consciente sobre lo que me rodea. Sabía que las rosas negras tienen un doble significado, pero no estaba seguro. Nunca me detuve a pensarlo.

—Él que sepas esas pequeñas cosas es lo que te hace especial, Soran— Dije, llegando a la orilla del lago.

—Realmente son tonterías que me interesaron...—

—¿Te gusta el lenguaje de la flores?—

—Lo adoro— Sonrió tiernamente.

Le señalé un bote de madera, y ofreciéndole mi mano él subió a sentarse en él. Luego, empujé el navío levemente y tomando los remos me senté en frente de Soran.

—¿No prefieres que reme yo?— Él tenía más fuerza.

—Por hoy déjamelo a mí— Hablé sereno. —Quiero que disfrutes el paisaje.—

Él vió alrededor fascinado. Metió sus dedos en el agua y se sorprendía con los diversos peces.

Dejé de remar cuando llegamos al medio del lago. Lo vi por varios instantes, hasta que él me devolvió la mirada.

—Es silencioso aquí— Pronunció despacio.

—Sí, acabas de arruinar el ambiente— Él movió el bote. —¡No hagas eso!— Me afirmé desconfiando.

—Eso te ocurre por malvado— Me señaló.

Le sonreí y jalé de su mano, para acercarlo. —¡Wow, cuidado!—

—Shh...— Gestué, poniendo mi dedo sobre sus labios. Tomé de su cara para plantarle un delicado beso. Él lo tomó bien, e incluso se aproximó.

El chocolate estaba mezclado en su boca, hacía el beso más sabroso. Mi lengua raptó todo residuo del dulce.

—¿Te das cuenta de lo solo que estamos?— Cuestionó.

—Sí, puedo verlo—

—E-entonces, no prosigas...—

—¿No debería?— Sonreí con picardía.

—No, tonto, nos caeremos del bote— Me reí de su preocupación.

—Hey, Soran...— Cambié el tema. —Sé que yo aún tengo 17 años, pero igualmente muchos jóvenes hacen esto antes...— Saqué de mi bolsillo la cajita que me dió mi madre. La abrí dejando ver el reluciente anillo.

—¡Oh, por Zeus!— Se impactó por lo que veía. —¿¡Qué es eso!? ¡Espera, espera!—

—Soran, aún no digo nada—

—¡Pero, lo pensaste!— Me reí de sus reacciones.

—Aunque te lo preguntara, tus reacciones me dicen que no te casarías conmigo ni en mil años más—

—¡Aún no contesto nada! ¡No he dicho nada, no pongas palabras en mi boca!— Me observó afligido.

—Quería contarte algo— Él se alivió.

—Ah, mi pobre corazón... Ten algo de consideración conmigo—

—Bueno, de aquí a que nos veamos no sé cuánto tiempo pasará. Te irás el siguiente año a la Orden de caballería— Tomé su mano y le saqué el guante, deslizando el anillo en su dedo. —Y no puedo pedirte matrimonio sin tener el otro par...Quiero que este anillo sea nuestra promesa para cuando nos volvamos a encontrar. Busca el otro par, debe estar en Edela. El rey Maximus le pidió su mano a la Reina Erika con ese anillo. Llevando este puesto, encontrarás el otro, ya que ambos son fragmentos del cristal azul— Él acarició su propia mano.

—Kentin...— Me abrazó. —Gracias— Sonreí, olfateando su escencia y lo bien que olía su pelo. Tenía una manía por olerlo —Ahaja, me haces cosquillas— Bueno, no le importa o no se da cuenta.

—Hueles bien, quiero sentirte un poquito más— Olfateé detrás de su oreja.

—¿A qué huelo?—

—Mhm... A galletas, trigo, miel, pan, ¿harina?— Dije.

—¿Eso es lo que te gusta tanto? No entiendo porque te gusta— Sonrió.

—No hay nada más sabroso que el pan, las galletas y la miel—

—¡Ahaja!— Rió contento.

—Por tí podría destruir el mundo— Hablé embobado por su belleza enérgica.

—Eh...— Me vió extraño.

«Genial, somos un bicho raro»

—Pff... Qué tonto— Dijo. —A tí te daría el mundo entero— Volvió a sonreír.

Por lo que me pilló de imprevisto cuando me besó e introdujo su lengua. Una maldadosa lengua, que acarició mi encía y lengua.

—Maldición... Besas muy bien— Lo tiré sobre el asiento, comenzando una batalla de besos.

El bote se sacudió por nuestros movientos y se volcó dejándonos en el agua.

—¡Ahaja!— Se rió Soran flotando. —La rosas se arruinaron.—

—Ya te daré otras— Escupí el agua y nadamos hacia la orilla.

Ya en tierra, continuamos besuqueando nuestros labios. Abrí la ropa empada de Soran, tenía que admitir que se veía aún más sexy mojado.

—¿Disfrutas la vista?— Preguntó, porque me le quedé mirando.

—Por supuesto— Besé su cuello y toqué la parte superior de su cuerpo sin prisas. —Mhm...— Él desabrochó mi ropa.

—Parece que lo quieres rápido—

—Tú me haces desesperar— Lo besé y acerqué nuestros cuerpos, para meter mi verga dentro de él. —¡AH! Eres un bruto— Había entrado sin siquiera comprobar que estuviera lubricado.

—Pero, entré sin problemas— Besé su mejilla con cariño.

—Bestia...— Murmuró.

—No lo negaré— Sonreí con malicia, y empujé fuertemente su interior.

—¡Ahg! ¡Vas muy rápido!—

—Tú lo pediste así— Se sujetó de mi brazo, mientras su cuerpo estaba acomodado sobre la hierba fértil.

Notita:

...Ya que el título y la portada eran un prototipo, las cambié. Ahora el título y la portada van acorde a la historia ^^...

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