En la historia, los protagonistas luchan por estar juntos, pero mientras eso pasa, y la protagonista trata de evitar ser el sacrificio, Beryl, el personaje extra, es quien es entregado al dragón como sacrificio, para que este siga siendo el protector del reino.
Pero, justo cuando Beryl esta por ser el sacrificio, otra alma ocupa su lugar y este, no esta dispuesto a sacrificarse por nadie, así que debe de encontrar una forma de salvar su propia vida, ¿podrá huir?, ¿será el sacrificio?
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capítulo 22- la verdad.
El cardenal busco a Beryl y a Frederick, para hacerles saber que ha convocado una reunión en la cima del altar de sacrificio, ahí, quiere hablar con la verdad, hacerles saber a todos sobre el pasado del templo, por lo que desea que ambos estén presentes y que así las personas sepan que el enviado de la diosa esta ahí como testigo, para que sepan todos que la diosa no castigará a su gente por los pecados de la templo y sus antepasados. Beryl aceptó, quiere ver ese espectáculo y saber como las personas se tomarán aquella revelación.
El anuncio del templo, llego pronto a oídos de todos, nadie esperaba que el cardenal convocara una reunión en el gran altar, pero, la curiosidad era grande, querían saber porque se estaba haciendo ese llamado. El rey, estando en cama, escucha de Harris la noticia, por lo que el joven príncipe dice que asistirá.
—¿que ha pasado con el enviado de la diosa?— pregunta el rey.— ¿de verdad el dragón esta de su lado?
— si padre, ha tomado forma humana y protege al joven Beryl.— responde Harris.
— Harris, ten cuidado. Deberías encontrar la espada, no podemos confiar en el dragón.— pide el rey.
— lo estoy buscando padre, no se preocupe. Me voy ahora.— Harris se retira de la habitación.
Mientras que el rey voltea hacía la ventana observando el paisaje, tenía miedo, sabe que quizás no le queda mucho tiempo, nunca espero que enfermería tan repentinamente.
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El día de aquella reunión, nobles y plebeyos estaban en aquella cima del acantilado, donde estaba aquel altar en el que las jóvenes inocentes fueron entregadas al dragón. El cardenal, pide que le escuchen hasta el final, empezando así, ha hablar sobre como el templo inició los sacrificios, llevaron a un grupo de doncellas hasta el castillo del dragón, pero este los ignoro, el dragón, les hizo saber que no quería sacrificios, que él, no quería tratos con los humanos, entonces, los sacerdotes vendieron a esas jóvenes como esclavas, pero, pronto juntaron otras, pues el cardenal de ese tiempo, dijo que la diosa le hablo, que ella ordenó sacrificios de vírgenes para que así, sus almas alimentaran a los demonios y estos estarían satisfechos. Tal acto siguió por un tiempo, hasta que el dragón apareció, ordenando detener aquellos sacfricios, pues los demonios no se detendrían solo con eso, por el contrarío, atraerian más y su hambre jamás sería saciada.
Los sacerdotes entonces, le pidieron al dragón, ofreciendo a las doncellas a cambio, el dragón no quiso tener ninguna de esas doncellas, los sacerdotes al pensar que el dragón no los protegería, lanzaron a una doncella al acantilado y el dragón la tomo, llevándola consigo, y advirtiendo que no quería más sacrificios. Así pasaron diez años, bajo la protección del dragón, entonces, una noche, el dragón desapareció, fue así que el cardenal insinuó que probablemente desea otra mujer, una más joven para que así el vuelva. La gente al creer que eso era verdad, buscaron a una joven virgen y la ofrecieron en el altar, justamente en ese momento el dragón regreso y se llevo a la joven, de ese modo, todos comenzaron a creer que cada diez años deberían entregar a una mujer virgen al dragón y cuando este no aparecía, mataban a la joven, por eso, el dragón volvía cada diez años, llevándose a la joven en turno, ya que, aun cuando les decía, que los sacrificios no eran necesarios, los sacerdotes del templo le hacían creer a los habitantes del reino y a los reyes, que si no entregaban a una joven virgen, el dragón los abandonaría, las personas elegían creer en los sacerdotes, en lugar de creer en el dragón que les hablaba para pedirles que detengan los sacfricios y que los protegería de los demonios. Pero, las personas escuchan los terribles cuentos de los sacerdotes, donde decían que sin sacfricios estarían desprotegidos.
— pero el dragón ha hablado, esas jóvenes eran puestas a salvo, él jamás les hizo daño y prueba de ello, es el enviado de la diosa.— menciona el cardenal.
Los presentes estaban estupefactos ante tal declaración, pues muchos perdieron a sus hijas debido a una farsa del templo. El templo, los había engañado por siglos.
— la diosa perdona sus errores, el dragón, solo protegió a jóvenes inocentes, por eso, hoy esta a mi lado.— toma la mano de Frederick.— y espero que sean personas sabias y no se sigan dejando llevar por creencias falsas de los antepasados.— explica Beryl.
— entonces...mi hija...¿que fue de mi hija?— pregunta una mujer angustiada.
— ¿su hija era una joven llamada Vania?, ella esta a salvo, lejos de este reino.— explica Frederick.
— gracias, gracias...dígame donde buscarla, quiero verla...— suplica la mujer.
— espere en su casa, yo enviare a una persona para que la lleve con ella.—
— gracias gran dragón, muchas gracias.—
La mujer estaba feliz, aunque su llanto no paraba, era de alivio de alegría al saber que su hija aun vive. Los demás presentes estaban sorprendidos, pero, si lo piensan bien, los más viejos recuerdan también que cuando eran jóvenes y sacfricaron a una joven, sus padres se fueron poco después del sacfricio porque no estaban de acuerdo con entregar a su hija. Eso significa que las jóvenes tal y como dice el dragón, solo eran salvadas de morir a manos del templo. No se tardaron en escuchar los reclamos, llamándolos falsos y asesinos, pero Beryl habla para calmarlos.
— ellos no son los únicos culpables, lo son todos ustedes por creer en ellos, ustedes también han pecado al permitir que las hijas inocentes de otros fueran entregadas. En lugar de luchar contra los demonios, dejaban todo en manos del templo.— los regaña.
Y es que era verdad, ellos eligieron creer en el templo y obligaron a otros a entregar a sus hijas, padres de otras jóvenes han sido golpeados y encerrados por no querer entregar a sus hijas.
— pidan perdón también, porque la diosa los perdona, me envió, para perdonarlos y protegerlos.— agrega Beryl.
— nuestra diosa ha sido tan misericordiosa con nosotros los pecadores.— agrega el cardenal y se arrodilla agachando la cabeza ante el altar.
— lo es, por eso, ya no deben temer, estamos a salvo, ella, me envió para darle su mensaje, ella perdona todo y por eso, no habrá más sacrificios, la protección del dragón, no necesita sacrificios, sean más inteligentes que sus antepasados y no se dejen llevar por tradiciones antiguas y mal contadas.—
Los presentes agradecían a la diosa por su bondad. Mientras que, entre las personas presentes estaba Alison, observando fijamente a Beryl, no piensa perdonarlo, él no puede seguir teniendo la atención de todos, no cuando ha arruinado su compromiso.
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