El CEO Odia A Los Omegas

POV Ethan

Era un día normal en la oficina, cuando de la nada, mientras mi jefe me entregaba unos papeles, me invitó a almorzar. Cada paso que daba hacia la oficina de Stone resonaba con una mezcla de emoción y nerviosismo, era como si hiciera esas cosas a propósito para confundirme, pero en realidad yo solo me ilusionaba. La invitación de mi jefe no era algo que me esperaba, y me preguntaba qué podría qué podría haber detrás de un gesto aparentemente amable. Con cada paso, mi mente daba vueltas, tratando de anticipar lo que vendría.

Al llegar a su oficina, Stone me recibió con lo que descifré que era un intento de sonrisa cálida, que no hizo más que aumentar mi intriga, cada vez que lo veía sonreír era como observar un hito histórico, pues parecía reservar esas sonrisas con cautela. Él simplemente me indicó que lo acompañara al restaurante que habíamos ido la vez anterior, y una vez ahí me invitó a sentarme y me explicó que quería hablar sobre algo importante.

-Ethan, he estado pensando en la fiesta que Elisa está organizando para su cumpleaños, y me gustaría que asistieras como mi invitado personal.

Sus palabras me impactaron como si me golpeara una repentina ola. No podía procesar la idea de que yo fuera a asistir a la fiesta de la directora ejecutiva como invitado personal de Alexander Stone, era una idea que nunca había cruzado por mi mente y me dejó sin palabras por un momento.

-Oh… Uhm, claro, eso sería genial. Gracias por invitarme señor Stone.- Le sonreí tímidamente.

Mi respuesta salió más entrecortada de lo que hubiera deseado, pero la emoción y la incredulidad se mezclaban en mi interior. No paraba de preguntarme por qué me había elegido como su invitado, si es que esto tenía alguna razón especial o era simplemente una muestra de amabilidad, ya que yo solo era su secretario.

-Me gustaría que te unieras a nosotros para celebrar. Será una oportunidad para que te relaciones con otros ejecutivos y te integres más en el equipo. Dudo que quieras ser para siempre mi secretario y creo que he sido algo duro contigo, así que tómalo como una disculpa.- Dijo tranquilamente.

Su explicación me tranquilizó un poco y me hizo sentido, pero aún me quedaba una pregunta en la mente.

-Gracias señor Stone, pero… no tengo ropa elegante para ir a una fiesta como esa.- Dije con timidez y cierta vergüenza, pues no quería parecer fuera de lugar en un evento tan importante.

Alexander sonrió con tranquilidad, como si ya hubiera previsto mi preocupación. -No te preocupes por eso, Ethan. Podemos ir a comprar un traje después del trabajo el viernes. Te aseguro que encontrarás algo que te quede perfecto, y ya que eres mi invitado, irá por mi cuenta.

Su oferta me dejó sin aliento, no podía creer que Alexander se estaba ofreciendo a acompañarme a comprar un traje. La idea era abrumadora, pero al mismo tiempo, me reconfortaba saber que él estaba dispuesto a ayudarme de esa manera. Sabía que no debía, pero me hacía sentir especial.

-Eso sería genial, muchas gracias señor Stone.- Dije con una sincera sonrisa, sintiendo cierta calidez en mi pecho y en mi vientre.

Mi corazón latía con emoción y gratitud mientras asimilaba la generosidad y el apoyo repentino que Alexander estaba mostrando hacia mí. Para mí, esta invitación era mucho más que me recordaba que no estaba solo en este mundo empresarial, y que tenía a alguien como Alexander dispuesto a abrirme las puertas a nuevas experiencias y oportunidades.