Que es lo que está dispuesta a hacer una madre por sus hijos?
La respuesta es fácil, todo, absolutamente todo.
Alma, una mujer fuerte y trabajadora dedicada a la ayuda psicológica de niños desea con todo su corazón ser madre, tristemente para ella es imposible.
Un día conoce a un pequeño muy singular, un bebé de apenas un año de vida, con una mirada diferente, intimidante, una mirada que a ella la enamora.
Por culpa del origen del niño ellos son separados, y ahí volvemos al inicio, de que será capaz Alma para volver a ver a su hijo, su amado hijo?...
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capitulo 22
Un silencio incómodo prevaleció dentro del auto de lujo en que viajaban Terrence y Becca, fue un viaje de aproximadamente cuarenta minutos dónde él no dejó de ver su computador personal, al llegar, el chófer abrió la puerta, él tomó su computador y bajó sin siquiera ver a la chica, ella corriendo lo sigue. La puerta de la mansión ya estaba abierta siendo recibidos por el mayordomo, un hombre de unos 50 años muy bien conservado, de cabellera castaña con hilos plateados, vestido pulcramente y con una fuerte presencia, se observan tatuajes que sobresalen de sus brazos hacia sus manos, así como letras que se ve comienzan en su pecho hasta el cuello dándole un aire de tipo malo.
- Todo lo que me pediste está ordenado en tu despacho - le dice mientras toma su abrigo, al darse la vuelta observa a Becca parada cerca de puerta, ella sonríe y mueve la mano saludando, el señor carraspea y voltea a ver a su jefe - quién es la señorita? -
- Becca Keller - responde sin verla, observando la correspondencia sobre una mesita - es mi prometida y vivirá aquí de ahora en adelante -
- Ah, si? - responde el mayordomo levantando una ceja - bueno, en ese caso me presento, mi nombre es Lucius, soy el encargado de la casa, me pongo a sus órdenes señorita -
- Gracias Lucius, es un gran placer - ella levanta la mano, el mayordomo la toma viéndola algo incrédulo, pero ella hace el agarre fuerte y sacude suavemente, el rostro del tipo cambia, ahora le sonríe satisfecho
- Que habitación será para la señorita? -
- La que sea - dice Terrence dirigiendo sus pasos hacia adentro, de nuevo sin verla camina perdiéndose de vista
- Qué le parece una habitación con vista a los jardines? - le dice Lucius
- Estaría perfecto -
El mayordomo le ayuda con su maleta, es una relativamente pequeña, que aparte es liviana
- No sabíamos que llegaría, solo hay implementos de baño que usa el señor -
- No hay problema -
- Mañana tomaré nota de sus gustos y se pedirá lo que necesite -
- Gracias -
- Algo más en que le pueda ayudar? -
- Lucius, en la mañana, a qué hora se va el señor? -
- A las 6 en punto -
- Tan temprano?! - Becca se queda pensativa
- Quiere que le diga su horario completo? - le dice el mayordomo con mirada pícara
- No, yo misma lo averiguaré -
- Puedo ser sincero? -
- Por favor -
- Me impresiona y alegra que el señor tenga una prometida, siempre está solo, y cuando digo solo, es completamente solo - Becca lo mira atenta - nunca le ha interesado convivir con otra persona a menos que sea para hablar de negocios, y en parte se debe a que tiene un carácter complicado, y gustos complicados -
- A que te refieres? - pregunta Becca curiosa
Lucius se queda en silencio, cuando abre la boca, se escucha que Terrence le llama
- Me retiro, que descanse -
- Buenas noches -
Acostumbrarse a una nueva cama es complicado, después de darse una ducha, Becca se quedó despierta hasta la 1 de la madrugada. Todo está en completo silencio, así que fue fácil escuchar una serie de ruidos extraños, iban desde leves sonidos de muebles siendo movidos, charlas en forma de susurros, oraciones cortas e incluso lo que parecía gruñidos, todo en breves momentos
- Extraño el infierno - dice Becca en un susurro mientras abraza una almohada - extraño a la loca de Mazi, y extraño mucho a Esteban - suspira cansada y vuelve a cerrar los ojos esperando dormir
La alarma sonó a las 5 am, a regañadientes la pospuso
- 10 minutos más - así pasaron otras dos veces, viendo que era cerca de las 5:30 se levanta de un brinco - Diablos - busca deprisa algo para vestir, da gracias que Lara tuviera buen gusto, ya que lo primero que se pone luce muy bien, arregla su cabello lo mejor posible en 5 minutos, se lava los dientes y solo aplica brillo de labios - es suficiente - baja corriendo, la idea era estar en la sala cuando Terrence bajara y así acompañarlo
- Buenos días, señorita - Lucius le saluda estando a su espalda, Becca se da la vuelta para regresar el saludo, pero se queda impresionada
- Lucius? -
- Si? -
- Porque tu piel es de color rojo? -
El mayordomo se queda completamente quieto, sus ojos como platos y con rostro asustado, se va poniendo pálido, o en su caso recobrando color humano, cuando se ve igual a como lo conoció, Terrence aparece acomodando su corbata
- Deje todas las indicaciones en el despacho - Lucius asiente sin dejar de ver a Becca que le sonríe burlona, mirándola le dice - que haces despierta tan temprano? -
- Puedo acompañarte? - Terrence le dedica una mirada fría, ella solo sonríe - por favor, prometo no ser una molestia -
Con una sonrisa de lado responde - bien, vámonos -
Cómo siempre, Terrence camina sin prestar atención a Becca, cuando ella pasa por un lado de Lucius le susurra - tenemos una plática pendiente -
Tal parece que la rutina de Terrence es estar metido en su computador todo el tiempo posible, Becca lo observa de vez en cuando, y si no está en la computadora tiene el móvil en la mano, no dice ni una sola palabra, ni siquiera al chófer, lo raro que él tampoco dice nada, solo observa el GPS en la pantalla del tablero
"Que razón tiene Lucius al decir que siempre está solo", Becca suspira lo más fuerte posible, observa a Terrence, pero él ni se inmuta, mira al frente y por el espejo retrovisor el chófer le dedica una mala mirada, ella frunce el ceño y le saca la lengua, el chófer se concentra al frente, Becca sonríe.
Llegan a un edificio de varios pisos, Becca observa todo como ya se está acostumbrando, en silencio. Se da cuenta de que no hay portero en la entrada, la recepcionista apenas va llegando a su lugar de trabajo y les sonríe nerviosa, pide que se presenten y de inmediato los acompaña al último piso, no se escucha movimiento alguno, está consiente que es muy temprano, la mayoría de los trabajos comienzan a las 9, siendo apenas las 7 es normal no ver a nadie, pero según lo que sabe, Terrence es un gran empresario, si ella fuera la dueña de este lugar obligaría a todos a estar en sus puestos para dar la mejor impresión posible.
Llegando a su destino, la misma chica abre la puerta y los anuncia, al ir detrás, Becca se sorprende al escuchar la voz que les saluda
- Buenos días, sea bienvenido - Becca da un paso a un lado para salir de detrás de Terrence
- Becca?, que haces aquí? - Oscar Keller dice de forma molesta, ella arruga la frente
- Nos retiramos - dice Terrence con su voz grave y fría - no estaré en un lugar donde mi prometida no sea bien recibida - Becca se cruza de brazos y sonríe prepotente, aunque ni ella se cree las palabras del señor Black, se alegra de molestar a su padre...
