Isabelle Storm se ve obligada a huir de casa, luego de que su madrastra convenciera a su padre de obligarla a contraer nupcias con un reconocido multimillonario,en la estación de trenes choca con un joven guapo y divertido que le cambiará la vida completamente, ambos quedan flechados al instante y sin saberlo; con caminos distintos por recorrer, el amor los reunirá de nuevo, aunque el camino no será sencillo, será un terreno inestable lleno de mentiras y secretos.
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una búsqueda sin fin y un encuentro padre e hijo
—Tres años han pasado y sigo sin encontrarte hermosa.
Dylan acariciaba la fotografía de su boda, él abrazaba a su esposa y ambos se veían felices.
Después de salir del hospital consiguió al mejor fisioterapeuta en todo París, tomo rehabilitación y en 9 meses por fin consiguió deshacerse de la silla de ruedas, al principio quiso darse por vencido, pero solo con el hecho de poder viajar y recuperar a su esposa lo motivaba, logro en tiempo récord ponerse de pie y con la ayuda de un bastón empezó a caminar, aunque fue difícil al final logro conseguirlo.
Su empresa se mantenía bien, tenía la mejor constructora en todo París, al menos su hermano se había encargado de no arruinarla era lo único bueno que le dejo. Dylan logro ganar cada uno de los tratos, era un afamado ingeniero que un cliente de Londres le había solicitado realizar una construcción y aunque al principio había dudado acepto viajar hasta Londres para realizar el trabajo.
—¡lo logré pequeña! Con el retrato en sus manos acaricio el rostro de su esposa.—pronto te encontraré mi princesa y sabrás toda la verdad, yo nunca te haría daño, tú eres la única mujer en mi vida Isabelle Storm.
Alguien tocó a la puerta y Dylan dejo la fotografía en su lugar.
—señor el investigador privado llegó.
—dígale que pase por favor y traigamos dos tazas de café, el mío sin azúcar y que sea doble por favor.
—en un momento señor Tremblay.
El investigador privado paso a la oficina de Dylan y estrecho su mano.
—buen día, señor Tremblay.
—buenos días Russo espero que me traiga buenas noticias.
—bueno señor la última vez que la señora Tremblay fue vista, fue hace tres años tomo un avión a Londres y señor hay algo más que deba saber.
—dígame entonces Russo.
—su esposa, señor... Bue..no ella estaba embarazada tenía 20 semanas de embarazo.— logré contactar las clínicas en donde probablemente ella pudo llevar su embarazo y después de soltar un poco de efectivo, descubrí que la señora estaba embarazada antes de que usted tenga su accidente.
—eso quiere decir que... ¿Tengo un hijo?
—así es señor Tremblay, su hijo sacando cuentas debe tener 3 años más o menos.
—gracias Russo está información que me has traído es la mejor que he escuchado en mucho tiempo, ¡¡un hijo, tengo un hijo!! ¡Cielos mi pequeña y yo tuvimos un hijo!
Dylan estaba muy feliz y lo que le hacía más feliz era que tenía una familia, una familia que iba a recuperar.
—pronto viajaré a Londres Russo y créeme haré hasta lo imposible para encontrarla moveré cielo y tierra, es momento de reunir a mi familia.
El hombre tuvo ganas de llorar al parecer el destino no lo estaba tratando tan mal, adelantaría el viaje a Londres y utilizaría cada peso que tenía para encontrarla, a ella y a su hijo o hija. Dylan aún no sabía que él tenía un hijo.
Londres
Una semana después.
Bueno por fin estoy en Londres, Dylan llego en el primer viaje de Nueva York, había viajado con todas las comodidades que puede ofrecer la primera clase. El cambio de horario no era mucho solo una hora de diferencia, y debido a que el estaba acostumbrado a viajar desde que era joven el cambio no le había afectado en nada,había tomado el vuelo por la mañana y había llegado en una hora con quince minutos, ya que el vuelo no tuvo ningún retraso.
En lo que Dylan buscaba un taxi para ir a un hotel y hospedarse, logro repartir unas cuentas fotografías de su esposa, aunque habían pasado tres años tal vez Isabelle no había cambiado.
un taxi se detuvo y Dylan subió a él.
—buenos días al Hilton Garden por favor.
—buenos días claro que sí joven llegaremos en un momento.
—gracias.
después de ponerse en marcha y llegar al hotel Dylan pidió la suite presidencial y tomo un descanso. Se quedó dormido que perdió noción del tiempo, para cuando desperto era de tarde, decidió comer afuera, así que salió a caminar fue al Hyde Park en cual estaba cerca del hotel y pensó en repartir algunas fotos de isabelle, mañana tendría una reunión con su cliente así que pensó en relajarse y buscar inspiración para la construcción que pronto iniciaría.
llegó hasta el parque en donde los niños se divertían, se imagino como sería su pequeño hijo o hija.
—¿tendría mis ojos o los de ella?¿será niño o niña? La verdad es que no me importa lo amaría fuere lo que fuere.
Mientras Dylan se imaginaba como sería su hijo con isabelle, una colorida pelota rodo hasta sus pies, él se inclinó y sostuvo la pelota.
—oiga señor esa pelota es mía.
un pequeño con ojos oscuros, piel blanca y cabello color azabache se le acercó.
El niño tenía una voz muy linda, era tan hermoso.
— podria devolver me mi pelota por favor. O sino tendré que llamar a mi papá.
—ten pequeño
Dylan le entrego la pelota al niño, el sonrió y en ese momento recordó a isabelle cuando sonreía, el niño tenía la misma sonrisa que isabelle. Y viéndolo bien se parecía un poco a el.
—¿será coincidencia? Oh, pero que tonterías estoy diciendo no puede ser mi hijo, entre tantos niños él no puede ser mi hijo. —debo dejar de pensar en ellos por un momento, ya estoy empezando a alucinar.
—¿se encuentra bien señor?
—si, pequeño no pasa nada estoy bien.
—ah bueno, en ese caso debo irme; pronto me empezará a buscar mi papá. Si sabe que hable con un extraño él se enojara.
—bueno en ese caso no hagas enojar a tu papá, debes ser un buen niño.
—¡¡Matt!!, ¡¡Matt!!
Fueron segundos que Samuel se descuidó y Matt se había alejado, debía encontrarlo lo más rápido posible, a pesar de tener tres años Matt hablaba claramente y era un niño muy inteligente.
Matt se encontraba frente a Dylan ambos estaban platicando, Dylan pensó en que era mejor mantener al niño con él y así evitar que él se perdiera decidió sentarlo al lado suyo y comenzó a platicar con el. Su padre vendría por el cuando vea que el pequeño no regresaba y cuando lo viera ahí se lo llevaría.
—por cierto como te llamas niño
—mi mami dice que no debo decirles mi nombre a extraños.
—en ese caso, dejemos de ser extraños. —mi nombre es Dylan Philip Tremblay.
—¡¡tenemos el mismo nombre!!
—ah, así entonces dime cuál es el tuyo.
—mi nombre es Matthew Philip storm.
—¿Storm? ¿Tu apellido es Storm? Que coincidencia yo estoy buscando a una persona con ese apellido.
—¡¡matt!!
Samuel llegó a dónde estaba Matt, él estaba sentado en una banca al lado de un hombre, mientras se fue acercando Samuel se quedó con la boca abierta, ¡¡Matt estaba sentado al lado de su padre!!