Beatrice es la hija de una joven venezolana de clase alta que fue excecrada de su familia por salir embarazada de un joven extranjero a quien consideraban que no estaba a la altura de su status social. Ella creció sintiendo resentimiento por el hombre que la enjendró y cerró su corazón al amor, su único objetivo será vengarse de quienes condenaron al dolor y la desidia a su madre.
Davide es un turista italiano aventurero que queda prendado de la belleza de Beatrice y se plantea conquistarla para una aventura, sin saber que un accidente uniría de distintas formas su destino.
Vendetta es la confluencia de distintos aspectos de la vida, traición, dolor, sentimientos de venganza y amor, con un punto muy común en la sociedad venezolana y que muestra la realidad de dos culturas que a lo largo de la historia han interactuando.
¿Habrá una verdad oculta en su origen?
¿Conseguirá el italiano la atención y el amor de la venezolana?
¿Hasta donde los llevará la venganza?
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¡TE HAS METIDO DENTRO DE MÍ, MUJER!
Salimos a la celebración, el ambiente de fiesta se mezcla con los. puestos de dulces, las barricas de vino; hay muchos turistas y parece que toda la población salió a celebrar, hoy por primera vez siento que disfruto Italia, hoy decidí despejar mi mente, ser libre.
Vamos caminado y Davide me toma de la mano, no la suelto porque habiendo tantas personas pudiera perderlos, sin embargo, me gustaría soltarme, con cada roce de él mi estómago, se contrae, estoy pensando seriamente en un desparasitante. Mi papá y Chiara nos ven y no dicen nada, supongo que piensan que estamos comenzando a tratarnos como los hermanastros que somos.
Miles de personas festejan brindando y destapando los vinos recién madurados, muchas bodegas regionales abren sus puertas para ofrecer una degustación...
-El 11 de noviembre es una buena ocasión para saborear las clásicas caldarroste, el pan casero y los dulces típicos de esta fiesta. - Dice Chiara -
- También en esta zona de Palermo se comen unos bizcochos (u viscottu di San Martino abbagnatu) de forma redonda y aromatizados con semillas de anís, se “mojan” en vino moscato.- completa sonriente mi padre y así cada uno va aportando algo a la pequeña clase de cultura que amenamente me están dando; que si existen diferentes tipos de estos dulces: el tricotto, crocante y frito, destinado a ser “mojado”; el rasco, masa tierna embebida en licor y rellena con ricota; y el bizcocho decorado, rociado con azúcar y pintado con chocolate y pare de contar.
Luego de un rato disfrutando los cuatro, los mayores nos avisan que se quedarán atrás, que sigamos disfrutando y se marchan, no sin antes advertirle a mi acompañante, que aún no suelta mi mano, que no se separe de mí, pongo los ojos en blanco ¿Será que piensan que soy una niña?.
Llegamos a un viñedo dónde nos invitan a pasar, recibiéndonos con copas de vino, ya no sé ni cuántas llevo, lo que si sé es que es suficiente para que sienta calor a pesar del clima de noviembre. Davide, cada vez está más cerca, ya no sólo me toma de la mano, también pasa su brazo por mi cintura, nos alejamos del bullicio, caminamos entre vides y de pronto quedamos mirándonos fijamente, entonces me besa, un beso suave y tierno que me hace estremecer, no sé si es el efecto del vino que me da valor, pero no me retiro, la Beatrice sobria saldría corriendo, pero quiero seguir, su boca es adictiva, este hombre de ojos de mar está haciendo estragos en mi, continúo sin detenerlo, al contrario, lo tomo por sus cabellos y soy yo quien profundiza convirtiendo un ósculo inicial en un beso palpitante, no nos retiramos por falta de aire, porque para respirar tenemos la nariz, tampoco sé cuánto tiempo llevamos besándonos, pero si continuamos así, después me voy a arrepentir.
- Desde la primera vez que te vi quise hacer esto, pero hoy lo hago por las razones correctas. ¡Te has metido muy dentro de mí, mujer! - dice mientras me estrecha en sus brazos y yo no sé que decir, sólo correspondo su abrazo y presionó mi cara contra su cuello mientras aspiro su aroma.