El Fénix Y El Dragón

Chan mantenía la cabeza agachada, así como todos los soldados, Qiao estaba furioso con todos por haber permitido que Tian muriera en manos de los Yuan, pero lo que mas le enojaba, era haber escuchado de Chen, que el asesino de su hermano, fue Yuan Xia, esa joven ciega, a quien consideró que era una inútil, pero no esperaba escuchar de Chen, que en realidad esa chica puede ver perfectamente y que posee una gran destreza en batalla.

Pero eso es lo de menos ahora, pues deben encontrar una forma de salir de ahí, pero solo tienen un camino y deben arriesgarse a enfrentarse con el enemigo.

Xia poe su parte ha dado una idea, utilizar el mismo método que le sugirió a su hermano Ru, derribar las rocas para cubrir el camino de regreso, aunque no sabrán cuantos quedaran vivos y puede que exista otra forma de salir de ahí, pero eso les puede ayudar para adelantarse y regresar a la capital, aprovechar que casi no hay soldados en el palacio y acabar de una vez con el emperador.

Shen y Gao discuten un momento sobre esa idea, pues si el emperador cae, tendrán una gran ventaja, ya que el príncipe heredero de Shanxi, estaría ya en el palacio, reclamando su victoria ante Tianwi. Con eso en mente, deciden aceptar la idea y ponen en marcha todo, colocan pólvora en lugares específicos y se posicionan los arqueros para lanzar las flechas con fuego, Xia y Shen quedan al frente, por si algunos soldados logran salir, mientras que Gao ha subido al pie de la montaña para asegurarse de que los arqueros estén en sus posiciones.

Pronto ven venir al ejército enemigo, así que se preparan para el ataque, pues a Qiao no le quedo de otra que tomar la ruta de regreso, aunque sabe que es arriesgado. Cuando estaban en la zona correcta, Gao da la señal y los arqueros lanzan las flechas, ante esto, Qiao apresura a sus tropas; la pólvora no demora en detonar, causando que la avalancha de rocas. Por supuesto, no todos quedan sepultados, ni atrapados, un gran número logro salir entre ellos, Qiao, quien ordena rápidamente el ataque.

Shen y Xia que esperaban con sus tropas, inician el ataque contra ellos. Qiao se sorprende al ver a Xia, pues esta no lleva las vendas en sus ojos y era muy notorio que podía ver. Estaba por ir directamente a atacar a Xia, pero Shen se interpone.

— tu enemigo soy yo...pagarás por intentar tomar mis tierras.— Shen estaba furioso ante Qiao.

— y las obtendré, ni tú, ni los Yuan me detendrán.— responde Qiao.

— eso lo veremos, ellos ya saben del porque ustedes los quieren muertos.— Shen sonríe con burla.

Qiao al escuchar esto, comienza a atacarlo, pero Shen se defiende fácilmente, así que Qiao usa su Qi para enviar ráfagas que cortan todo lo que le se cruce, pero Shen los detiene usando su propio Qi de fuego.

Xia por otro lado se enfrenta a Chen. Pese a que parte del enemigo se quedo atrapado entre las montañas, aún seguían siendo demasiados, pues los soldados que iban con ellos no eran suficientes y las tropas de Shi aún no llegan, aunque puede que el mensajero aún no haya llegado.

La batalla se tornaba tardía, hasta que de pronto, escuchan una explosión proveniente del otro lado de los escombros, tal parece que los soldados enemigos también tenían pólvora e intentan salir rompiendo las rocas que les impiden el paso, por lo que deben darse prisa antes de que logren escapar. Nuevamente una gran explosión se escucha, causando que las rocas se derriben y otras son lanzadas, Shen ve que una iba directamente hacía donde estaba Xia, pero de un momento a otro, alguien pasa a caballo jalando a la chica y Chen es quien resulta golpeado por aquella roca.

Xia no esperaba que pasara algo así, pero se ve en brazos de un joven atractivo y quien le mira con una expresión extraña, entre preocupación y asombro.

— ¿Xia? ¿Estás bien? ¿acaso puedes ver?— pregunta.

Xia se aparta y baja del caballo, mirando con molestia al recién llegado, incluso Shen llega hacia ella.

— ¿señorita Xia, estas bien?— levanta la vista.— ¿quien eres?—

Shen se interpone entre Xia y aquel joven, quien no duda en mirarlo con molestia.

— soy Chai Bao, segundo príncipe de Tianwi ¿quien eres tu para interponerte entre mi esposa y yo?— pregunta con molestia.

— Wang Shen, príncipe heredero de Shanxi y me interpongo porque no conozco tus intenciones, no dejaré que dañes a la señorita.— responde sin dejar de mirar a Bao con molestia.

— suficiente.— Xia sostiene el brazo de Shen.— no se de que lado estés, príncipe Bao, pero nosotros debemos seguir con una batalla y si no ayudas, no estorbes.—

Xia recoge su espada y se prepara para volver, observando que los hombres atrapados en la montaña han comenzado a salir, pero afortunadamente, las tropas de Shi iban llegando. Bao se quedo sorprendido ante la actitud de Xia, ya que cuando la conoció, era una chica bastante tímida, pero ahora ahí iba, enfrentando a sus enemigos.

— es una mujer feroz, jamás podrías comprenderla.— le advierte Shen.

Dicho esto, también regresa al campo de batalla, no piensa dejar sola a Xia. Bao baja de su caballo, para unirse a la batalla, sorprendiendo a Qiao al verlo ahí, no creyó que logrará escapar.

— parece que has visto un fantasma hermano...les dije que jamás se saldrían con la suya.—

Bao no tiene problemas en atacar a Qiao, por muy su hermano que sea, no piensa perdonar lo que han intentado hacer, aun cuando los Yuan nunca han tenido malas intenciones, su padre y hermanos querían exterminar a la familia.

— eres un tonto, si ellos ganas perderás todo, incluso a tu esposa, ¿no lo ves? El príncipe de Shanxi tiene sus ojos sobre ella.—

— Xia es libre de decidir con quien quiere estar. No por algo así tengo que traicionar a la verdadera familia imperial.—

Bao era muy bueno peleando, simplemente que cuando lo capturaron, le habían puesto algo a su bebida, causando que no pudiese defenderse, pero ahora, Qiao pagará por todas las torturas que le hizo vivir.

...