Hasta Que Te Enamores De Mí!!! [Saga - Lucha De Amor Parte II]

Andrés: entonces tendré que declararme muerto en vida, porque no descansaré hasta saber todo de ti.

Zoe: a sí? (Levantando una ceja), pues suerte con eso! (Sintiéndose segura de que Andrés no lograría su cometido).

Andrés: no te creas, hasta los momentos no me va tan mal, ya he logrado saber cosas de ti.

Zoe: cosas de mí? cómo que? (con mirada incrédula).

Andrés: te cuento. Eres una excelente modelo..(ella lo interrumpe)

Zoe: eso todos lo saben.

Andrés: pero déjame terminar.

Zoe: bien, continúa.

Andrés: bien, cómo te dije, eres una excelente modelo, te gusta hacer ejercicio, te gustan la comedias, el chocolate, la música romántica, el olor de las rosas, ODIAS el pescado crudo (ella sonrió), eres de pocos amigos, aunque... eres una persona muy agradable, por eso no entiendo por qué eres tan solitaria. Dime Zoe, me equivoqué con lo que dije?

Zoe: (con una sonrisa tímida) no, en lo absoluto, todo eso es cierto.

Andrés: ves? (Sonriendo también).

Zoe: No te sientas ganador, todo eso lo descubriste por casualidad.

Andrés: claro que no, lo descubrí porque presté atención. En cambio... estoy seguro de que tú no sabes aún nada de mí, eso te deja muy mal, porque los amigos deben conocerse bien.

Zoe: tienes razón, no se nada de tí, solo que eres publicista, que no eres de la ciudad, no te afectan los prejuicios, que eres muy CURIOSO (el sonríe), amable, caballeroso, te gustan los caballos, las sodas de naranja, la comida Italiana, el café cargado... (Ella no continuó porque se fijó en la cara de asombro de Andrés). Que pasa?

Andrés: es que... (mirándola fijamente aún asombrado) no pensé que sabías esas cosas sobre mí, cómo sabes que me gustan los caballos?

En ese momento supe que había hablado más de la cuenta, Andrés estaba sorprendido por las cosas que yo había descubierto sobre él, de hecho sabía otras cosas más pero preferí no mencionarlas, de otra manera se daría cuenta de que yo también prestaba mucha atención en él.

Zoe: ehmm... lo supe por casualidad, sólo atiné (tratando de restarle importancia).

Andrés: (sonrió) cómo sabes que me gustan los caballos? (Insistió en su pregunta con voz suave y gentil).

Zoe: es que ... vi que tenías fotos y adornos de caballos en tu oficina y en el auto. (Respondí de manera timida).

Andrés: ya veo... y supongo que lo demás lo has descubierto por las veces que hemos almorzado juntos, no es así? (ella asintió), bueno, yo estaba contento por conocer algunas cosas de ti, pero ahora que tú me has demostrado que también sabes cosas de mí, me haces sentir en desventaja. Pero no importa, eso podemos arreglarlo.

Zoe: arreglarlo?

Andrés: si, ya que estamos aquí, los dos, sólos, conversando... (acortando el espacio entre él y yo) podemos aprovechar para seguir conociéndonos no crees? (yo me pongo algo nerviosa y él se separa un poco) vamos, pregunta cualquier cosa que quieras saber de mi, lo que sea! te aseguro que te responderé con sinceridad sin importar lo que preguntes (con esa sonrisa que últimamente me derrite).

Yo lo miré mientras pensaba, por una parte quería tomarle la palabra y hacerle unas cuantas preguntas que rondaban por mi cabeza, pero por otro lado, sabía que acceder a eso significaba que él también me haría preguntas a mi, y es bastante claro que sus preguntas me sacan de mi zona de confort.

Zoe: se lo que estás tramando (levantando una ceja).

Andrés: tramando? yo? (haciéndose el inocente)

Zoe: si, lo que quieres es que yo te pregunte cosas y así someterme a recibir tus preguntas.

Andrés: Ay Zoe, yo si quisiera someterte, pero a otras cosas (suspirando).

Zoe: Quéee??!!! (Con mis ojos bien abiertos).

Andrés: (negó agitando sus manos y cabeza) no, no... quise decir... que, que... no se trata de eso, no, yo no... (tartamudeando). Cielos! (se tapó el rostro con sus manos mientras apoyaba sus codos en los muslos). Lo siento Zoe, no se por qué cuando estoy cerca de ti me vuelvo un idiota (con voz de lamento y su rostro aún cubierto), si, eso soy, un idiota.

Al principio me alarmé por su comentario, pero luego su reacción me causó ternura, él estaba muy avergonzado, ni si quiera se atrevía a darme la cara, a pesar de que él me hacía comentarios atrevidos con mucha frecuencia, yo no me sentía intimidada, todo lo contrario, él me aportaba seguridad, en el fondo yo sabía que él no me haría daño y tampoco se sobrepasaría conmigo.

Zoe: acepto tus disculpas, no eres un idiota, a veces te comportas como uno pero no lo eres.

Andrés: de verdad me perdonas? (levantando su cara para verme, como un niño que se disculpa por hacer una travesura).

Zoe: claro que sí, eres mi amigo no? los amigos se perdonan (sonriendo).

Andrés: (suspiró con alivio) pensé que te enojarías conmigo, se que lo que dije fué muy incómodo para ti, pero creeme que no quería ofenderte.

Zoe: tranquilo (coloqué mi mano en su hombro), no pasa nada, los amigos deben soportarse hasta en los momentos incómodos, de lo contrario yo no podría ser amiga de Melissa jajajajaja ella si que me sabe incomodar, al parecer tu serás igual (con una sonrisa de labios cerrados).

Andrés: no dejas de sorprenderme, acabo de comportarme como un...

Zoe: anda, dilo (sonriendo).

Andrés: como un baboso. Aún así tu eres linda conmigo, hasta estás sonriendo.

Zoe: bueno, esa es la ventaja de la amistad, en otra circunstancia te habría pegado tremenda cachetada jajaja. Pero ya olvídate de eso, mejor contesta mi primera pregunta.

Andrés: bien, pregunta lo que quieras! Te prometo que yo no preguntaré nada fuera de lugar.

En ese momento el cambió de semblante, su cara reflejaba emoción, se que acceder a ese juego de preguntas era un arma de doble filo para mí, estaba jugando con fuego, y tenía bien claro quién de los dos se iba a quemar, pero después de las cosas que el había hecho por mi en otras ocasiones, no pude dejarlo así angustiado.

Después de un buen rato conversando e intercambiando preguntas sobre nuestros gustos, preferencias y opiniones sobre cosas triviales, ya habíamos descubierto desde el color favorito de cada uno, hasta de que lado de la cama preferíamos dormir, eso sí, él cumplió con su promesa de no hacer preguntas incómodas fuera de lugar, realmente parecíamos un par de amigos.

Andrés: bien, es tu turno, cuál es tu siguiente pregunta?

Zoe: la verdad ya no se que preguntar, hemos hablado de casi todo, tu aún tienes preguntas?

Andrés: yo siempre tengo preguntas (sonriendo).

Zoe: jajaja empiezo a creer que es verdad jajaja, pero ya es suficiente por hoy, haz tu última pregunta.

Andrés: y si esa pregunta viene con una petición?

Zoe: si está a mi alcance y es algo simple si.

Andrés: que perfume usas?

Zoe: mi perfume? emm.. pensé que preguntarias otra cosa. Yo uso el perfume ***** siempre me ha gustado, pero es algo difícil de encontrarlo.

Andrés: me encanta esa fragancia.

Zoe: y cuál es la petición?

Andrés: podrías... dejarme olfatearlo?

Zoe: ah eso, si claro, quieres que vaya a buscarlo? (Me pareció una petición extraña pero no le ví nada de malo).

Andrés: no es necesario, lo estás usando no?

Zoe: (con el ceño fruncido por la confusión) si, todos los días lo uso.

Andrés se corrió un poco hacia mi, quedó sentado a mi lado, cerca, muy cerca, con su mano me tomó cuidadosamente un mechón de cabello y lo colocó detrás de mi oreja.

Zoe: q..que haces? (tartamudeo un poco al sentir su cercanía).

Andrés: tranquila, quédate quieta, solo voy a olfertar tu perfume, no te haré nada. (con voz suave y seductora)

Yo asentí levemente, pues no me podía ni mover, él me miró a los ojos con una bella sonrisa y luego hundió lentamente su rostro en mi cuello, yo también podía percibir su perfume varonil y sentir su respiración acariciando mi piel, se sentía tan... no sé cómo, excitante?, mi corazón latía fuertemente, mi piel nuevamente se erizó, ese correntazo se volvió a sentir correr por todo mi cuerpo y se concentró entre mis piernas haciendo que las cruce y apriete fuerte.