Después de morir, Andrea despierta en un extraño mundo. Decidida a vengarse, se enfrentará a todo protegiendo lo que mas ama...
NovelToon tiene autorización de 111Kira para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
21
Era de día nuevamente, soleado, brisa fresca... Y yo en cama aún sin ganas de moverme.
Hace un rato que había despertado, pero al igual que mi hijo, decidimos darnos un tiempo más ahí... pero mientras el silencio permanecía entre nosotros, el tiempo parecía seguir. Cada segundo el sol avanzaba mas, las aves cantaban y revoloteaban, sumergidos en nuestros propios pensamientos, logré escuchar unos toques fuertes en la puerta, seguido de la voz del Mayordomo anunciando una inesperada visita.
Me cambie rápidamente, como aun estaba de luto, mi ropa era apagada y sin joyas. Pedí a Adriel descansar un rato mas, y que se tomaran unos días antes de volver a sus clases, ya que sabía que todo esto les había afectado bastante, y si ni yo tenía cabeza para hacer el trabajo, estaba segura que ellos no lo tenían para almacenar toda esa información que se les daba.
Al llegar al recibidor, ahí parado vi a aquél hombre que había estado presente en el ritual respectivo que hicimos para recibir el titulo de Condesa, imaginaba de que trataba todo esto, así que pedí que llamaran a los niños y a las concubinas que aun estaban en casa mientras lo dirigía a la oficina del Conde y pedía unos bocadillos para la visita.
Con todos en la oficina, el representante del Rey cogió el pergamino en donde se ponía el testamento del Conde. Con lectura pausada fue anunciando pequeñeces que dictaminaban las decisiones que tomó el dueño de aquellas palabras para después de su muerte. Las riquezas que acumuló en vida, su hermana que nadie esperaba que estuviera viva, sobrinos, su viejo amigo y mayordormo, la gente del territorio que manejaba, negocios, etc. Se ponían plasmadas en letras decisiones que tomó acerca de todo aquello que apreciaba o que significaban mucho para él. - Y todo esto deberá ser ejecutado - dijo aquél hombre - por la madre de mi heredero, mi mujer y esposa, la Condesa Margaret Spanos, quien deberá velar no solo por el bienestar de mi hijo y heredero Adriel Spanos, sino tambien por la de mis otros hijos. Será ella quien será responsable de todo lo que construí en estos años, hasta que mi heredero Adriel Spanos tenga la edad y conocimientos de heredar el título, o que en otro caso, la Condesa muera, heredando mis bienes y título a mi hijo. - Cerrando el pergamino continuó con una ultima frase del Conde mientras su miraba estaba fija en mi persona - confío en que lo harás bien, gracias por todo... mi amada esposa.
Desconcertada y con la cabeza un lío lo miré y agradecí su visita.
.
- Muchas gracias - dije de manera sincera y haciendo una reverencia por respeto
- No hay de que Condesa, perdone no llegar antes, y siento mucho su pérdida - dijo retirándose de la oficina, mientras todas nos manteníamos ahí con un tenso silencio.
Nos mantuvimos así hasta que me levanté y al mayordomo, que también estaba presente, le pedí reunir a todo el personal pues se debía dar un anuncio importante, no podía seguir en cama con mi tristeza, el mundo no se detenía, y yo tampoco debía hacerlo.
.
Mina Gertz
- ¿Eso es cierto, Condesa? - dijo con... ¿desprecio?
Margaret
- Así es - dije sin ocultar la verdad, pero inmediatamente se escuchó azotar la puerta, ya que esta se retiró
Rosaline Omonte
- ¿Quién lo diría? La recién llegada terminó con el título de esposa oficial del Conde - habló con resentimiento, mientras sentía unas pequeñas manos temblorosas apretando las mías
Margaret
- Disculpen si sienten que les fallé, pero no me vi con muchas opciones
Clara
- Opciones si tenía, pero... ¿por qué lo hizo? - habló dolida
Margaret
- Verán... - dije sentandome otra vez mientras ofrecía seguridad a Adriel que estaba notablemente alterado por todo esto, decidí ser sincera con ellas - Yo no soy fuerte, y sé que tampoco soy la gran cosa - hable con amargura - solo quería proteger a estos niños, quería proteger a mi bebé, y tal vez no era mi única opción... Pero no encontré otra mejor, solo irme, aunque sé que afuera todo es diferente - exhalando todo el aire que contuve, simplemente continue - Perdonen si sienten que les he fallado, pero no quiero que lo vean como tal, no pasé por todo lo que ustedes pasaron... Pero somos compañeras, acabamos en el mismo lugar y cada una tiene su historia, solo puedo prometerles que ya no deberán sufrir lo anterior, pues se perfectamente que ustedes son quienes mas recibieron la ira del Conde, fueron sus víctimas, y no puedo pedirles que le perdonen, solo que me den una oportunidad... Por que lo que menos quiero es que vuelvan a sufrir como antes, quiero que estén bien, y que sus hijos crezcan sanos y fuertes, sin el miedo de ocultar su rostro, y bajo mi protección y nombre...
Rosaline Omonte
- Eres una hipócrita - habló irritada
Margaret
- Lo sé... pero soy capaz de todo por lo que me importa, y estos niños me importan mucho... pueden ir a descansar y no se preocupen... Ahora podrán estar tranquilas, ya no teman en salir de este lugar - dije mientras prácticamente las botaba de la oficina.
Mientras esperaba que la oficina se vaciara, la señorita Bella se mantenía sentada... Quien al verla solo me dirigió una mirada extraña y con una reverencia se retiró dejándome sola con mis dos hijos.
.
Adriel
- Ma...mi - dijo apenas
Karra
- Madre, ¿eso significa que ahora seras quien esté a la cabeza de los negocios de padre? - dijo curiosa
Margaret
- Así es, trataré de hacer mi trabajo rápidamente para poder pasar tiempo con ustedes cariño - dije acariciando su rostro
Adriel
- Entonces... - dijo apenas - ¿todo acabó?
Margaret
- ¿A que te refieres mi cielo?
Adriel
- Tu nos cuidarás, ¿verdad madre?
Margaret
- No lo dudes, ahora puedo protegerlos y cuidarlos... - dije sintiendo inmediatamente sus brazos rodearme. Temblaba, temblaba demasiado mientras lloraba, él tenía miedo que algo sucediera, así parecía. - Tranquilo cariño, nunca los dejaría solos, te lo dije... ¿Recuerdas?, que yo los protegería sin importar que
Adriel
-Gracias...
Karra
- Gracias Madre...
Margaret
- ¿Por qué?
Karra
- Porque no sabíamos que sucedería
Margaret
- Aún no lo saben pequeña... - Señale mientras le acariciaba el cabello a Adriel para que se calmara
Karra
- Pero sabemos que madre se asegurará de que las cosas no vayan mal - mencionó con una pequeña sonrisa - Adriel... tal vez sería mejor dejar a mamá trabajar, tiene cosas que resolver - hablo con una suave voz
Margaret
- O pueden venir conmigo
Adriel
- ¿No te molestaremos mami?
Margaret
- Les hará bien distraer un poco su mente... No está de más que salgan ¿vamos? - dije preguntando a ambos mientras estos aceptaban
.
De esa forma nos fuimos al patio en donde estaba todo el personal reunido en una línea, todos aún con instrumentos de la ocupación que estaban desarrollando al momento de ser llamados. Después de verlos a todos, decidí anunciarles que de ahora en adelante sería yo quien estuviera al mando, que debían responderme a mi, y que cualquier cosa que sucediera debían resolverlo conmigo, pues yo era la Condesa.
Para corroborar mis palabras le pedí al Mayordomo que por su propia boca diga lo que vio y escuchó, posteriormente mostró el pergamino que firmamos en el ritual, y me entregó el collar que el Conde consiguió para mi, y el anillo del Conde. Estas joyas serían el símbolo del nuevo título y mando que tenía sobre estas tierras, así que debía portarlas siempre, en cada reunión o evento, cada vez que mi título debía ser demostrado ante la sociedad. Con eso señalado, pedí a los guardias hacer el comunicado a la gente del territorio junto al anterior asistente del Conde. Mientras yo iba a entregar el anuncio oficial al Rey, acerca de la muerte del Conde, del como falleció, cuando lo hizo, y de donde estaba enterado.
Con ese ultimo en mente, me preparé mejor para salir... Aunque se sentía extraño ya no hacerlo con el Conde, debía hacer esto, pues él confió en mi todo lo que tuvo, para cuidarlos y poder heredarlo a nuestro hijo, y eso haré... Me aseguraré que no solo cuidar todo, sino de aumentar su legado, haré sentir orgulloso a quien me enseñó como manejar todo eso.
.
.
Con casi siete meses de embarazo me encontraba en frente del palacio real, nuestro guardia y escolta nos había ayudado a bajar, y mientras yo esté entregando aquel pergamino, mis niños serían cuidados por Dalha, a quien pedí venir para aquél fin.
Cada paso se sentía extraño, mi cuerpo temblaba. Caminaba con el vestido negro de diseño simple mientras sentía esa extraña sensación, era como un miedo, nerviosismo, algo que desde mi pecho crecía y se extendía por todo mi cuerpo provocando una rigidez a cada movimiento que hacía, hasta que de pronto me encontraba en frente de la puerta del salón del trono, respirando lo mas profundo que pude, simplemente asentí para que me permitieran entrar.
Tratando de parecer lo mas segura posible, con pasos ligeros, al menos lo mas posible, avancé en frente de las dos personas que se encontraban ahí sentadas, y con una reverencia saludé a los dos Reyes, que significaban mucho para este cuerpo, para Margaret.
.
Margaret
- Que la gloria y gracia caiga sobre sus Majestades - dije levantando y enderezando mi cuerpo
Reina Beatrice
- Levanta la cabeza querida, hace mucho que no te veo
Rey Carlos
- Ciertamente fue mucho tiempo. Ven, acércate - Así lo hice - ¿Cuanto tiempo llevas?
Margaret
- Siete meses, Majestad
Reina Beatrice
- Te ves hermosa querida
Margaret
- Muchas gracias... Pero... No vine para eso
Rey Carlos
- Lo sé. Supimos de la muerte del Conde Spanos, lo sentimos
Margaret
- Gracias, yo... Venía a entregar el anuncio
Reina Beatrice
- Ya querida, tranquila... ¿por qué no me acompañas a comer unos bocadillos? Hace mucho que no te tenemos con nosotros y sería gratificante recordar los viejos tiempos - habló con una sonrisa mientras acariciaba mis manos
Margaret
- Me temo que tendré que rechazar su oferta, Majestad. Traje a mis hijos conmigo, y como sabe... todo está muy reciente, no me siento con humor para algo así
Reina Beatrice
- Pero
Rey Carlos
- Lo entendemos - dijo interrumpiendo a su esposa - Esperamos que pueda visitarnos pronto
Margaret
- Trataré de hacerlo Majestades, pero no se si sea lo mas apropiado dado a la situación en la que estamos
Reina Beatrice
- Tonterías, ya le aclaré en la reunión pasada que nuestra relación al menos para mí era de amistad, y que esperaba que así siguiese a pesar de lo suscitado con mi hijo
Margaret
- Gracias por aquello, pero como ve... No se si tendré mucho tiempo para todo eso, pues quisiera dedicarme a los negocios y el territorio Spanos, ademas de cuidar a mis hijos - dije con una sonrisa
Rey Carlos
- Me parece bien que les de tiempo, Condesa Spanos, y espero que aunque no pueda visitarnos, no niegue la visita de nosotros a su residencia
Margaret
- No podría negarlo, sus Majestades. Me retiro primero - dije mientras hacía una despedida de cabeza
Reina Beatrice
- Que tenga buena tarde, Condesa.
Margaret
- Lo mismo digo sus Majestades
.
.
Rápidamente los días pasaron sin siquiera darme cuenta; aquella oficina al que tenía que ir cada mañana me estaba revolviendo la cabeza, sin darme cuenta un vacío se iba instalando en mi pecho, aunque no era la única... Pues mis pequeños niños también mostraban una actitud un tanto desanimada, especialmente Adriel que de vez en cuando trataba de decirme algo, pero se arrepentía inmediatamente, además, constantemente se ponía nervioso y se la pasaba acompañado del lobo que me encontró el día que ocurrió todo. Por otra parte, Karra le temía a aquel lobo, que aunque no era agresivo, trataba de esquivarlo lo más posible, tal vez era su tamaño lo que tanto miedo le daba, además de sus grandes dientes que lo hacían ver bastante peligroso.
Las concubinas se mantenían aisladas, no hablábamos y no coincidíamos ni por casualidad, aunque si se reunían, y noté además, que poco a poco empezaban a salir, cosa que me tranquilizaba.
Así fue por días, semanas, y los últimos meses...
Todos mostraban una actitud extraña, pero tal vez era así porque recientemente pasó aquello. Cambiamos ya sea para bien o para mal, pero sabía que era algo que debíamos hacer, y que a la vez esperaba que no durara para siempre, pues me hacía sentir inquieta.
Pasaron dos meses, apenas podía mantenerme de pie, y aunque trataba de mantenerme tranquila, trabajar lo necesario, comer bastante, pero no demasiado, no podía evitar aquella sensación.
Pero pronto dejé de pensar en todo aquello, pues hoy estaba dando a luz.
.
.
~~ ☆ ~~ ☆ ~~ ☆ ~~ ☆
.
Disculpen la tardanza, tuve problemas con mi celular, además que estuve ocupada por las tareas y exámenes, y bueno... Soy bastante lenta y distraída, así que ya imaginaran que cada capítulo me cuesta xD. Trataré de ser más constante, y agradezco a todas y todos (si es que leen hombres aunque no creo) por su apoyo, no saben lo que significa para mí. ¡Muchas gracias!
.
Estoy leyendo de nuevo la novela después de 2 años y me lashe llorado todas por ser triste y por eso es que quería que la protagonista aprendiera a defenderse y recorrieron su condado defienda a du gente
pero bueno, este es uno de los problemas de esta aplicación, demasiadas novelas inconclusas.
Deberían permitir solo novela o historias terminadas y no a medias
Suerte en tu vida y en la novela escritora
Rayos y centellas que paso en esta narrativa