General Convertido En Consorte De Tres Alfas Superiores

Luego de varios horribles y terroríficos días en esa celda fría y pestilente, mis abuelos maternos entraron a la mazmorra, hicieron que un soldado abriera mi celda, en cuanto entraron no me dieron tiempo de nada y me empujaron con fuerza haciendo que me cayera al suelo, luego mi abuelo Alfa me tomo por el cuello, me puso contra la pared y furioso me dijo:

-ustedes fueron una desgracia para mi familia, mi niño se iba a casarse con el príncipe heredero hasta que apareció ese imbécil, gracias a él ahora mi niño murió, ustedes son la desgracia de esta familia y ahora ustedes hijos de ese maldito morirán, para que el alma de mi hijo esté en paz, en cuanto escuché eso deje a un lado el respeto hacia ellos, rasguñe la mano de él y luego intenté salir de allí para salvar a mi pequeña hermana, pero antes de llegar a la puerta mi abuelo omega me detuvo, al ver que wtaba truncando mi camino pense <>, luego de ello empujé al anciano haciendo que se golpeara la cabeza con la reja de la celda, mientras ellos dos estaban ocupados el uno con el otro, aproveché ese momento para salir corriendo hacia la habitación de mi hermanita, el lugar estaba fuertemente custodiado, pero eso no me detuvo, derroté a todos los soldados que estaban cuidando la entrada, luego ingresé tomé a mi hermanita en brazos y salí corriendo de la mansión, con dificultad logramos salir y ya estando afuera corrí hacia éelpalacio imperial, cuando llegué solicite ver al abuelo imperial, él al principio no quiso verme, pero a causa de mi insistencia no tuvo de otra más que atenderme, él tampoco me quería mucho que digamos por lo que me hablaba en tono fío, en cuanto entre me miró de arriba abajo, hizo una mueca de desagrado y luego dijo:

-porque vienes a ese palacio con esos harapos y con una niña en brazos?

Yo estaba enojado, triste y desesperado, quería insultarlo a él y al mundo entero y luego irme a los confines de la tierra, desaparecer junto a mi hermana, pero ya que no tenía recursos ni apoYo solo me quedaba hablar con ese miserable viejo que coincidentemente resultaba ser el hombre más poderoso de todo el imperio, así que tratándose todas mis emociones, hable con un tono tranquilo y firme:

-su majestad, no sé si usted sepa, pero mi padre, que también es su decimo quinto hijo ha fallecido a manos de los bárbaros y mi padre Omega el hijo del primer ministro también falleció a causa del vínculo que los unía en la vida y en la muerte.

-si ya lo sabía.

-buen, como ya lo sabe me ahorraré la explicación e iré directamente al grano, quiero que su majestad me ceda el título de mi padre, quiero que me proclame el nuevo general del norte.

En cuanto el emperador me escuchó sonrió y luego dijo:

-bien, te otorgaré el título, encanto tomes el mando deberás ir a luchar.

-bien, eso haré, pero quieto que me permita llevar a mi hermanita conmigo.

-por que quieres llevar a una niña tan pequeña al campo de batalla?

-solo acceda su majestad.

-eres un maleducado que no respeta las reglas imperiales pero, ya que eres mi nieto lo dejaré pasar.

-entonces me dejarán ir con mi hermana o no?

-si, te dejaré ir con ella.

-grandioso.

Luego de recibir su permiso me guiaron a una habitación, allí dormí abrazando a mi hermana, temiendo que alguien quisiera dañarla, al día siguiente llego el edicto imperial y en cuanto lo tome en mis manos, tomé un trozo de manta, lo amarre a mi cintura y pecho y allí puse a mi hermana, luego subí a un caballo y me dirigí al campamento militar, el viaje me tomó dos días y medio, afortunadamente los acompañantes que venían con mis otros llevaban comida, agua y tiendas móviles, en el camino no tuve mucho tiempo para llorar la pérdida de mis padres, ya que debía ocuparme de mi pequeña hermana y de mi plan de venganza.

En cuanto llegamos al campamento militar, me di cuenta de que todos los soldados que se encontraban allí me miraron con enojo y desconfianza, yo los ignoré y simplemente me instalé en mi tienda de campaña, mientras estaba allí puse a mi hermana en la cama, la limpié, le puse ropa limpia y luego la puse a dormir, ya que podía notar que estaba muy cansada por todo el viaje, mientras ella tomaba una siesta yo libro que tenía muchas páginas en blanco, escribí todo lo que recordaba sobre los hombres que le habían hecho daño a mi padre, cuando los enumere y describí me propuse cazarlos, hacerlos sufrir y finalmente asesinarlos.

Al día siguiente muy temprano en la mañana me preparé, luego tomé a mi hermanita y la lleve conmigo a la reunión matutina, allí frente a todos los soldados seguí los consejos de mi padre Omega, así que con tranquilidad y seguridad dije:

-sé que ustedes dudan de mis capacidades por ser tan solo un joven sin experiencia en el capo de batalla, pero les digo que a diferencia de algunos generales que se quedan en la retaguardia y solo los ven luchar desde la distancia, yo estaré con ustedes, no los abandonaré y estaré al frente para guiarlos, no se dejen llevar por mi apariencia y edad, sino por mi habilidad, si prometen darme una oportunidad y respetar me como su general, juro que no los defraudaré.

Después de esas pocas palabras, sus expresiones frías y desconfiadas se fueron suavizado y allí comenzó mi travesía para buscar venganza.