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Amor Inesperado

Amor Inesperado

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor-odio / Romance de oficina / Pareja destinada
Popularitas:16.8k
Nilai: 4.6
nombre de autor: Giise Flor

Jazmín Gómez, una joven humilde y trabajadora, jamás imaginó que su vida cambiaría al convertirse en la secretaria de Esteban Rodríguez, un CEO poderoso, reservado y con un corazón más noble de lo que aparenta. En medio de intrigas laborales, prejuicios sociales y secretos del pasado, nace entre ellos un amor tan inesperado como profundo. En una Buenos Aires contemporánea, ambos descubrirán que las diferencias no separan cuando el amor es verdadero.

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 3

El tercer día de trabajo comenzó con un sol tibio asomándose entre las nubes. Jazmín salió de su casa con un nudo en el estómago. Aunque trataba de mentalizarse para lo profesional, no podía ignorar la tensión creciente con sus compañeras. Sabía que no estaba haciendo nada malo, pero en ese piso de oficinas de lujo, ser distinta era suficiente para ser blanco de críticas.

Tomó el colectivo como cada mañana. Observaba a la gente con sus auriculares, sus celulares, sus mochilas. Nadie hablaba. Todos ensimismados, atrapados en sus propias luchas. Jazmín se sentía una más entre ellos. Una joven más con sueños grandes y un contexto modesto. Solo que ahora trabajaba rodeada de gente que había nacido con una ventaja.

Entró a Rodríguez Corporación con paso firme. El guardia ya la reconocía y la saludó con un leve movimiento de cabeza. Subió al ascensor, apretando el botón del piso 18 mientras respiraba hondo. Esa oficina era como un campo de batalla elegante y silencioso, donde las heridas no se veían pero dolían igual.

Apenas bajó, Romina la interceptó con una carpeta.

—Necesito que copies todo esto y lo entregues al mediodía. Ah, y cuidado con las fotocopiadoras, suelen trabarse —dijo con una sonrisa fingida.

Jazmín tomó la carpeta y respondió con un simple “ok”, sin ganas de iniciar un conflicto. Mientras se dirigía al área de copias, pasó frente a la oficina de Esteban. Él estaba adentro, hablando por teléfono, pero al verla, levantó la mirada y le sonrió brevemente. Ese gesto simple bastó para que el corazón de Jazmín se acelerara. No por enamoramiento —todavía no sabía qué sentía—, sino por lo inusual que era que alguien tan importante se tomara el tiempo de mirarla… como si la viera de verdad.

La fotocopiadora, como había predicho Romina, se trabó a la segunda hoja. Jazmín suspiró, abrió la bandeja, buscó el papel atascado. Sabía arreglárselas sola. Siempre lo había hecho.

Cuando regresó a su escritorio con las copias ordenadas, Romina y Luciana hablaban en voz baja. Al verla, se callaron.

—¿Te tardaste porque estabas charlando con el jefe? —dijo Luciana con sorna.

—La fotocopiadora se trabó —respondió Jazmín, sin perder la compostura.

—Claro… —replicó Romina—. Igual, cuidado. Ya hay muchas que intentaron "caerle bien" a Esteban y terminaron afuera. No se tolera el favoritismo acá.

Jazmín apretó los labios y volvió a su trabajo. No pensaba justificar lo que no estaba haciendo.

A media mañana, Esteban la llamó a su oficina. Ella entró con la libreta en mano, lista para tomar nota.

—Te quería preguntar si te gustaría ayudarme con la organización de la presentación del nuevo proyecto. Es algo más creativo, y tengo la impresión de que te manejarías bien.

—¿Yo? —dijo ella, sorprendida.

—Sí. Me gusta tu enfoque. Sos ordenada, rápida, atenta a los detalles. No es solo cuestión de experiencia —explicó él—. Confío en tu criterio.

Jazmín se quedó callada un momento. Sentía una mezcla de orgullo y temor. Sabía que si aceptaba, las otras secretarias iban a explotar de celos. Pero también sabía que esa era la oportunidad que tanto había esperado.

—Acepto —dijo con una sonrisa suave.

Esteban le devolvió la sonrisa, como si esperara esa respuesta. Le explicó los puntos generales del evento: se trataría de una presentación para inversores, con invitados de medios, en un salón elegante de Puerto Madero. Él quería que todo saliera perfecto.

Durante los siguientes días, trabajaron codo a codo. Jazmín iba tomando más confianza, no solo en su trato con Esteban, sino también en sus propias capacidades. Coordinaba con proveedores, revisaba detalles logísticos, proponía ideas frescas que él escuchaba con interés.

Las miradas entre ellos se volvían más largas. A veces se cruzaban sin hablar, pero la tensión estaba ahí. Jazmín no quería ilusionarse. Esteban era su jefe. Y además, ella era solo una chica de barrio con ropa sencilla y una historia de esfuerzo. No era de su mundo.

Una tarde, mientras revisaban el cronograma del evento en su oficina, Esteban la observó en silencio.

—¿Te pasa algo? —preguntó Jazmín, notando su mirada fija.

—Estaba pensando… —respondió él—. Me sorprende lo fácil que es trabajar con vos. No me pasa seguido. En esta empresa, muchos fingen, otros quieren agradarme todo el tiempo. Pero vos… vos sos auténtica.

Jazmín se ruborizó. Bajó la vista, incómoda.

—No sé ser de otra forma —dijo.

Esteban sonrió.

—Eso es lo que más valoro.

Hubo un silencio que ninguno se animó a romper. Jazmín fingió revisar unos papeles. Esteban la observaba como si quisiera decir algo más, pero se contuvo.

---

Afuera de la oficina, la tormenta crecía. Las otras secretarias notaban el acercamiento. Y no lo toleraban.

Una mañana, Jazmín encontró su silla cambiada. La suya —que había sido asignada especialmente por Esteban por temas ergonómicos— había desaparecido, y en su lugar había una vieja, incómoda y rota.

Fue directo a Romina.

—¿Sabés qué pasó con mi silla?

—¿Tu silla? ¿Qué silla? No sabía que tenías un trono reservado —respondió con sarcasmo.

—Sabés a cuál me refiero. No estaba rota. Y ahora esta está así.

—Mirá, no soy la encargada del mobiliario. Capaz a alguien más le hacía falta. Relajate —dijo, volviendo a su pantalla.

Jazmín decidió no discutir. Tomó la silla improvisada y trabajó así todo el día, con la espalda hecha un nudo.

Esteban, al salir de su oficina, notó el cambio de inmediato.

—¿Qué pasó con tu silla?

—La cambiaron. No sé por qué —respondió ella sin mirarlo.

Él frunció el ceño.

—¿Alguien te lo pidió?

—No. Simplemente… pasó.

Esteban no dijo nada más en ese momento. Pero minutos después, se comunicó directamente con Recursos Humanos y ordenó una nueva silla para ella. Una mejor. Jazmín quiso decirle que no hacía falta, pero él fue firme.

—Te cuido porque lo merecés, Jazmín. No te dejes pisotear.

Esas palabras, cargadas de una calidez tan poco habitual en el mundo empresarial, la marcaron.

Esa noche, mientras volvía a su casa, Jazmín caminó con el abrigo ajustado al cuerpo. Las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, pero ella pensaba en otra cosa: en cómo una mirada podía cambiarlo todo. Porque Esteban no solo la miraba con los ojos; la miraba con respeto, con admiración. La veía.

---

Días después, el ambiente ya era abiertamente hostil. Las secretarias habían dejado de disimular.

—No sé qué le das al jefe, pero te está haciendo subir como espuma —dijo Luciana al pasar.

—Tranquilas, chicas. Que después se pinchan solas —agregó Romina.

Jazmín no contestó. Pero esa noche, al llegar a casa, lloró en silencio. Le dolía. Le dolía que el esfuerzo se viera empañado por la envidia, por la crueldad.

Sin embargo, al día siguiente volvió a la oficina con la frente en alto. Y cuando Esteban la saludó con una sonrisa, supo que todo valía la pena.

---

Un viernes al final del día, cuando todos ya se habían ido, Esteban salió de su oficina y la encontró aún trabajando.

—¿Querés que te alcance? —preguntó de pronto.

—¿Eh?

—Tengo el auto acá cerca. Te llevo a tu casa, si querés.

Jazmín dudó. No sabía si era correcto. Pero algo en la forma en que él lo dijo, sin presión, con naturalidad, la hizo asentir.

El auto de Esteban era negro, elegante, con el aroma sutil de perfume caro. Durante el camino, hablaron de todo: música, películas, el barrio de ella, la infancia de él. Esteban se mostró distinto. Más humano. Jazmín lo escuchaba y descubría a un hombre con heridas propias, con un pasado más complejo de lo que imaginaba.

Al llegar a la puerta de su casa, Jazmín lo miró y dijo:

—Gracias… no solo por el viaje. Por confiar en mí.

Esteban la miró con seriedad. Sus ojos brillaban a la luz de la calle.

—No confío en muchas personas. Pero vos… no sé. Tenés algo que me hace querer cuidarte.

Jazmín se quedó sin palabras. Bajó del auto con el corazón en llamas.

Esa noche, por primera vez, se permitió soñar.

1
mariela
Este amor inesperado me gustó su trama que empezó paso a paso entre Esteban y Jazmin donde hubo mucha envidia, conflictos pero sobre todo confianza, lealtad y mucho amor te felicito Autora que Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐
Mary Guzmán
fue linda pero me hubiera gustado un final con hijos propios
mariela
María se creía que no la iban a descubrir y le llegó su despido ahora que ni venga a llorar porque necesita el trabajo la envidia es uno de los peores pecados.
Martin llegó tu hora de pagar por extorsión a más de una mujer eres un vividor y estafador.
mariela
Ese Martin es una basura deberían meterlo preso por extorsión lo bueno fue Jazmín hablo con Esteban sinceramente ahora la envidiosa y ponzoñosa de María comenzó a difundir el romance no se porque no la han despedido.
Sonia Avila
muy buena
Sonia Avila
fue hermosa, le faltó crear más el final

gracias por compartir
Caridad Hernández Rodriguez
Excelente
Keyla M Borrero
Waoooo Excelente La felicito.
Paula Nuñez
Excelente
Mirian Lopez
ibamos tambien....hasta.q aparecio un machista tarada q no puede ver a una mujee progresar q tiene torcerlo todo y con malicia.
mariela
Nunca falta un imbécil desgraciado prepotente que se creé que sin él ella no iba a superarse Martin que vas a hacer revelar que se gustan y se aman cual es el problema envidioso
mariela
Que bello Esteban quiere algo bonito con Jazmín no lo pienses mucho déjate llevar porque a ti te gusta también.
Sonia Avila
a pesar de las adversidades ellos confían en su amor la fidelidad, la confianza mutua
Mar Sol
El amor de Jazmin y Esteban es verdadero, sin poses, sincero.
Mar Sol
Desafortunadamente en la vida real existe eso, la envidia, desprestigio... discriminación.
Mar Sol
Sin vergüenza Martín, que bueno que Jazmin le contó todo a Esteban; que horrible ambiente y personas de trabajo.
Mar Sol
Nefasto es ese Martín, a él que le importa, poco hombre cizañoso, vergüenza debería tener.
Mar Sol
A pesar de tanta hostilidad y envidias en el trabajo, Jasmin cuenta con el respaldo de su jefe que desde el principio le mostró respeto.
Mar Sol
Interesante, es una novela con pocos capítulos y se muestra buena.
jeny
Me gustó mucho 😍 la historia es romántica con el desarrollo y superación de los personajes, dónde el amor no es solo en los momentos felices, sino de dar apoyo en los momentos malos y que las familias se pueden formar de diferentes formas ❤️
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