NovelToon NovelToon
Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:7k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3

POV Aurora

¡¿Quién carajos era aquel hombre y por qué parecía ser esculpido por los jodidos dioses?! Me dejó algo shockeada su actitud, literalmente arrebató la taza de mis manos cuando se la tendí al señor Stan, definitivamente tenía que tener un alto cargo en la empresa o ser muy amigo de Sebastian para portarse con aquella actitud tan altanera y arrogante.

Regresé a la mesa a preparar otro café para Sebastian, estaba algo confundida, la pregunta aun rondaba por mi mente, ¿Quién era ese hombre? Era tan guapo que debería ser ilegal, tiene unos ojos hermosos que podrían hipnotizarte por completo, todo su rostro era jodidamente perfecto.

Terminé de preparar el café y tomé un panecillo de la charola para llevárselo al señor Stan, al voltear me di cuenta que aquel hombre ya no se encontraba en el pasillo, al igual que Sebastian, así que caminé directamente a su oficina.

-Aquí está su café señor- Le dije al entrar ofreciéndole lo que traía en las manos.

-Muchas gracias preciosa, que amable eres- Respondió él dándole un pequeño sorbo al café –Tienes que pasarme la receta de esto, no sé qué le pones pero es muy bueno enserio- Yo solo reí por el comentario.

-No me molesta hacerle café, pero si insiste le pasaré la receta algún día-

-Oye, por cierto, disculpa la actitud del imbécil de mi amigo, puede ser un completo idiota algunas veces- Soltó en un tono algo más serio.

Así que el dios griego arrogante era su amigo, ¿Trabajará aquí? Deseo con todas mis fuerzas preguntar algo acerca de él pero no lo hice por no querer verme entrometida.

-Descuide, no pasa nada, solo tuve que hacer un café más- Respondí sin darle demasiada importancia, aunque por dentro moría por preguntar aunque fuera su nombre.

Sin muchas más distracciones continuamos con nuestro trabajo, Sebastian continuó analizando un poco del caso que tenía y yo me puse a estudiar los casos anteriores que me entregó por la mañana. Así pasó lo que quedaba de turno hasta que dio mi hora de salida, hoy no tenía muchas ganas de quedarme más tiempo de lo usual ya que me sentía un poco cansada, por lo que decidí que mejor me iría a casa.

-¿Necesita algo más, Sebastian?- Pregunté antes de salir de su oficina.

-No nada, ya puedes irte linda. Hasta mañana- Se despidió con una pequeña sonrisa la cual correspondí antes de salir por completo del lugar.

Fui por mis cosas a mi piso para poder partir finalmente, lo cual hice de forma rápida, me despedí de Darcy que también estaba por irse y salí del lugar sintiéndome tranquila pero un poco cansada, adoraba aprender cada día de lo que Sebastian me enseñaba pero había de admitir que era algo agotador, y ni siquiera era un trabajo completo en sí, tenía que prepararme mentalmente para estas situaciones y saber que me enfrentaría a un gran estrés y presión con cada caso, pero estaba segura de que podría con ello.

El día siguiente llegó con rapidez, me sentía mucho mejor, estaba de mejor ánimo y más descansada, lista para continuar con el trabajo que quedó pendiente el día de ayer, pero como siempre, primero haría las obligaciones diarias que mandaba la señora Greta. Llegué a mi piso saludando a todos con cortesía, después de saludar a Darcy me dirigí con Greta.

-Buen día señorita Jones, ¿Qué pendientes hay para hoy?- La saludé amablemente, ella al escucharme me vio más feo de lo que me ha visto otros días, como si estuviese a punto de saltarme encima -¿Pasa algo?- Pregunté con voz seria sin dejarme intimidar.

-Hoy no tienes ningún pendiente, "niñita"- Comenzó a decirme con sarcasmo y molestia, yo la miré confundida –Te quieren ver en el último piso ahora mismo- Terminó de informar.

Yo estaba aún más confundida, ¿Por qué me querrían ver ahí? Cuando hay casos nuevos simplemente me llama Sebastian, ¿Y por qué le molesta tanto a ella? ¿Cuál es su jodido problema? No dije nada, solo me di la vuelta en dirección al ascensor y marqué el último piso, seguramente era Sebastian quien quería verme.

Al llegar al último piso caminé en dirección a la oficina de Sebastian, era muy temprano aun, nunca había venido aquí siendo tan temprano, estaba el piso prácticamente vacío. Toqué la puerta de la oficina dos veces cuando estuve frente a ella.

-Adelante- Escuché la voz al interno, abrí la puerta y pude ver a Sebastian sentado detrás de su escritorio -Aurora, buenos días linda- Me saludó en cuanto me vió.

-Buen día señor Stan, me dijeron abajo que querían verme- Informé aun confundida al no saber lo que pasaba.

-Ah, sí... Lo que pasa es que el señor Novoa quería verte- Me informó sintiendo mi cara palidecer.

¿Señor Novoa? Más vale que no hable del señor Novoa que estoy pensando...

-¿Se refiere al jefe?- Pregunté con algo de nervio.

-Sí, él- Respondió simplemente.

Ay no... ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡¿Para qué carajos me quiere ver el jodido jefe?! ¡¿Qué hice mal?! ¿Me va a despedir?

Por favor Aurora, ni siquiera trabajas aquí, ¿Cómo te va a despedir?

Me retracto, no quiero conocer al jefe, me importa un pepino quien sea, no quiero ir con el viejo cascarrabias...

-¿Hice algo mal, señor?- Me atreví a preguntarle a Sebastian con el rostro algo afligido.

-No, para nada linda, solo quiere conocerte, no pasa nada, tú tranquila- Trato de calmar mis nervios.

¿Cómo voy a estar tranquila? El hombre más temido y respetado de Boston quiere verme para quien sabe qué, para juzgar mi estancia aquí seguramente, pero, ¿Qué más da? Nunca me he caracterizado por ser una persona cobarde, y hoy no será el día en que lo demuestre, así que, hagamos esto.

-¿Quiere que vaya ahora?- Le pregunté por último a Sebastian.

-Claro, ve, cuando salgas puedes pasar para acá y terminar los casos de ayer si gustas- Ofreció con una cálida sonrisa.

-Claro...- Dije simplemente saliendo de su oficina y caminando directo a la boca del lobo... Digo, a la oficina del señor Novoa.

Me posicioné frente a la gran puerta caoba que he visto con curiosidad durante las últimas cuatro semanas, suspiré, regulé mi respiración y emanando seguridad y confianza, toqué la puerta dos veces, escuché una voz masculina del otro lado dándome el paso y abrí la puerta, finalmente pude ver el rostro de aquella persona sentada detrás del escritorio, y... un segundo...

¿Qué hace él aquí? ¡¿Dónde está el viejillo cascarrabias?! Él no puede ser el jefe... El maldito dios griego roba cafés de ayer estaba sentado en la silla del jefe... ¡¿Él era Rafael Novoa?!

Me detuve en mi lugar viendo a aquel hombre, ¿Me habré equivocado de oficina?

-¿S...Señor Novoa?- Pregunté con muchas dudas en voz algo baja, él me analizó con la mirada viéndome de arriba a abajo un par de segundos.

-Pasa, cierra la puerta- Dijo el hombre simplemente con una voz imponente y fría.

Sin dejar que el notase que su presencia me intimidaba un poco, actué de la forma más segura y confiada que pude sin denotar ni por un momento que por dentro moría de nervios. Cerré la puerta como él pidió y caminé hasta estar frente a su escritorio donde me mantuve de pie sin tomarme el atrevimiento de sentarme.

-Buen día, señor- Saludé cortés –Mucho gusto- Dije extendiendo mi mano frente a él, la miró un segundo, se levantó de la silla y estrechó mi mano manteniendo el contacto unos segundos más de lo normal.

-Igualmente, señorita West- Respondió sin dejar de mirar mis ojos, retiré mi mano lentamente y las puse detrás de mi espalda manteniéndome seria, él parecía analizar cada uno de mis movimientos. Volvió detrás de su escritorio tomando asiento, todo esto sin dejar de mirar mi rostro, esto estaba resultando incómodo y fastidioso.

¿Qué vamos a estarnos mirando el rostro toda la mañana sin hablar o por qué tanto jodido misterio?

-¿Quería hablar conmigo, señor?- Pregunté al ver que no decía nada.

-Sí...- Respondió simplemente –Siéntate-

Bueno, lo que este hombre tiene de guapo lo tiene de maleducado, ¿Qué no conoce la palabra "Por favor"? Lo vi con el entrecejo un poco fruncido pero no dije nada.

-Así que... Aurora West, la alumna de Benedict... Me han hablado mucho de ti- Dijo manteniendo un profundo contacto visual, admito que sus ojos son ridículamente preciosos, nunca había visto unos ojos tan bonitos.

-Bueno... espero que hayan sido cosas buenas- Contesté incomoda sin saber que responder a eso exactamente.

-Lo son... según palabras de Benedict y de Sebastian afirman que eres... brillante. Dime, ¿Eres una clase de... cerebrito?- Preguntó recargándose en el respaldo de su silla.

¿Un cerebrito? No lo creo, conocía a los "cerebritos" que estudiaban conmigo en la universidad y definitivamente yo no era uno de ellos, aunque mis notas eran buenas, no tenía el cien perfecto de aquellas personas que se mataban estudiando un libro días antes del examen, y era algo que el profesor Benedict veía en mí, sabía que mis notas eran el simple reflejo de la pasión y el amor que le tenía a mis estudios, a mi carrera y a esta profesión y es por eso que congeniábamos tan bien, sabe el respeto que le tengo a esto y cuanto me apasionaba hacer lo que hacía.

-Yo no diría eso señor, creo que ellos solo ven el respeto, pasión y responsabilidad que pongo al momento de hacer las cosas, mi profesor sabe lo mucho que amo hacer esto y creo que esa es la razón de mis recomendaciones- Traté de decir sin querer verme engreída.

-¿Entonces dices que no eres así de lista como ellos tanto presumen?- Cuestionó con la ceja enarcada.

¿Qué insinúa este tipo?

-No señor, no es lo que insinúo, me considero muy inteligente, más no un "cerebrito" o un "ratón de biblioteca" como pudieran pensar... son cosas diferentes- Me defendí contradiciendo lo que decía, él pareció sorprenderse de mi respuesta más no dijo nada durante un par de segundos.

Dios, ¿En qué me metí?

POV Rafael

Esperaba impaciente que llegara la universitaria a mi oficina, el día de ayer le había pedido a Sebastian que programara una entrevista para poder conocerla, verla me dejó con cierta curiosidad de saber más de ella, era extraño, mentiría si dijera que no había pensado en su rostro antes de ir a dormir. Aunque claro, solo es que mi cuerpo reaccionó al suyo, no soy ciego para negar lo innegable, es hermosa la chica, pero nada más que eso.

Cuando entró finalmente a mi oficina pude ver confusión en su rostro, ¿Esperaba ver a alguien más aquí? La hice pasar de inmediato, pero a partir de ese momento no demostró más que seguridad y confianza en su actuar, lo cual era nuevo para mí porque la gente únicamente demuestra nerviosismo y miedo al verme, ¿Por qué ella no?

Traté de hacerla desatinar haciéndole un comentario respecto a su inteligencia, pero en lugar de demostrar vacilación a la hora de responder solo me miró con el entrecejo fruncido y respondió con precisión a lo que le dije contradiciéndome por completo.

En los doce años que llevo manejando esta empresa nadie jamás se ha atrevido a contradecir absolutamente nada que salga de mi boca, ¿Cómo es que ella no tiene miedo de mí? Me impresioné demasiado, debí de ponerle un alto y exigir que nunca volviera a cometer una falta de esas pero no lo hice, solo la observé con detenimiento.

Presté atención a su rostro, era muy bonito, tenía unos ojos verdes preciosos que contrastaban con su piel morena clara, una nariz respingada y unos labios gruesos y carnosos que podrían incitar a cualquiera a probarlos, era un completo espectáculo de mujer. Su cabello era castaño, lo llevaba medianamente recogido, y al momento que entró pude notar que vestía de forma profesional y elegante, haciendo lucir su cuerpo deliciosamente perfecto... Era un hombre muy observador, prestaba especial atención a los detalles y más si era sobre algo que... llamaba mi atención.

Aunque me tuviera cautivado su cara bonita, no le pondría las cosas tan fácil, hablo enserio cuando digo que no quiero a cualquier persona en mi empresa, y eso la incluye a ella, por lo que me levanté de mi silla y caminé hacia un cajón donde guardaba los casos archivados, saqué uno medianamente complicado y regresé a mi escritorio.

Saqué la última hoja que tenía los resultados y manera de proceder del caso y le entregué la carpeta, ella me miró con una ceja enarcada y algo de confusión en su rostro.

-Quiero que me digas como resolverías este caso, ahora mismo, te doy una hora para que lo hagas- Pedí recargando mi barbilla en mi mano observando cada uno de sus movimientos, me miró como si no le pareciera del todo lo que le ordené, pero no dijo una sola palabra, solo abrió la carpeta y comenzó a leer.

Sabía que era un caso algo complicado de resolver, había que tener un amplio conocimiento de las leyes penalistas para saber que hacer de forma rápida, era un caso que entendía que mínimo podría tomar dos horas para comenzar a acercarte a una respuesta, pero me dejó muy sorprendido ver que Aurora resolvía cada punto de forma rápida, sin titubeos y sin una sola falla.

No era una cosa de todos los días que alguien me dejara tan impactado, y esta chica, lo hizo...

Resolvió el caso en apenas 40 minutos, de forma precisa y correcta, ¡¿Qué es esta chica?! ¡¿Un robot?! Definitivamente estaban en lo cierto, ella es... brillante.

Sebastian tenía razón, de continuar así, Aurora sería un valioso elemento que podría ser de gran ayuda en la resolución de futuros casos, necesito tenerla aquí, no puede estar perdiendo el tiempo en las oficinas de abajo haciendo papeleo simple, ordenaré que la transfieran cuanto antes a este piso y le otorgaré una oficina donde pueda tenerla cerca, necesito tenerla cerca.

-Admito que lo hiciste... bien- Dije después de que ella terminó de hacer lo que le pedí, "bien" se quedaba corto, fue impresionante.

-Gracias- Respondió ella simplemente con una pequeña sonrisa.

-Bueno, esto es lo que pasará, a partir de mañana trabajarás en este piso, se te asignará una oficina al final del pasillo junto a la de Sebastian, trabajarás más directamente en los casos con nosotros, ¿Entendido?- Ordené sin titubeos y manteniendo mi postura firme y sin expresión alguna, ella pareció un poco sorprendida de mi decisión.

-Sí, señor- Respondió un par de segundos después.

-Bien, puedes retirarte. Dile a Sebastian que pase a mi oficina- Dije para finalizar mientras la veía ponerse de pie, tuve una linda vista de su escultural cuerpo al verla caminar a la salida.

-Claro, con permiso- Añadió por ultimo antes de cerrar la puerta.

¡Maldita sea! ¿Por qué esta mujer me está haciendo titubear tanto? Creo que solo es que reacciono a su belleza sumándole a eso que es una mujer demasiado brillante, muy brillante para ser verdad, algo tiene que tener malo, no puede ser tan perfecta...

Mierda... ¡Que mujer!

POV Aurora

¡¿QUÉ CARAJOS ACABA DE PASAR?!

Maldito Novoa, quiso ponerme a prueba con un caso, pero afortunadamente logré solucionar cada uno de los puntos del mismo, le cerré la boca y demostré que estoy en donde estoy por algo, me sentí orgullosa de mí misma. Algo que me tenía con un sentimiento agridulce fue escuchar que quería que trabajara en este piso, por palabras de otras personas sabía que el jefe era un dolor de muelas y no exigía algo más que la perfección, era sumamente exigente, pero era algo que entendía por completo.

Sería algo difícil lidiar con esa clase de presión constantemente, pero por otro lado, me motivaba un poco saber que lo vería todos los días, el hecho de que fuera un maldito dolor de cabeza y fuera arrogante y grosero no quitaba que pareciera un maldito modelo, era de los hombre más guapos que he visto en toda mi jodida existencia, no era ninguna santa y sabía apreciar la belleza de un hombre cuando la tenía enfrente, así que no me molestaría tener algo lindo que ver todos los días.

Algo me decía que estaba a punto de comenzar algo bueno, veremos qué es lo que la vida me tiene preparado...

1
Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play