UNA PELIGROSA OBCECIÓN.

Pero qué carajos acaba de suceder, ese bastardo acaba de recrear la escena a la perfección. Desesperada llamo a mi amiga y mi editora Emma no tarda en llegar y juntas vamos a la estación policial, pero me llena de rabia que nadie en el lugar tome en consideración mis palabras, como si lo que acabo de vivir fuera nada.

- Acaso usted no entiende que me acaban de violar.

- Señorita yo la veo en perfecto estado.

- Y qué hay con estos moretones.

- Se puede decir que tuvo una noche interesante junto a algún compañero, tal vez no quedó satisfecha y ahora busca venganza del pobre desgraciado.

- ¿Usted acaso escucha lo que está diciendo?

Ese hombre no se inmuta en lo más minimo.

- Tal vez debería de reconsiderar su trabajo.

- Qué diablos tiene que ver mi trabajo en todo esto. - Indago furiosa ante sus calmadas palabras.

- Yo he leído una de sus novelas y déjeme decirle que como padre también estaría dispuesto a darle una lección a una mujer sin corazón como lo es usted.

Esas palabras sacan lo peor de mi. - Ja ja Es estúpido o qué le pasa, lo que yo hago es ficción maldita sea.

- Lo que usted escribe es maldad pura, describe con tal sentimiento el sufrimiento de una mujer que no creo que esté bien de la cabeza.

- Creo que el que debería de reconsiderar su trabajo es usted. - Me levanto furiosa y salgo del lugar peor que cuando llegué.

- Lo puedes creer se supone que ellos están para protegernos y ni siquiera quiso tomar mi denuncia.

- Tranquila Abril creo que lo mejor es que te mudes del edificio o que te des unas merecidas vacaciones.

- ¿Tú tampoco me crees verdad Emma?

- Cómo no voy a hacerlo, pero fuera de los moretones en tus muñecas... Ella hace una pausa antes de continuar.

- Ese maldito lunático me violó, recreó la maldita escena de mi novela.

- ¿No crees que es momento de parar Abrir? Digo tal vez cambiar de género o disfrutar de todos los años de arduo trabajo. Viajar y despejar la mente suena a una buena idea.

- Me lo dices en serio Emma.

- Es que ya escuchaste al oficial tu nivel de sadismo en las últimas entregas es demasiado incluso yo estoy empezando a preocuparme por tu salud mental.

- Adiós Emma.

- Espera adónde vas.

- A un hotel o donde sea ya que veo que a nadie le importa lo que yo acabo de vivir.

- Abríl espera no te vayas sola.

 Tomo un taxi y me largo de esa maldita estación donde solo me rechazaron. No puedo creer que incluso Emma tampoco está dispuesta a ayudarme, este maldito olor lo tengo penetrado en mi nariz. Su aroma... ¿Acaso será verdad que debería de parar?

 Al registrarme lo primero que hago en la habitación es ducharme, todavía no logro entender lo que pasó mientras lavo mi cuerpo revivo la sensación de tener dentro de mí aquel hombre, su tamaño no era ninguna broma definitivamente es el miembro más grande que he conocido en mi vida. Mierd* Abril en qué carajos piensas.

 Salgo y me siento frente a mi portátil todavía estoy trabajando en esta novela. Apenas llevo 20 capítulos y este fue el primer acto que sufre la protagonista por su acosador releo todo mi trabajo no me queda duda alguna de que ese hombre está imitando al personaje que yo creé, la silueta que se pierde entre las sombras, su remera en mi cabeza, no dejar ni una sola huella para no ser descubierto. Joder en qué me he metido, sin pensarlo mucho escribo tres capítulos más esa noche, tengo que descartar cualquier duda.

 Si es verdad que alguien quiere recrear mi personaje o si es que todo es una simple coincidencia lo voy a averiguar cueste lo que cueste. Para los siguientes capítulos escribo escenas simples, pero algo peligrosas me aseguro de que la protagonista se vea rodeada de personas en todo momento.

 Qué locura más grande estoy haciendo, creo que de verdad me volví loca. No es como si yo fuera a entrar en mi maldita novela o como si él fuera a salir de ella. Basta Abril lo mejor es ir a dormir.

 A pesar de todo los siguientes días estaba ansiosa por ver lo que sucedería, pero para mi sorpresa nada ocurrió. Ja ja sí que estaba equivocada seguí con mi vida normal dejando aquel accidente atrás, me mudé a otro edificio con más seguridad y seguí escribiendo, a pesar de todo nunca dejé un trabajo sin terminar y este no sería diferente. Esa situación tal vez solo fue algo casual que no tenía nada relacionado con mi trabajo, tal vez tantos años haciendo lo mismo me han vuelto un poco paranoica o puede ser que mi deseo de querer vivir esas emociones hicieron que mi cabeza me jugara una mala pasada.

 Busco un buen compañero masculino que me haga olvidar todo lo sucedido, pero debo de admitir que no es la misma sensación, por tanto tiempo desee que alguien me llevara a ese extremo que ahora que lo probé todo me sabe a poco definitivamente he perdido la cordura o tal vez nunca la tuve. ¿Después de todo quien dice que es lo que está bien y que es lo que está mal?

 Una noche celebrando la mitad del cierre de la novela voy a un bar donde nos encontramos con un apuesto hombre que no me quita la mirada de encima, pero tampoco se acerca. Así que yo doy el primer paso y le invito una copa. No se si es por la bebida o por la emoción del momento, pero estoy muy emocionada con él.