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Desafortunadamente, Me Enamoré De Mi Mejor Amigo.

Desafortunadamente, Me Enamoré De Mi Mejor Amigo.

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Donde hubo fuego cenizas quedan / Colegial dulce amor
Popularitas:4.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Bia Araujo

Mariana es una joven que esconde una pasión por su mejor amigo desde que tiene 15 años. Murilo ha estado ocultando su enamoramiento por su mejor amiga desde que tenía 14 años. ¿Qué tienen en común? Están enamorados el uno del otro, pero ocultan este sentimiento, pues el miedo a perderse es mayor. Sin embargo, este miedo termina separándolos durante 8 años.

NovelToon tiene autorización de Bia Araujo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3

Las horas iban pasando y no había noticias, Luiza no paraba de llorar, un llanto silencioso y persistente. Alrededor de las 21:30 Paulo llega con Fred, Otto había llamado a su amigo y los dos decidieron ir hasta allí.

Paulo: ¿Cómo está?

Otto: Todavía no tenemos noticias.

María: No viene a hablar, ya estamos angustiados.

Fred: ¿Ya fueron a recepción?

María: Otto ya fue varias veces, Fred. Pero siempre dicen lo mismo, que esperemos a que el médico venga a hablar con nosotros.

Frederico ve a Maria Luiza toda encogida abrazada a su padre, sus ojos están rojos de tanto llorar. Al ver aquello, siente un nudo en el corazón, una inquietud. A Frederico le encantaba molestar a Luiza, le gustaba tomarla el pelo, así como ella hacía con él, pero verla de esa manera, tan vulnerable, le dolió. Se acerca a ella y se sienta a su lado.

Fred: ¿Estás bien, Luiza?

Luiza: Mi hermana, Fred. Ella... ella...

Fred: Va a estar bien, ya lo verás.

Paulo: ¿Vamos, Fred? Solo vinimos a preguntar por noticias y a saber si Luiza quiere quedarse en casa.

Luiza: Quiero quedarme.

María: Hija, no has cenado y es muy tarde, no puedes quedarte aquí.

Luiza: Pero...

Otto: En cuanto sepa algo, yo también me voy a casa, hija. Seguramente Mariana tendrá que quedarse aquí y tu madre se quedará con ella. Te prometo que en cuanto llegue iré a buscarte.

Fred: ¿Vamos, Luiza?

Aunque reacia y sin opción, Luiza accede y se despide de sus padres yéndose con Frederico y Paulo. Al llegar a casa, Cíntia los espera en la sala. Maria Luiza se acerca y es envuelta en un abrazo, ella lo corresponde y una vez más deja que las lágrimas bañen su rostro en un llanto silencioso.

Cíntia: Todo va a estar bien, mi amor. Mari es fuerte y pronto estará como nueva.

Luiza: Antes de que entraran a la habitación con ella, la vimos convulsionando, tía. No estaba bien, pasó el día en la habitación, casi no comió. Mi hermana no es así.

Paulo: Hoy solo fue un día difícil para ella. Mañana, cuando vengas a verla, verás cómo ya estará siendo nuestra Mariana.

Fred: Mamá, ¿hay algo que Luiza pueda comer? Todavía no ha cenado.

Luiza: No nece...

Cíntia: Vamos a ver qué puedo preparar para ti, Luíza.

Van a la cocina y allí Cíntia comienza a preparar algo para la niña. Maria Luiza echa de menos a Murilo en casa, pero no comenta nada. Mientras tanto en el hospital, ya se acercaban las 23h cuando el médico va a ver a los Sanna.

María: ¿Cómo está?

Otto: Por favor, dígame que mi hija está bien.

Médico: En primer lugar, les pido disculpas por la demora, pero estábamos haciéndole unos exámenes y también asegurándonos de que cuando viniera a hablar con ustedes, les trajera buenas noticias. Como les decía, le hemos realizado unos exámenes a su hija y hemos comprobado que la señorita Mariana tiene una infección alimentaria. La fiebre, los dolores abdominales, las náuseas y los vómitos, fueron los síntomas que presentó la enfermedad. Ya le hemos medicado adecuadamente y su hija ya se está recuperando bien.

Otto: Y la convulsión. La vimos.

Médico: Mariana llegó al hospital con mucha fiebre, alcanzando los 41°. Tuvo una hipertermia que le provocó la convulsión, le realizamos unas pruebas y se comprobó que no tendrá secuelas...

María: Gracias a Dios.

Médico: Antes de venir a hablar con ustedes, le he comprobado la temperatura corporal y tiene 38°. Vamos a estar controlándola y en caso de que aumente, le aplicaremos más medicación. Debido a la infección, tendrá que permanecer ingresada en el hospital durante tres días, quiero controlarla de cerca. Ya la hemos medicado en relación a eso y ahora solo queda acompañar su evolución.

Otto: ¿Podemos verla?

Médico: ¡Sí! Desgraciadamente solo podrá quedarse uno de ustedes con ella. Así que los llevaré y la persona que no se quede, solo tendrá cinco minutos para estar allí.

Ellos acceden y acompañan al médico hasta la habitación de su hija. Mariana estaba durmiendo y tenía algunos aparatos conectados a su cuerpo para monitorizarla, además del suero en el brazo. Otto y María se acercan a ella y cada uno se sienta a un lado de la camilla. Besan la frente de la niña y luego se quedan cogidos de la mano.

María: Parece tan frágil.

Otto: Sí, pero se pondrá bien, amor. Nuestra niña es fuerte y pronto estará al 100%.

María: Deberíamos haberla traído por la tarde, Otávio. Si la hubiéramos traído, no habría sufrido tanto.

Otto: No podíamos imaginarlo, María. Si lo hubiéramos sabido, nada de esto le habría pasado.

María: Me siento tan culpable.

Otto se levanta y se acerca a su esposa abrazándola.

Otto: No fue culpa tuya, no podíamos imaginarlo. Todos lo sabemos e incluso Mari.

María: Aun así...

Otto: Me gustaría tanto quedarme con ustedes.

María: Tienes que irte, no quiero que andes a estas horas de la noche por ahí, no sabemos los peligros que hay. Además tenemos otra hija y ella también nos necesita.

Otto: Mañana a primera hora vendré, ¿de acuerdo?

María asiente y besa a su marido cariñosamente. Otto besa la frente de su hija y se despide para irse a casa. Cuando llega a casa, Otávio se da una ducha y luego se dirige a casa de su amigo. En cuanto llama al timbre, Paulo abre y le hace entrar. Maria Luiza estaba durmiendo en el sofá toda acurrucada y con la cabeza sobre las piernas de Cíntia.

Otto: ¿Cómo está?

Cíntia: Ha comido un poco, Otto. Está muy afectada por todo lo que está pasando con su hermana.

Paulo: ¿Y Mari?

Otto: Tiene una infección alimentaria, pero ya está siendo medicada...

Le cuenta a la pareja lo que el médico les ha dicho en el hospital. Después de un rato, Otávio coge a su hija en brazos todavía dormida, Cíntia echa sobre Luiza la manta con la que la niña estaba envuelta en el sofá, Otto se despide de ellos, les agradece que se hayan quedado con la pequeña y se marcha con su hija dormida. Al llegar a casa, sube a la habitación de su hija y la acuesta en la cama.

Luiza: Papá...

Otto: Shhh...

Luiza: ¿Mi hermana?

Otto: Está bien, mi amor. Solo fue una infección alimentaria. Mañana te lo explico bien, ¿de acuerdo?

Luiza: Ajam... duerme conmigo, papá.

Otto se pasa al otro lado de la cama, se acuesta y acerca a su hija para abrazarla. Acariciándola, Luiza vuelve a dormirse y a los pocos minutos, el cansancio le vence y Otávio también acaba durmiéndose.

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Margelis Lucía Izarra Laguna
Muy linda la historia. Me llama la atención que es la primera novela que leo que no tiene comentarios
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