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Solo En La Oscuridad

Solo En La Oscuridad

Status: En proceso
Genre:Terror / Intrigante / Demonios / Ángeles / Mitos y leyendas / Leyendas de fantasmas
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: maurennt alberto cerra

Descubrimos con Miguel, a través de diferentes episodios que le ocurrieron en su infancia y adolescencia, por qué le teme a estar solo en la oscuridad

NovelToon tiene autorización de maurennt alberto cerra para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Rostro pálido

Miguel había estado hasta tarde fuera. No acostumbraba a salir mucho, pero tenía amigos que les gustaban las fiestas y siempre lo invitaban. Miguel algunas veces los acompañaba porque ellos siempre decían que él les “sacaba el cuerpo” por estar leyendo o jugando en el computador.

Miguel caminaba de vuelta a casa dado que la noche había acabado para él, pero había transcurrido muy bien: se había tomado unas cuantas cervezas y había charlado con una chica muy bonita que le había dado su número para que la llamara.

Era una suave noche de agosto y el cielo estaba despejado como de costumbre en ese mes. Miguel observaba taciturno las estrellas mientras caminaba, contemplando el contraste que había entre ellas y el negro cielo.

Fue hasta unos metros después que notó que la calle estaba demasiado solitaria para ser un viernes. Aunque esto no lo molestó se dijo para sí mismo que debía estar alerta, no quería encontrarse a algún amigo de lo ajeno y menos estando solo.

Mientras caminaba recordó a la chica que le había dado su teléfono: era una chica muy agradable. Era casi de su estatura, tenía unos ojos muy expresivos de color verde oscuro y cabello largo negro. Tenía unas manos delicadas, con dedos finos y refinados y además, suave al tacto. Miguel pensó que debían ser las manos más suaves que había tocado en su vida y dejó escapar una leve sonrisa.

Fue en ese momento que notó que alguien venía caminando detrás de él. En un comienzo no se sobresaltó, pero después de unos metros comenzó a inquietarse dado que quien venía detrás de él no parecía alejarse en ningún momento, aunque tampoco había indicios de que se acercara.

Miguel no podía ver su sombra y tampoco quería voltear hacia atrás a mirar, pero sentía que venía allí detrás. Como pudo fue acelerando el paso, primero poco a poco para no levantar sospechas y evitar que quien viniera detrás pudiese correr detrás de él y luego ya un poco más rápido, aunque sin llegar a correr. Sentía como un sudor frío le recorría el cuerpo y empezó a imaginar mil y uno escenarios en donde era robado y/o golpeado.

A pesar de ir por calles conocidas, tuvo que mirar muchas veces hacia los lados para evitar perderse por los mismos nervios que tenía. No decidía si ir directamente a su casa o ir a un negocio cercano de comidas rápidas que siempre estaba abierto a altas horas de la noche y allí tratar de ver bien quien venía detrás de él o al menos perder el rastro si su perseguidor veía una multitud. Miguel se decidió por lo segundo.

Reguló su paso, se tranquilizó un poco y dobló en una de las esquinas para tomar la calle hacia donde estaba el sitio pensado, pero por esas sorpresas del destino, el negocio estaba cerrado y no se veía más que unos muchachos sentados en la acera contraria fumando unos cigarrillos y otro grupo un poco más alejados, charlando y tomándose unas cervezas en la terraza de una casa.

Miguel caminó lentamente sin mirar a los que estaban sentados en la acera, pero ellos si lo vieron a él. Uno de ellos se llevó la mano a uno de los bolsillos y Miguel alcanzó a ver de reojo la delgada hoja de un cuchillo asomándose.

Cerró por un segundo sus ojos y aunque pensó en correr siguió caminando con la vista clavada enfrente, pero ahora con dos preocupaciones encima. Esperaba ser abordado por los muchachos una vez hubiese pasado y estuviese de espaldas a ellos, pero no ocurrió nada. No fue capaz de mirar atrás, solo siguió caminando.

Cuando dobló la esquina de su casa, aceleró el paso y comenzó a correr, abrió como pudo la reja exterior y la cerró con la misma velocidad que la había abierto. Miró hacia la calle a ver donde estaba su perseguidor, pero no vio a nadie cerca.

Al día siguiente, al levantarse encontró a sus padres en la terraza hablando con unos vecinos. Su madre le comentó después que la noche anterior, unos muchachos habían robado al hijo de otro vecino allí cerca y que la gente, al escuchar los gritos del muchacho, habían salido y lo habían visto tendido en la acera con una herida en un costado y unos muchachos encima de él tratando de robarlo.

Cuando los muchachos los notaron, alcanzaron a correr, pero lograron agarrar a uno de ellos y lo entregaron a los policías que llegaron a atender el caso. El muchacho les dijo a estos que su intención no había sido salir a robar, pero que habían visto pasar unos minutos antes a un muchacho que iba bien vestido y se habían decidido ir tras él, ya que estaba completamente solo.

Sin embargo, cuando fueron a levantarse, notaron a una persona de muy alta estatura vestida con una gabardina larga negra y que caminaba unos metros detrás del chico. El joven dijo que no los impactó la altura sino que cuando los vio a ellos, la piel de su rostro se veía muy pálida y que tenía unos ojos negros muy profundos que se veían demasiado grandes desde lejos…

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Alex
Me ha atrapado tu historia, exactamente tu manera de narrar los hechos.
Maurennt A. Cerra S.: gracias, me alegra que le guste!
total 1 replies
Mít ướt
Me encanta tu forma de escribir
Maurennt A. Cerra S.: me alegra que te guste, aunque creo que puedo seguir mejorando! espero sigas leyendo la obra ya que trataré de subir al menos un capítulo diario
total 1 replies
Raquel Sanchez
Excelente, creo que corrí junto a Miguel.
Maurennt A. Cerra S.: jejejejeje, pues la idea es que alcances a sumergirte dentro del texto... cualquier comentario para mejorar es bienvenido!
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