EN OTRO TIEMPO 2: El Regreso De Ana

Capítulo 20: EL SECUESTRO

Apenas Ralf metió a Ana en la camioneta, Chris, arranco.

-¡¿Qué haces?! ¡Están locos! ¡Frena!- gritaba desesperada.

-¡Cálmate!- solo decía Chris, mientras conducía.

En un momento, Ana, intenta abrir la puerta y él tuvo que sostenerla.

-¡¿Qué haces, loca?! ¡Te vas a matar!

-¡¿Loca?! ¡Yo no soy la que te secuestro!

-Yo solo quiero hablar, Ana.

-Bueno, entonces hablaras solo.- respondió cruzándose de brazos.

Así fueron un gran trecho del camino.

Camino, Pero... ¿A dónde?

Ana imaginó que la llevaría a la costa, por la ruta que había tomado.

Chris la miraba por momentos, de reojo, pero ella solo mantenía la mirada fija al frente y los brazos cruzados, en demostración de enojo.

A una determinada distancia, la cual, Ana calculo que sería la mitad de camino se detuvieron en una estación de servicio.

Ambos se bajaron.

-Bueno, vamos a comprar algo...- dijo Chris.

-Quiero ir al baño.

-Está bien, luego de comprar algo para comer.

Cuando las compras ya estaban hechas, que para sorpresa de Chris, ella se había portado bien, la acompaño hasta el baño, quedándose en la puerta.

Ya adentro, Ana miro hacia todos lados, ni loca haría sus necesidades en ese lugar, no sabía que tocar, Pero detecto una ventana, no era muy grande, a decir verdad, aunque ella había adelgazado bastante, capas podría pasar.

Abrió sigilosamente, sin hacer mucho ruido por las dudas, metió una pierna primero y luego saco la otra, quedando un poco colgada, había Sido más alta de lo que imagino, trato de hacer pie como pudo y se apoyó de lo que imagino que era un tronco. ¡Listo! ¡Lo logré!, dijo, cuando ya estaba totalmente fuera, se dió la vuelta para huir y... ahí estaba parado Chris, viéndola con los brazos cruzados.

-No puedo creer como te conozco...

-Bueno... debía intentarlo.- respondió y comenzó a caminar directo a la camioneta con arrogancia.

Un par de horas más tarde, ya entrada la noche, llegaron hasta un camino, que se adentraba a unos bosques de pinos... ¿Pinamar? Pensó, o tal vez San Clemente... A esa hora y con el cansancio que sentía no podía mirarlo bien.

Llegaron hasta una sorprendente cabaña alejada de toda civilización, Ana se quedó boca abierta.

Había luces prendidas.

-¿Hay alguien?

-No, el casero nos dejó la estufa prendida y todo listo...- respondió él bajando unos bolsos de la cajuela de la camioneta.

-¿Por cuánto tiempo nos quedaremos aquí?

-No te preocupes, que traigo tu equipaje también.

Ana la miro tiesa.

-Tu amiga, Yoli, nos ayudó... Y tú hermana también.

-Esto fue un complot.

-Si así lo quieres ver... Pero entremos que hace frío.

La cabaña era muy cálida y acogedora por dentro, pero apenas la vio, solo busco el baño hasta que lo encontró.

Cuando salió se quedó viéndolo.

-Nuestro cuarto tiene otro baño privado.

-El cuarto en dónde dormirás... Solo.- dijo ella caminando hasta el sofá.

Chris la miro mientras se sentaba.

-Como quieras...- dijo él cerrando con llave la puerta por si acaso quería escapar, Pero tampoco estaba tan loca para morir congelada -No dejes apagar la estufa.

Con una pisca de humor se dirigió y se marchó al cuarto jugando con la llave en su mano.

En la mañana siguiente, Ana se despertó recostada en el sofá, tapada con un cobertor tejido... Seguramente Chris se había despertado en la noche y se lo había puesto.

-Buenos días.- dijo él.

Ana no respondió, solo se puso su abrigo y camino hacia la puerta, al comprobar que estaba sin trabar la abrió y comenzó a caminar... ¿En dónde demonios estaban?

Eso no la detuvo, la camioneta no tenía llave así que continuo.

-Ana, ¿A dónde vas?- pregunto Chris siguiéndola.

-A cualquier lado lejos de ti.

-Te vas a perder y te dará frío.

-Lo prefiero, a mí no me gusta que me secuestren.

-No te secuestre...- Ana se paró y lo miro muy enfadada -Bueno, si lo hice, pero no sabía cómo hacer para que me escuches.

-No se que querés decirme…

-Que se lo que hizo mi padre en la fiesta de Richard motor por ejemplo...

Ella lo miro desorbitada.

-No se dé que me estás hablando.

-Basta, Ana, tu hermana ya me dijo todo.

-Que buena es mi hermana para los secretos.

-Ana... Solo quiero que hablemos, si luego de eso te quieres ir, te llevo.

Ella lo miro un poco más relajada.

-¿De verdad?

-Sí...

-Bueno, necesito ir al baño así que...

Continuo ella caminando otra vez hacia la casa. Chris le quiso tomar la mano y ella se la quito de forma hostil, así que la dejo caminar en frente, siguiendola con una sonrisa de victoria.

Estaba sentados a la mesa, Chris había hecho café y le dió uno a ella.

-¿No quieres café...?- Pregunto él al ver qué solo miraba la taza.

-Es que... últimamente no me cae muy bien.

-Come algo.- sugirió él acercándole el plato con medias lunas -Estas muy delgada.

¡Mierda! ¿Alguien más que le diga lo flaca que estaba?

-No quería que te distancies con tu padre...- dijo ella de repente y Chris la miro.

-Ahora entiendo muchas cosas... Imagino lo que fue para ti ver a Clare esa noche en mi casa, el idiota fui yo, Ana.

-Hay tantas cosas que no sabes.

-Lo se... se que algo sucede además de lo mi padre... pero nunca quisiste contarme.

Ana pensó por un momento, realmente quería decirle la verdad, Pero no podía... ¿Cómo iba a creer él que ella venía del futuro?, así que suspiro.

-Lo importante aquí, es que no hay que olvidar que Clare está embarazada.

-Ella está conmigo por una trampa.

-Lo que sea, Chris... Ese niño no tiene la culpa de nada.

-Claro que no cariño, y quiero hacerme cargo de él.- dijo tomando su mano.

-¿Y en dónde entro yo en todo eso? Entonces.

-En que te amo.- dijo, se agachó a su lado le movió la silla en la que estaba sentada para que lo vea de frente -Te amo, Ana, y solo quiero estar contigo...

Pero ella solo lo miraba.

-Ana, yo soy hijo de padres separados y si tuve algún conflicto es por el padre que me tocó, no porque ellos no estén juntos... No pienso dejarte.

Ana sonrió apenas.

-Chris yo...

-Ana, te amo.- repitió él solo inclinándose hacia ella para besarla.