DEMONIO

Kebec

Los tres nos transformamos y nos ponemos en fila, puedo sentir una conexión entre nosotros de manera que nos podemos comunicar mentalmente.

Nos lanzamos al mismo tiempo, atacando sin descanso; sin embargo, parece que no le hacemos ni cosquillas a ese gigante.

Por lo regular con uno solo de nosotros basta para asesinar una mole, pero ahora luchando tres de los nuestros contra uno de ellos, no parece suficiente.

El zombi deja de intentar cruzar la barrera y se vuelve hacia nosotros, dando nos un buen golpe a cada uno a la velocidad de la luz. No lo vi venir, pero esa cosa pega con mucha fuerza pues escuche como se rompió algo en mi interior, caigo entre algunas cajas y me vuelvo a levantar.

Esta vez estoy enojado, porque nunca antes alguien me había golpeado de esa manera, ni siquiera Doluma me ha hecho tanto daño como lo acaba de hacer esta cosa.

El zombi frente a mí, gruñe con evidente enojo, los otros dos ya se levantaron y se encuentran a mi lado. Me lanzó hacia adelante y escucho un gritó detrás de esa masa de huesos.

-¡Sephora!, ¡Sephora!- alguien chilla, es la voz de una chica.

Me detengo a ver qué sucede, de la boca de la niña ha comenzado a brotar sangre, pero ella sigue aparentemente dormida. Ella se lanza contra el escudo, pero la barrera repele sus garras con una descarga bastante grande que la hace retroceder varios metros.

Veo con impotencia como la vida de la niña empieza a mermar y nosotros somos incapaces de ayudarla.

-¡Tú!- se escucha salir de la boca de ese zombi y todos nos quedamos congelados.

-Miserable cucaracha, te devolveré al infierno del cual saliste- su voz hace eco y arrastra las palabras por cada una que dice.

El zombie vuelve a meter sus garras y la descarga que recibe, no parece hacerle daño, poco a poco su cuerpo comienza a cruzar hasta que esta completamente adentro.

Las personas no tienen a donde ir, ya que si se acercan mucho al escudo morirán y frente a ellos hay un enorme zombi que amenaza con matarlos también.

El enorme montón de huesos camina hasta la niña y con rapidez retira la espada del suelo, la levanta varios metros por encima de su cabeza y la agita con fuerza haciendo que el cuerpo de la pequeña parezca un trapo en el aire.

-Voy a comer tu miserable cuerpo y no te dejaré salir nunca más- el zombi abre su enorme boca y suelta la espada que lleva con ella a la niña.

Miró como ambas caen directo a la boca de esa cosa, corro en su dirección para quitarlas del trayecto, pero el escudo sigue activo y me repele sin problemas.

Una nueva espada aparece en el aire, creando un choque contra la otra espada y finalmente la niña se suelta siendo lanzada por los aires.

Al instante vemos como la barrera desaparece y corro para interceptar a la niña antes de que caiga, los demás corren lejos de esa cosa mientras que ella y su compañero intentan sacar al zombi del lugar.

El enorme esqueleto le da un golpe a ella tan fuerte que escucho su cráneo romperse, su compañero se desploma antes de poder acercarse y le escuchó rugir a esa enorme bestia.

Parece más enojado que antes.

-¿Cómo te atreves a desobedecer mis órdenes?- esa cosa habla nuevamente como si estuviera hablando con alguien.

Noto que la segunda espada está flotando frente a ese zombi, mientras la otra se encuentra tirada en el suelo, pero su apariencia cambio a la de un cuchillo.

Nada de lo que está pasando tiene sentido y solo me limitó a observar. El zombi parece poner atención a algo que no logró escuchar, la espada desciende repentinamente y al igual que la otra, se transforma en un cuchillo.

Para mi sorpresa y la del resto de los presentes, ese enorme gorila comienza a disminuir de tamaño y su cuerpo comienza a vestirse de piel y mientras más forma agarra.

Mis labios se abren hasta quedar en una perfecta "O"

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Doluma

Cuando el demonio despertó sentí como me reducía poco a poco hasta tener el control total de mi cuerpo, lo escucho hablar con SARAM.

Aunque para ser honesta todas estamos aterradas por su presencia. Puedo sentir su fuerza y vitalidad desbordando cuál represa llena, por cada paso que él avanza, yo voy perdiendo consciencia.

Puedo sentir a ROJA, está muy cerca de aquí. A un par de kilómetros más atrás de donde estamos ahora, mi Demonio no está para nada contento.

Ha jurado destruir a ROJA por haber hecho un pacto con un humano, no se a que se refiere, pero mientras estuve inconsciente matando a infectados sin saberlo, creo que cosas nada buenas pasaron.

***Oscuridad***

-Ha intentando liberar sé y ahora la proteges, maldito hereje.

Escuchó una voz profunda que resuena en mi cabeza, no sé dé quién es o de donde proviene. Pero me asusta y mucho.

-Estoy segura de que no sabía lo que sucedería cuando acepto ayudar a esa niña humana amo.

Ya antes he escuchado esa voz, pero no recuerdo a quien le pertenece.

-¡Morirá!- gruñe la voz sin una pizca de emoción más allá del enojo.

-¿Acaso no nacimos pará proteger a los humanos? ¿Debemos morir por cumplir con nuestro deber? -dice esa voz conocida.

-¿Proteger? ¿Deber? ¿Qué significan esas palabras para mí? Soy lo que soy, no tengo deber, solo existo por una razón. ¡Ustedes son extensiones mías! No tienen tal cosa llamada deber, únicamente me deben obediencia a mí -la voz resuena, vibra en cada rincón de mi cuerpo. Carece de emoción, Pero extrañamente sus palabras aunque duras, tienen sentido al menos para mí.

Mientras escucho las voces, siento como poco a poco me voy apagando, algo duele con demasiada fuerza, siento que mi cerebro va a partirse en pedazos en cualquier momento, me cuesta respirar y me duele el pecho.

***Fin de la Oscuridad***

Son como hilos, tan delgados y finos como los hilos de una araña, todos tienen vida y por cada respiración mía, ellos duelen, palpitan como si tuvieran vida propia y eso lo vuelve molestó, incómodo.

No puedo abrir los ojos, el cuerpo me duele de tal manera que deseo estar muerta. Lloró, pero mis lágrimas no brotan; sin embargo, sé que estoy llorando.

En mi garganta hay un nudo que me duele, me quema y me deja un sabor amargo. Respirar es tan difícil, escucho el leve sonido del crujir de mis huesos al acomodarse.

Esta no es la primera vez que mi Demonio despierta, pero si es la primera vez que se transforma por completo, todos mis huesos se mueven de su lugar tomando formas diferentes.

Se extienden, se vuelven más gruesos, se recubren con más hueso y se deforman de todas las maneras posibles.

Ahora, justo ahora, estoy sufriendo las consecuencias de su transformación.

-¿Qué demonios le hiciste? -escucho los gritos de una voz que me resulta familiar.

-¡Largó! - dice una voz sin pizca de emoción.

Escucho un forcejeó, luego alguien grita, mientras alguien más me toca y me levanta. Quiero decirle que no me toque, quiero suplicarle que me suelte, quiero decirle que su cercanía me hace daño.

Pero no tengo voz, no tengo fuerzas.

-¡Malditos!, ¿Qué le hicieron? -mientras la voz habla, me agita entre sus brazos y eso me provoca tal dolor, que la oscuridad vuelve a devorarme una vez más.

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