Triste Despertar

Ya hace dos meses que estoy en Nueva York, Lucy y mi gemelo vienen de regreso, el nuevo presidente de la Argentina no permite extranjeros en el país y mucho menos con empresas, dejamos contactos con personas que nos despacharan mercancía y nosotros la comercializamos aquí, de mi regreso ya hacen dos meses, Luciano está pendiente del niño, hablé con el de mi divorcio, ya que no se puede anular, ya que existe un hijo, Luciano me informó que desde que salimos él no ha vuelto a ver a Victorino, que ni siquiera sabe que yo me vine, le pedí le entregará el acta de divorcio y no le diga nada más.

Luciano llamó a su hijo y le dejo dicho que necesitaba hablar con él, molesto le contesto que se veían a la hora de la cena, Luciano le pidió que no fuera con nadie más y que fuera puntual. Llegó puntual, no se le veían buen semblante, pregunto por nosotros y fue que su padre le entrego el acta de divorcio y le notifico que hace más de dos meses nosotros no estábamos en Italia. Puso cara de rabia y le dijo a su padre, espero estés satisfecho ya tienes tu heredero y a mi me dejas en paz, está es la última vez que nos vemos y espero que sigas bien, si alguna vez me necesitas me llamas, pero nada más. Salió de la casa y ni se preocupó de su padre, Luciano le pidió a mi padre que quería venir a estar con nosotros, yo conociendo la situación en la que vive le pedí si podía venirse a quedar con nosotros y este no tardo en decirme que si, que arreglaba unos asuntos y se venía, ya han pasado veinte años, y no sabemos de la vida de Victorino, no se ha preocupado de su padre, que está viviendo y es el abuelo más consentidor para mí, hijo y un padre para mí. Los médicos le han diagnosticado cáncer, el cual está muy avanzado, nos pidió que lo lleváramos a Italia, quería ver su país por última vez.

Él llamo a su hermano, le pidió alistarán la casa que él regresaba con la familia de paseo por un mes. Su hermano le dijo que todo estaba listo para recibirnos, salimos rumbo a Italia mi hijo estaba pendiente de su abuelo, sabía que él no regresaba con nosotros él quería darle un poco de felicidad en sus últimos días.

Cuando llegamos el tío Juvenal hermano de Luciano nos esperaba en el aeropuerto, conoció a mi hijo y a mí, mi suegro se sentía orgulloso de su nieto nos llevaron a la vieja casa de los Corleones, estaba muy hermosa, con grandes jardines, el viejo Luciano lloró al ver su casa, me contó muchas cosas de su niñez paseamos por los jardines y me pidió que la cuidara mucho, yo le dije que después de su partida, nos marcha amos, que se la diera a Juvenal que al fin era de sus padres, el me dijo tu eres tan diferentes a otras mujeres, Lina supo hacer muy bien su trabajo contigo y has sido la hija que siempre quise tener, Te quiero pedir un favor quiero ver a mi hijo por última vez, Juvenal que estaba a nuestro lado dijo, yo ya le avisé que estabas aquí y me dijo que trataría de venir.

Lleve a mi viejito Luciano a descansar, Luis Daniel salió de paseo con su esposa, no quiso salir de luna de miel por no separarse de su abuelo, ellos están esperando su primer hijo y su abuelito lamenta no poder conocer a su bisnieto.

Llegó la hora de la cena, mi hijo fue a buscar a su abuelo al jardín donde se encontraba con Juvenal, venía entrando con su abuelo cuando una visita no quería ver llegó, salió mi hijo a recibirlo y el arrogante pregunta por mi suegro, mi hijo le dijo de parte de quién y este le responde de su hijo y tú quien eres que te la das de dueño de esto, una voz a la espalda de Vic torio le responde, el es el único dueño de todo esto.

En ese momento salgo a llamar a pasar al comedor para cenar, Victorino se queda viéndome y ve a su hijo, unas lágrimas caen por sus mejillas, las cuales se seca rápidamente y me saludo tartamudeando Luuuisa Honoria eres tú y yo le respondí, si soy yo y el es Luis Daniel tu hijo y ella es su esposa y pronto tendrán su primer hijo.

La cena fue en un aburrido silencio, luego de terminar, nos despedimos de Victorino , subimos al abuelo Luciano esa noche Juvenal se quedó en la casa, ya sabíamos que no había un nuevo despertar y así fue, entrada la madrugada Luciano dejó este mundo, en los brazos de su único nieto.

El tío Juvenal, llamo a Victorio y le notifico todo, cuando llegó de nuevo a la casa, se quedó en silencio al ver cómo su hijo abrazaba a su abuelo y lloraba en su pecho, llegó la funeraria y se llevaron el cuerpo para arreglarlo su velatorio era algo intimo y muy familiar, lo llevarían al mausoleo de los Corleones , todo ya estaba dispuesto.