Un Secreto Para Ambos

^^^Antonella De angelis.^^^

Cuando regrese a casa, me encontré con la sorpresa de ver a Matteo durmiendo en el sofá de la sala de estar. Junto a él estaba una botella de vino (su favorito) sin líquido en su contenido.

—¿No es muy temprano para emborracharte?.—Pregunté aunque sabía que no tendría una respuesta.

Matteo se embriaga de vez en cuando y realmente no es ninguna molestia porque se comporta muy obediente cuando está bajo las influencias del alcohol, pero tengo entendido que solo se emborracha hasta quedar inconsciente en momentos importantes.

—¿Hoy es una fecha importante?.—Intenté preguntar mientras le quitaba la botella de vino que sujetaba en su mano derecha.

—Es el aniversario.—Respondió y di un sobresalto hacia atrás al escucharle.

...No esperaba una respuesta....

—¿Aniversario?.—Dejé la botella vacía encima de la mesa de centro y decidí tomar asiento en el sofá a un lado de mi padre.

...Su aniversario con Carina es otro día....

—Su aniversario.—Señaló hacia la mesa de centro y en esta había una foto familiar, con muchos integrantes a quien no logré reconocer.—Un día como este, murió mi familia.—Confesó.

Sabía que la familia de Matteo había muerto, pero nunca me dijeron nada más sobre el tema. Carina dijo que era un tema extremadamente sensible para mi padre y que no debía ser curiosa al querer saber más porque terminaría lastimando a Matteo.

—No hubiera salido si me lo hubieras dicho.—Dije con cierta molestia y tristeza.—No deberías quedarte solo en un día tan triste para ti.

Matteo murmuró algo que no logré entender y enderezó su cuerpo para mantenerse sentado en el sofá y no estar practicando recostado en este.

—Ocurrió hace años.—Hizo un gesto de manos para restarle importancia.—Ya no es importante.

—Si no fuera importante entonces no hubieras bebido toda la botella de vino.—Afirmé.—Es importante y estoy un poco molesta porque ni siquiera puedes confiar en mí para intentar consolar tu dolor.

...Carina sabía su historia, pero yo no....

Odio sentir una gota de celos hacia mi madre, pero no puedo evitarlo. He pasado más tiempo con Matteo de lo que Carina lo hacía y aun así no tengo su confianza.

—¿Quieres consolarme?.—Preguntó mostrándome una hermosa sonrisa de burla e incredulidad.

—Quiero hacerlo.—Respondí sin embargo.

Mis latidos fueron más intensos cuando supe que Matteo debía ver mi rostro tiñéndose de rojo lentamente por la vergüenza.

No puedo leer su mente, pero realmente me gustaría saber que piensa sobre mí en esta situación.

—Bien, entonces hazlo.—Dijo él luego de unos largos segundos de silencio.

Normalmente, no sería tan valiente para tomar la iniciativa, pero realmente deseaba quitarle la tristeza de sus ojos, la soledad que le hizo casarse con Carina sin el amor que ambos merecían. Deseo ser suficiente para hacerle al menos solo uno más feliz de lo que aparenta ser.

—Ven aquí.—Le hice recostarse nuevamente en el sofá para poner su cabeza sobre mis piernas y empezar a acariciar su cabello negro con suaves y gentiles movimientos con mi mano izquierda.

—Jaja ya no recuerdo la última vez que alguien hizo esto conmigo.—Habló mientras relajaba su expresión y comenzaba a cerrar sus ojos.

—Yo puedo hacerlo tantas veces como quieras, solo tendrías que pedírmelo.—Me mantuve acariciando su cabello.—Ahora me tienes a mí, no necesitas buscar la compañía de alguien más.

...Quisiera decirte cuanto te amo....

—Gracias Antonella, pero no..

—Realmente te amo papá.—Le sonreí, aunque mi corazón dolía por haber pronunciado esa última palabra.

...Matteo dio un leve suspiro de dolor....

—Todo lo que amo siempre me termina abandonado y tú también terminarás haciéndolo tarde o temprano.—Afirmó con demasiada seguridad.

—Te equivocas.

...Me quedaría hasta el fin de los tiempos si me lo pides....