MATRIMONIO ARREGLADO.

'Sam'

Pese a que tengo experiencia en el ámbito sexual, jamás en mi vida había experimentado algo como lo que estoy viviendo con mi esposa.

En cualquier otra sircunstancia me hubiera detenido, hubiera dejado que pudiera acostumbrarse a mi tamaño y tendría el completo control de mi deseo pero.. en esta ocasión no pude, Diana despertaba en mi cosas hermosas que jamás he sentido antes y el poder tenerla como tanto lo he deseado me hacía enloquecer, me hacía vengar de ella por haberme prohibido durante tanto tiempo el tener su cuerpo, el sentirla solo mía.

Estaba más que claro que ahora si lo era, era mía y solo mía ,no dejare que alguien se atreva a siquiera intentar quitármela, no habrá jamás otro hombre que pueda tocarla porque ella fue, es y siempre será mía.

Abro mis ojos y la veo debajo de mi sintiendo aún el placer que mi cuerpo le proporciona al suyo, estamos tan unidos, tan conectados que al solo hecho de ver como mi miembro entra y sale de ella me hace enloquecer aun más.

- ¡Ohh Dios! Más rápido. - Gimió mi amada por lo **que** obedeciendo a sus palabras le puse más intensidad a mis embestidas y me sentí al borde del orgasmo, ya casi llegaba, ya casi me vasiaria completamente dentro de ella, algo que no me dejo hacer en las ocasiones anteriores. - Sam.. estoy a punto. - comentó entre gemidos y sonreí.

- También yo amor, ya casi llego.- Respondí y sentí sus manos en mi pecho, deteniendome y provocando que la viera.- *No otra ves.

- Tienes que usar protección cariño, no quiero embarazarme aun*.- respondió y bufé desviando mi mirada de ella a la pared.- *Sam..

- ¡NO! me niego a usar protección contigo, eres mi esposa y quiero sentirte piel a piel, no puedes pedirme que use protección, no quiero, no voy a hacerlo*.- Respondí molesto.

- *Pero amor..

- Dije que no Diana, no voy a usar protección contigo*.- volví a decir para luego salir de ella, ponerme de pie he ir a el baño.

Las otras dos veces hizo que me viniera fuera, sin darme tiempo a pensar en el porqué y ahora me exige que use protección para estar con ella.

¡Definitivamente no lo haré!

Si bien tampoco quiero ser padre aun, no puedo protegerme con ella, es mi esposa, la mujer a la que amo, no una cualquiera con la cual me acuesto para sacarme las ganas.

Muy molesto abro el grifo y dejo que el agua fría caiga sobre mi cuerpo, riendo luego por saber que soy el único loco que se ducha con agua fría en pleno invierno.

Luego de dejar que todo el calor se valla de mi cuerpo, cierro el grifo y tomo la toalla comenzando a secar mi cuerpo, envuelvo mi cintura con otra toalla mientras uso la que tengo en las manos para secar mi cabello.

Abro la puerta de el baño y veo a Diana parada frente a esta a punto de tocar.

- *Yo..

- Ya esta desocupado, duchate y luego vamos a desayunar para poder ir a casa*.- Respondí pasando por su lado, pese a que no quería, no podía evitar molestarme con ella.

Espere a que se molestara o simplemente llorara por nuestro pequeño pleito pero.. no, no ha hecho ni dicho nada.

..

Vamos rumbo a casa y la veo de reojo notando que esta seria, quisiera saber en lo que piensa pero si le pregunto creerá que todo esta olvidado.

La veo morder su labio inferior con nerviosismo y jugar con sus manos confirmando de que estaba nerviosa. *Pobre mi amor, de seguro esta pensando en un método para que mi enojo se disipe.*

Sin decir nada, tomo una de sus manos y entrelazo nuestros dedos ganandome su mirada, no digo nada, solo continuó conduciendo.

Al llegar a casa bajo antes que ella y le abro la puerta para luego dejar que se baje y encaminarme a la puerta para poder abrirla, una ves ambos entramos la veo dirigirse a la cocina mientras que yo me voy a mi habitación, lugar que aprovechare a ordenar para que mude sus cosas aquí, por que esta claro que compartiremos la habitación a partir de ahora.

Dos golpes en mi puerta me distraen de lo que hago y simplemente doy el pase para seguir acomodando todo.

- Sam, estoy buscando la carpeta roja con los documentos que debo revisar, ¿por casualidad no la has visto? - preguntó detrás de mi y suspire, no puedo creer que luego de nuestro "pleito" solo quiera trabajar.

- No la he visto. - Respondí para luego girarme.- Y creo que no es momento para... para.. - quede a medio hablar, pues esa minifalda que usaba llamo mucho mi atención y aun más esa camisa negra que se le ajustaba a el cuerpo y provocaban una nueva ereccion en mi, no.. no tenía que hablándarme.

- OK yo.. te dejo seguir con lo tuyo.- respondió para luego girarse he intentar salir pero no se lo permiti, corrí con velocidad a ella y la tome de su cintura deteniendola para luego cerrar la puerta y apoyarla contra esta.

- ¿Eres consciente de que me estas volviendo loco? - comenté cerca de sus labios y ella me vio sin decir nada.- *Diana, estas acabando conmigo poco a poco y.. haces que me desesperes, quiero y deseo hacerte mía nuevamente, terminar lo que dejamos a media en el hotel.

- Sam..

- Se que debes de estar molesta amor, pero tienes que entenderme, te amo, eres mi mujer y no puedo usar protección contigo, ambos somos sanos y no es justo que estemos privandonos de sentirnos cuerpo a cuerpo, sin nada que le quite el placer a nuestro encuentro*.- Respondí para luego dar un respingo al sentir como su mano tomaba con fuerza mi miembro y me hacia jadear.

- Deja de dar vueltas, estoy húmeda ya y necesito de mi esposo.- respondió y me fue inevitable no encenderme aún más con sus palabras.

Deslice una de mis manos bajo su falda y la dirigí a su feminidad comprobando dos cosas, una, no tenia bragas cosa que me lleva a pensar que su visita aquí era intencional y dos, estaba realmente y jodidamente exitada, quizás más de lo que yo lo estaba.

- Ohh amor, no sabes cuanto te deseo.- comenté mientras acariciaba su clitoris y sentía como el fuego comenzaba a quemar todo mi cuerpo.

- hazme el amor Sam, quiero sentirte otra ves.- dijo ella entre gemidos y opte por hacerle caso.

Desabroche mi cinturón a mayor velocidad y luego deje que mi pantalón cayera junto a mi bóxer, la toma de sus muslos y la apoye contra la puerta para luego penetrarla de una sola estocada, sintiendo sus uñas en mi espalda y su tan sexy gemido.

- *ahh..

- Dios cariño, ¿porque me haces esto*? - pregunté para luego comenzar a embestirla una y otra ves, sintiendo como volvía a abrirse para mi, como su feminidad apretaba mi miembro y me daba más placer del que esperaba.

La cargue sin salir de ella y la lleve a la cama dejando que su cuerpo cayera en ella, abrí con desesperación los botones de su camisa he hice a un lado la copa de su brasier para luego besar sus pechos con fervor, sintiendo como todo mi ser quemaba por seguir disfrutando de mi amada esposa.

La embesti, la tome con esa locura que mi cuerpo despedía y sin poder controlarlo.. me vacíe completamente dentro de ella, sintiendo como todo mi líquido salía disparado a su interior y como el placer de por fin haberlo hecho corría entre mis venas.

- Te amo.. con todo mi corazón y mi alma.- Dije mientras acariciaba su cabello y la veía a esos hermosos ojos que me veían con amor.

- También te amo mi vida, con mi corazón, mi alma, mi espíritu y todo lo que pueda tener.- respondió y sonreí para luego comenzar a besarla.

*Te has convertido en mi todo, en lo mejor que me ha pasado en la vida.*