Pequeña Rebelde ( Primera Parte)

Un mes después.

luz.

Estoy en la empresa encargandome de unos papeles que él señor Smith me encargó para el medió día, hoy tenemos una reunión con el señor Michael, esté viene desde Francia pará cerciorarse del estado de los negocios.

Hernán, ya tiene una oficina en está empresa, esté viene después de salir de la universidad, no me dirije la palabra más qué pará humillarme cada vez qué puede, Yadiel tampoco volvió a dirigirme la palabra y William me vuelve loca, me grita por cualquier motivo y me da mucho trabajo a pesar de qué no soy su asistente, pero pará evitar problemas simplemente hago lo que me pide.

--Niña deja de palpar moscas y prepara la sala de juntas, los socios están a punto de llegar.--- me dice el señor Smith, interrumpiendo mis pensamientos.

--Sí señor enseguida tengo todo preparado, no sé preocupe por nada.--- le respondo y salgo hacia la sala de juntas.

Entró a está y veo a William colocando unas carpetas sobre la mesa y me quedo sorprendida.

---¿Que me ves? esté trabajo tendrías qué estar haciéndolo tú.--- me dice esté, y me largo a reír.

---Discúlpeme señor William, pero usted tiene a Marcela cómo secretaria y Emma cómo asistente, y pretende que yo haga el trabajo de ellas, pues no, váyase a freír patatas, y hágame el favor de no joderme.--- le digo ya cansada de que me esté molestando a cada rato.

---No seas tan creída, trabajas para nosotros, y debes obedecer mis órdenes ---- me dice esté, y trató de no seguir discutiendo.

---Deme las carpetas, yo lo hago--- le digo a esté y tomó las carpetas de mala gana.

Esté, se queda parado viéndome con una sonrisa burlona, y me dan ganas de matarlo a puñetazos, pero me aguantó para no perder el empleo.

Dejó todo perfectamente acomodado, ordenó el almuerzo pará todos y le aviso al señor Smith.

Los socios comienzan a llegar, y los resivo, pero mí rostro cae por los suelos cuándo veo llegar a al señor Michael con mi tía loren, al igual qué ella cuándo me ve a mi.

Una vez qué terminaron de llegar todos, cada uno toma asiento, yo me siento junto al señor Smith, rezando para que me tía no me haga quedar mal, pero por la mirada que me da, creo que va hacer mucho más que eso.

Comenzamos la reunión, yo soy la encargada de precentar los balances generales, así qué empiezo por explicarlos detalladamente.

Al terminar de dar los detalles, el señor Michael me pide qué le pasé copias del balance a su asistente, y luego precenta a mi tía cómo su pareja y mano derecha e informa qué está será su representante en Miami.

---Veo que te fue muy bien loren.--- dice Hernán y mi tía sonríe con malicia, y lo único qué esperó es no salir perjudicada de todo esto.

---Sí, me fue muy bien, mucho mejor que contigo, qué además de acostarte con mi sobrina y abandonarme a mi suerte ,andas con ella pará todos lados sin pudor alguno, por lo qué puedo ver.--- responde está, y me tapó el rostro con la carpeta en mi mano.

---Querida y traidora sobrina, una simple carpeta no va a tapar tus pecados, ni tampoco va a borrar el qué me haigas robado mí esposo, cuándo lo único qué hice mal, fue darte amor y un hogar acogedor con mucho cariño.--- dice está forzando las lágrimas, y todos me observan a mí, incluso el señor Smith, quien me ve con ganas de ahorcarme.

Me pongo de todos los colores, sin saber qué hacer o decir.

---Querida, eso quedó en el pasado, pero sí hubiera sabido de esto, no hubiera echo negocios con está empresa.--- dice el señor Michael, y por inercia observó el rostro del señor Smith, él cuál se encuentra rígido y con la mirada oscurecida.

---Bueno señores y señoritas, no estamos aquí para hablar de quién fue más o menos cornudo, aquí estamos pará hablar del excelente estado de la empresa, de las buenas ganancias que estamos obteniendo y del próximo lanzamiento de moda, no hay porqué mezclar los asuntos personales con los de trabajo.--- dice el señor Smith y no se sí reír, llorar, o tirarme del edificio.

En eso llega Catherine con Nick, trayendo los meseros detrás de ellos.

---Buenos días , perdón por no llegar a tiempo, ¿pueden ponerme al tanto ahora ? o almorzamos primero.--- dice la morena, con una sonrisa.

---Almorzamos primero, pero no pretendan que comparta la mesa con esa desvergonzada--- dice mí tía, mirándome fijamente.

--No sé preocupe, la señorita luz ya terminó su trabajo, y ahora sé marchará a su oficina.--- dice el señor Smith, y me señala con el dedo para que abandone la sala de juntas.

Agache la cabeza, y salí muy avergonzada, pero no para mí oficina, estaba más que dicho que me echarían a la calle, así qué tomé mi bolso, mis pocas pertenencias y me marché a mi departamento, el qué muy pronto dejaría de ser mío, porque sin trabajo no voy a poder costear la renta de esté.