Quédate Conmigo

Alexandra estaba en su habitación después del incidente de la 1 de la tarde.

"No permitiré que te quedes con él", se dijo a sí misma mientras se miraba en el espejo. La rabia se apoderaba de ella al ver las marcas de las bofetadas que le había dado Emma.

"Esto lo pagarás caro".

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Javier se infiltró en la mansión Richter como nuevo guardaespaldas, sonriendo al pensar que esta misión sería pan comido.

"Ve a dejar esto en la cocina", le indicó uno de los guardias.

"Sí, señor".

Javier se dirigió hacia la cocina, donde la cocinera le pidió que abriera la tapa de la mayonesa. Sin embargo, al intentar entregársela, tropezó y el contenido cayó sobre Clara.

Con fastidio, Clara identificó a Javier como el responsable.

"Animal, ¿no vas a ayudarme?", reclamó. A pesar de que ella no solía comportarse así, la falta de prontitud de Javier para asistirla la llevó a expresar aquellas palabras.

"Princesita, no fue mi intención", respondió Javier con sarcasmo.

Clara se agachó, recogió el envase de la mayonesa y lo arrojó junto con el poco contenido restante a Javier.

"Oh, no fue mi intención tampoco", dijo Clara sarcásticamente mientras se llevaba la mano al pecho en señal de arrepentimiento fingido.

Ambos se miraron con hostilidad, marcando el inicio de un conflicto que tendría más de un capítulo.

"Esto no quedará así, princesa", dijo Javier saliendo de la cocina echando humo. Le enseñará a esa mujer una lección.

"Qué odioso es", murmuró Clara mientras se pasaba la mano por la cara llena de mayonesa.

"¿Qué pasó aquí, hija?" preguntó la mamá de Clara al ver el desorden en la cocina.

"Nada, mamá. Iré a bañarme y luego te ayudo a limpiar", dijo Clara, dirigiéndose hacia su habitación que estaba cerca de la cocina.

"Esto no quedará así. Animal", se vio Clara en el espejo, molesta por lo sucedido.

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Eran las 4 de la tarde.

"Señorita, el señor Aarón no vendrá. Se fue de viaje y cuando regrese continuará las tardes con usted", dijo Alan, algo agitado.

"Algo sucedió", pensó Emma al ver salir apresuradamente a Alan.

Emma se enteró rápidamente por las sirvientas, quienes murmuraban sobre la razón del viaje de Aarón.

"Mi hermano me dijo que se fue porque su primo atacó."

"Ese primo suyo es tonto, pronto morirá ante la furia del señor", comentó una de las sirvientas a su compañera antes de seguir su camino.

"¿Quién será su primo?", pensó Emma mientras caminaba hacia su habitación.

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En Alemania

Aarón llegó a Alemania después de viajar por la tarde.

"Aquí tiene, señor", dijo Alan mientras le entregaba todas las pertenencias.

"Lo mataré". Aarón planeaba actuar en contra de su primo. Se había contenido por respeto a su abuela, pero ya no lo haría.

Aarón subió al coche que lo estaba esperando y se dirigieron directamente hacia su hotel. Quería descansar unas horas antes de cumplir su objetivo de acabar con la vida de su primo.

Al cerrar los ojos, Aarón comenzó a tener un sueño que lo confundió por completo.

"Despierta, amor. Es hora de ir al trabajo", decía Emma mientras besaba tiernamente la cara de Aarón.

"Papi, levántate", decía un niño de 4 años al subirse a la cama y abrazar a Aarón.

Aarón abrió los ojos al escuchar que tocaban la puerta. Durante ese sueño, había experimentado el mismo sentimiento que siente cuando está con Emma por las tardes.

Al levantarse de la cama y abrir la puerta, vio a Alexandra parada frente a ella.

"No pude contenerme y vine. Te ayudaré a asesinar a tu primo", dijo Alexandra.

Alexandra no iba a permitir que Aarón se dejara influenciar por una mujer barata como Emma. No iba a permitir que perdiera contra ella.