Dos hermanas salieron de su ciudad para la capital, iban con una mentalidad positiva y estaban dispuestas a enfrentar nuevos desafíos y oportunidades con confianza y determinación, ellas iban sin miedo al éxito, estaban abiertas a aprender, a crecer y a superar obstáculos, con esa actitud que tenían podían llegar muy lejos y conseguir sus metas y objetivos. La madre también estaba feliz por sus hijas, el apoyo y la motivación de su madre era fundamental para ayudar a sus hijas a alcanzar sus metas y objetivos, las hermanas se sentían seguras y motivadas sabiendo que tenían el apoyo de su madre.
Una de ellas se iba a encontrar con un gran desafío, su nuevo jefe.
¿ Logrará superarlo?
NovelToon tiene autorización de mirle hernandez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
SECRETO
Sofia se acordó de la conversación que escuchó, pero no sabía cómo decir, Rodin le preguntó cómo le iba con la escuela, ella le dijo que iba bien, en ese momento le llegó un correo y se concentró en el, la niña queria su atención, lo miró y le dijo.
SOFIA: ¿te cuento algo?
El dejo de hacer lo que hacía para mirar a la niña, no sé quería quedar con la incógnita de lo que le quería decir y le dijo:
RODIN: Cuentame.
La niña sonrió misteriosamente y se acercó un poco más a el y le dijo en voz baja como si estuviera compartiendo un gran misterio
SOFIA: Mi mamá tiene un secreto.
El jefe se inclinó un poco hacia adelante, intrigado, quería saber cual era el secreto de la mujer que lo estaba volviendo loco y dijo.
RODIN: ¿Qué secreto?
La niña miró a su alrededor, como si estuviera asegurándose de que nadie estuviera escuchando y dijo.
SOFIA: Mamá tiene sentimientos por alguien.
La niña lo dijo con una sonrisa traviesa, el jefe se sorprendió y se sintió un poco incómodo; no sabía qué decir o cómo reaccionar, Pero la niña siguió hablando, sin esperar a que él respondiera.
SOFIA: Y creo que ese alguien eres tú.
se lo dijo mirándolo directamente a los ojos, la niña le dijo que había escuchado a su madre hablar a escondidas del tema. El jefe se sintió aún más sorprendido y un poco incómodo al escuchar que la niña había escuchado a su madre hablar sobre él a escondidas, se preguntó qué podría haber dicho Naudi sobre él, y qué podría significar que hubiera hablado sobre él de esa manera si tenía su pareja, el un poco confundido dijo.
RODIN: ¿Qué... qué dijo tu madre?
El preguntó tratando de sonar casual y no demasiado interesado, la niña se encogió de hombros.
SOFIA: No lo sé exactamente, solo escuché que hablaba sobre y parecía muy seria y emocionada al mismo tiempo. Pero creo que te gusta mamá.
Ella se lo dijo mirándolo con una sonrisa inocente, el jefe se sintió un poco abrumado por la situación, pero trató de mantener la calma y no decir nada que pudiera comprometer su relación con Naudi o su hija.
RODIN: Bueno, gracias por contarme.
El lo dijo finalmente tratando de sonar amable y neutral, pero por dentro estaba feliz porque ella sentía lo mismo que el, pero se preguntó ¿ y su marido? ¿lo dejaría por mi? pero no le preguntó a la niña porque no la quería involucrar, aparte era una niña de cinco años. El jefe se sintió un poco dividido entre su felicidad por saber que Naudi sentía lo mismo que él y su preocupación por la situación familiar de ella. Se preguntó qué había pasado con su marido y si aún estaban juntos, pero decidió no hacerle preguntas a la niña para no involucrarla en una conversación que podría ser incómoda o confidencial.
En su lugar, decidió cambiar de tema y hablar sobre algo más ligero y divertido diciendo.
RODIN: Bueno, ¿qué te gustaría hacer ahora?
La niña se encogió de hombros y sonrió diciendo.
SOFIA: Quiero jugar.
Él se levantó de la silla y se acercó a ella, mirándola con una expresión seria pero también con una chispa de calor en sus ojos y comenzaron a jugar a las adivinanzas de objetos, haciendomímicass del objeto, canción, país o lo que se les ocurriera; Rodin jugaba pero no dejaba de pensar en todo lo que le había contado la niña.
Cuando llegó la hora de la salida Naudi fue a la oficina por Sofía, Rodin se sintió un poco triste porque quería pasar un buen momento con Naudi pero no podía hacerlo, la niña se despidió de él y le dijo en el oído.
SOFIA: acuérdate de lo que te conté.
Él sonrió y miró a su secretaria, ella le sonrió y suave le dijo Chao; pero él la detuvo y dijo.
RODIN: Espera, yo las llevo.
Las dos aceptaron, Sofía no dejó de hablar en ningún momento, Rodin estaba desesperado por hablar con Naudi, pero sabía que no era el día ni el momento. Cuando llegaron la madre de Naudi iba llegando a la casa, estaba de compras, Sofía se despidió de Rodin y fue al encuentro con su abuela; Naudi se quedó en el carro, Rodin no aguantó las ganas de besarla y lo hizo sin importar quien los viera.
Ella respondió al beso, el se separó un poco, acariciándole el rostro con una mano y con sus labios cerca a los de ella y con los ojos cerrados y suave le dijo.
RODIN: Naudi, quería hablar contigo sobre lo que ha estado pasando entre nosotros.
Ella se separó de él y miró hacia su casa, él se regañó por haber roto el bonito momento, pero ella lo volvió a mirar y le preguntó.
NAUDI: ¿Cuándo quieres que hablemos?
Él se sorprendió por la pregunta, pero no quería esperar más, en ese momento no le importó quien la estuviera esperando dentro de su casa y dijo.
RODIN: ¿Podemos ir a mi casa ahora?
Ella asintió con la cabeza y le dijo que la esperara, se bajó del carro y entró a su casa, le dijo a su madre que iba a salir con su jefe y volvió a salir, ella había ido a trabajar en ropa particular, tenía puesto un vestido que le llegaba por debajo de las rodillas. Ella volvió a salir y Rodin la esperaba muy emocionado.
Al llegar a casa de él, Naudi se sorprendió por lo grande, era una mansión que habitaba solo, pero estaba rodeado de escoltas, incluso el manejó su carro y lo seguían su seguridad. Ellos se sentaron en la sala, el le ofreció algo de tomar pero ella no quiso, solo quería saber lo que el quería decir y dijo un poco nerviosa, pero también curiosa.
NAUDI: ¿Qué quieres decirme?.
Su jefe se detuvo un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.
RODIN: Quiero decir que... que me gustas, Naudi, me gustas mucho y quiero una relación contigo con las condiciones que ne pongas.
Él lo dijo finalmente mirándola directamente a los ojos, Naudi se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago, no se había esperado que su jefe le confesara sus sentimientos de esa manera. Se quedó en silencio durante un momento, tratando de procesar lo que había escuchado, pero era lo que tanto había anhelado; a el lo estaba matando el silencio, no quería ser rechazado, pero escucho lo que Sofía le había dicho.
NAUDI: también me gustas, y no te pongo ninguna condición, solo que me enseñes a amar, eres mi primer amor.