"Amaya Dalys, única hija y heredera del Ducado Dalys es caprichosa y casi toda la nobleza la odia por ser una megalómana justificada"
Esa es la conclusión a la que llega la nueva Amaya Dalys, sin embargo, esto no es lo que realmente le causa problemas. Si no su irrompible matrimonio con el Marqués Axel Hackett.
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LA INDOMABLE
Axel tenía la boca ligeramente abierta, con una clara sorpresa en su mirada cuando llegó con su par de patos que sostenía del cuello.
Su algo sucia esposa, lo había visto volver y con una enorme sonrisa le había dicho...
«Volviste»
«Ah, si...» [Eso... Creo. Por que siento que estoy viviendo un sueño muy extraño]
Lo pensaba debido a que Amaya había prendido una fogata bien hecha, incluso ya colgaba el pequeño sartén que Axel había traído.
Incluso cuando su esposa lo alcanzó no pudo salir por completo del shock.
«¿Tú hiciste todo eso?, ¿Sola?»
Amaya se enojó.
«Querido, ¿Qué estás tratando de insinúar?»
«Hum, no, nada malo. Sólo..., estoy sin palabras»
«Hump, ¿Por qué?, ¿Por qué la Amaya que tú conoces nunca haría esto?»
«Si, de hecho si, pero, en general, ninguna dama noble ha hecho este tipo de cosas»
«¿En serio, nadie?»
«Es mal visto por la sociedad aristocrática»
«¡!»
«¿No lo sabes?»
«¿Cómo voy a saber si ya te dije que no soy de aquí?»
«Entonces, déjame decirte cómo funciona-»
Amaya le quitó un pato y sin dudarlo le rompió el cuello al animal dejando mucho más en shock a su esposo que preguntó...
«¿L-lo mataste?»
«Pues si, es nuestra comida, no creíste que te mandé a traer carne solo para mirarla ¿Verdad?»
«... No, supongo que no»
«Entonces, sigue hablando mientras cocino»
«Si, lo que digas cariño»
«Si, ahora dame el otro pato»
Axel sólo obedeció por inercia y vio como a este pato también le partieron el cuello.
«Cuentame las reglas que tiene este mundo con respecto a las mujeres»
«Oh, si. Sin embargo, debes saber que no soy un experto en eso»
«Esta bien»
Mientras Amaya desplumaba su almuerzo, cocinaba y picaba algunas papas, no detuvo su conversación.
Axel empezó:
«A decir verdad, las mujeres son muy restringidas de casi cualquier cosa, aunque tú eres ciertamente una excepción ya que eres consentida de los Duques Dalys y sus majestades»
«~Oh~»
«Las mujeres son usadas como mercancía en el mercado del matrimonio, ya sea para pagar una deuda, salir de la pobreza o ganar poder y por sobre todo, hacer alianzas de conveniencia»
«Ya veo»
«Son educadas desde muy pequeñas para servir al marido con el cuál se casarán, no importa si es muy joven o muy mayor. Una dama noble no tiene permitido hacer cosas además de: bordar; bailar, tocar instrumentos. Y es un deber dar hijos al esposo»
«Amaya ¿Fué adiestrada en solo esas cosas?»
«Por algo dije que "eres una excepción", según investigué, ni los Duques ni sus majestades te forzaron a hacer algo, así que lo único que aprendiste a placer fue bailar»
Amaya oscureció la miraba.
«Bueno, ahora no sé si pueda bailar. ¿Qué bailan aquí?, ¿Música clásica?, no estoy en contra, pero para mí suena realmente aburrido»
«Ah, ¿No sabes bailar?»
«Claro que no, poseí este cuerpo, pero no tengo recuerdos ni adquisición de habilidades, aunque por lo que me dices, Amaya no era especialmente hábil en algo»
«No era hábil, pero eras bastante astuta y con mucho poder, creo que lo que más envidian las damas nobles de tí, no es el poder que posees, sino la libertad que tienes como mujer a diferencia de todas ellas»
«¡¡...!!»
«Solo mírame, yo no te obligué a casarte conmigo, tú me obligaste a casarme contigo, la primera vez que nos conocimos, yo no te saqué a bailar, tú me sacaste a bailar, a la fuerza debo recalcar. Tus padres no te entregaron a ningún hombre ni hicieron un matrimonio arreglado, te dieron la libertad de escoger. Incluso los múltiples caballeros que se te proponían te dieron un apodo»
«¿Así?, ¿Cuál?»
«La indomable megalómana»
Amaya abrió los ojos como platos y luego río.
«Jajajajajaja»
Axel se asustó un poco.
«¿Por qué de pronto ríes?»
Su esposa no quitó su sonrisa y dio la vuelta para mirar completamente a su esposo, eso hizo que las pupilas de Axel se dilataran ya que no solo la sonrisa de su esposa era sarcástica, sino, que sus manos ensangretadas por los patos que había degollado y el cuchillo en sus manos hicieron que se sonrojara sin notarlo.
«¿~Por qué me río~?»
«...»
Amaya enterneció la mirada con ese aspecto de carnicero.
«Yo creí que tomar el cuerpo de Amaya Dalys fue muy malo, ahora creo, que no pude tener una mejor bendición, en este tipo de lugar tan limitado»
***
Ya era más de medio día cuando el mayordomo Ben se acercó al comedor en dónde ambos príncipes almorzamos charlando entre si con muy buen ambiente.
«Sus majestades»
Ambos príncipes callaron y miraron al mayordomo principal y preguntaron lo mismo:
«¿Qué ocurre Ben?»
«Un mensaje urgente de Sir Artur. Tal parece que la princesa fue secuestrada por el Marqués Axel Hackett»
«¡¿Qué?!»
«¡¿Qué?!»
***
Mientras un escándalo empezaba en el palacio Imperial.
Amaya había terminado de cocinar y había servido un gran tazón a su esposo y ella comía desde el mismo sartén.
El olor era ciertamente bueno y Axel sólo despedazó su pato con las manos metiéndose una porción a la boca.
«Vaya, nunca creí decir esto, pero mi esposa sabe cocinar muy bien, ¿Me das la receta?»
Amaya tragó un pedazo de su pato y respondió con una sonrisa...
«Te la daré si me pagas»
«Cada día que pasa estoy más seguro de que no debí casarme por bienes separados»
«Y yo cada día estoy más feliz de haberme casado por bienes separados»
Se sonrieron porque está situación les parecía graciosa.
Luego comieron en un silencio cómodo.
Cuando terminaron Amaya dio palmaditas a su propio estómago con las mejillas sonrojadas.
«He comido mucho, no creo comer hasta mañana»
«Eso suena fantástico porque ya debemos irnos»
«Si»
Amaya limpió lo necesario con rapidez y habilidad para finalmente pararse delante de su esposo con una cara llena de energía.
«Ya terminé querido»
Sin notarlo Axel había sonreído de forma sincera y acarició la cabeza de su esposa.
«Lo hiciste muy bien»
«Jeje»
«Ahora ten a Enara»
Le dijo entregándole su muñeca. Luego tomó su cintura y con mucho cuidado la levantó para subirla al caballo.
Amaya se sonrojó con ligereza y se sonrojó mucho más cuando su esposo se sentó detrás de ella. Apretó a Enara y se sonrojó al rojo vivo cuando la mano izquierda de su esposo abrazó su cintura al mismo tiempo que azotó al caballo para continuar con su huída.
[¿Qué es esto?, sé siente un poco fuera de lo normal]
Mientras el caballo andaba, Amaya pensaba en ello y luego de tragar su propia saliva habló:
«Yo sé montar a caballo, podríamos conseguir otro caballo en la siguiente ciudad»
«¿Por qué?»
Todo el cuerpo de Amaya se erizó cuando Axel sopló detrás de su oreja para agregar mientras sostuvo más fuerte su cintura...
«¿No te gusta que esté tan cerca?»
«¡¿Nadie te enseñó sobre el espacio personal?!»
Axel sonrió y besó su mejilla para luego responder.
«~Que curioso, me pregunté lo mismo cuando me acosabas~»
«¡No era yo!»
«Lo sé, pero tengo que vengarme de una manera u otra cariño»
«¡¡Eso es injusto para m-¡Mmmgh!»
Axel la había besado en los labios y Amaya se quedó en shock ya que no se esperaba eso.
Cuando Axel dejó sus labios sonrió ante su sonrojada esposa con un...
«Perdón si no es justo. Y también, no conseguiremos otro caballo, tengo que protegerte ~y no lo podré hacerlo bien si no te tengo en mis manos~»