La vida nunca es lo que parece, vivimos en un mundo de apariencias, donde lo único que importa es el que dirán, viví por mucho tiempo de las apariencias, hasta que tuve que enfrentarme a la cruda realidad, en ese momento entendí que una debe vivir para ser feliz y no para ser feliz a los demás y mucho menos a un hombre, esta es mi historia y espero que no me juzgues por lo que hice.
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Capitulo XIX El desfile, parte 1
El día del desfile al fin llegó, Catalina estaba más reluciente que nunca, el vestido de Catalina es de un diseño largo, bordado desde la parte del frente, con escote de un solo hombro que se desprende por el lado derecho y llegando hasta, en el lado derecho de la falda se desprende una abertura profunda.
Su cabello lo llevaba suelto en ondas suaves que caían en su espalda, el maquillaje era ligero, pero sofisticado.
Sus zapatillas eran color piel, con una pequeña abertura en la parte delantera.
Catalina se veía espectacular y sus ojos azules le daban ese toque único que la hacía destacar entre muchas mujeres.
— WOW!, mami te ves hermosa. — dijo Isabel apenas vio a su mamá.
— Gracias, pequeña, solo me estás viendo con ojos de amor. — respondió Catalina modestamente.
— Sé dé alguien más que te verá con amor. — menciono Alicia con picardía.
— No digas esas tonterías, mejor vayan a dormir, está noche llegaré tarde. — regaño Catalina a Alicia.
— Está bien mamá!. — respondió Alicia riendo.
Una vez Alicia e Isabel se fueron a dormir, Enzo llegó por Catalina, ellos habían pasado el día trabajando y solo se tomaron un par de horas para poder arreglarse para el evento, pero era hora de volver si no llegarían tarde.
Catalina salió de casa apenas escucho en carro de Enzo llegar, él se bajó del auto para saludarla, lo que no se esperaba era ver a Catalina tan hermosa.
— Seré la envidia de la noche!. — aseguro Enzo mirando de pie a cabeza a Catalina.
— Tan exagerado, mejor nos vamos o llegaremos tarde.— anunció Catalina señalando su muñeca.
— Aún tengo tiempo de hacer algo. — dijo Enzo acercándose a Catalina.
— Olvidaste algo?. — pregunto Catalina preocupada.
— Sí, olvide esto. — respondió Enzo dándole un beso cerca de las comisuras de la boca a Catalina.
— No seas aburrido. — dijo Catalina acercándose a Enzo y besando suavemente sus labios.
Luego solo se subió al auto y espero a que él reaccionara, Catalina se volvió atrevida por un instante, pero ya no aguanto las ganas de besarlo, pues Enzo se veía muy guapo.
Cuando Enzo reacciono subió al auto con una sonrisa que no podía ser disimulada.
— Señorita Catalina, acaso me robo un beso?. — pregunto Enzo sonriendo.
— Si, y desde ya le digo que sus besos son solo míos. — respondió Catalina sin perder de vista a Enzo.
— Mis besos y todo lo que quieras es tuyo. — respondió Enzo con una mirada pícara.
— Lo pensaré a ver con qué me quedaré, por ahora vamos que llegamos tarde. — dijo Catalina con picardía.
Enzo puso en marcha el auto y se fueron a la gala, al llegar Enzo cómo todo un caballero abrió la puerta del lado de Catalina y tendió su mano para ayudarla a bajar, las fotografías no se hicieron esperar y las reseñas de los internautas tampoco, escribieron cosas como "la nueva conquista de Enzo March, cuanto le durará" o "Será que está nueva novia si logra domar al león".
Enzo era conocido por sus amoríos con cuánta mujer hermosa se atravesará en su camino y aunque Catalina no era conocida en el mundo de las modas, ni era una mujer popular su belleza siempre llamaba la atención.
— Eres la más hermosa de la noche. — susurro Enzo al oído de Catalina.
— Y usted el más guapo, espero que su desfile tenga éxito señor. — respondió Catalina sinceramente.
— No me digas más señor al menos no en público. — Catalina se sorprendió por el pedido de Enzo, no entendía el por qué no quería que lo llamara señor.
Al ser un evento de diseñadores era lógico que Elisa y Efraín estuvieran en ese lugar, seguramente Laura la hermana de Catalina también estaría como modelo principal de su familia, aunque eran su "familia" ella no podía quererlos como tal.
— Enzo veo que vienes con ese bombón que tienes como asistente. — comento Ignacio viendo con lujuria a Catalina.
— Te voy a pedir que no te expreses así de ella, de ahora en adelante la miraras como la mujer de tu mejor amigo. — respondió Enzo con seriedad.
— No, no lo puedo creer, de verdad ella logró conquistarte, debe ser muy buena en la cama para haber logrado tal hazaña. — contesto Ignacio sonriendo.
— Ella es mucho más que sexo, ella es única y espero poder ganarme su corazón. — respondió Enzo sinceramente.
Cuando Catalina termino de saludar a algunos conocidos volvió con Enzo, ellos debían ir a los camerinos, pues debían ajustar los últimos detalles.
— Hora de ir a los camerinos. — dijo Catalina ignorando a Ignacio.
— Hola Catalina, aquí estoy, no me ignores. — saludo Ignacio mirando con curiosidad a Catalina.
— Hola Ignacio, cómo has estado?.— respondió Catalina con sarcasmo.
— Con razón se llevan bien, los dos son iguales, ja, ja, ja. — Ignacio no paraba de reír, pues Catalina era la versión femenina de su mejor amigo.
— Mejor vayamos a trabajar. — comento Enzo dándole unas palmadas en la espalda a Ignacio.
Catalina y Enzo fueron a camerinos y en un lugar solitario Enzo no aguanto más y acorraló a Catalina contra la pared, dándole un apasionado beso, Catalina regreso el beso y los dos perdieron el control por unos instantes.
— Detente, recuerda que estamos trabajando. — dijo Catalina aún con la respiración entre cortada.
— Al diablo todo, quisiera robarte y olvidarme hasta de este evento. — respondió Enzo con voz ronca.
— Yo no te lo permitiría, así que controle sus impulsos y vayamos con las modelos. — Catalina logro que Enzo se calmara y así continuaron su camino a camerinos hablando únicamente del trabajo.
— Fabricio, veo que todo está listo. — dijo Enzo con seriedad.
— Así es Enzo, solo faltaba tu visto bueno. — respondió Fabricio mirando a Catalina.
— Deberías considerar ser modelo, eres muy bonita. — elogió Fabricio a Catalina y eso era algo muy raro en ese hombre.
— Gracias, pero a mí mejor me dejas entre papeleo y en anonimato. — respondió Catalina con su mirada fría.
— Si, mejor cariño eres demasiado fría, con razón has aguantado dos semanas con este otro témpano de hielo. — respondió Fabricio rodando los ojos.
Dos semanas, pensó Catalina, entonces cuánto tiempo le duraban las asistentes a Enzo, cuanto tiempo tardaba en llevárselas a la cama y si después de lograr eso Enzo la desechaba como a las demás, esas preguntas llegaron a la mente de Catalina una tras otra.
En la confianza esta el peligro. se confio mucho al regresar