Mi Dulce Fugitiva

En ese momento Helena no supo si reír o llorar, de hecho no creía las palabras de Vítor, pues había hablado con el señor Medina y la voz del hombre delataba su edad.

—Eres muy gracioso 😂😂

—👿👿👿

Al ver que Vítor parecía molesto, Helena dio un pequeño suspiro y luego decidió terminar la conversación.

—La conversación es muy buena, pero ya tengo que dormir, buenas noches, escribió Helena.

—Buenas noches para ti también —respondió Vítor para luego guardar su celular.

Helena hizo lo mismo y luego se acomodó en la cama, intentó dormir, pero cuando cerró los ojos, el rostro de Vítor apareció en su mente.

—¿Nos volveremos a encontrar algún día? Ah, si pudiera elegir mi destino sería estar al lado de Vítor. Helena hablaba para sí misma mientras soñaba con despertar.

Después de muchos intentos, Helena finalmente logró dormir.

..

Ya era de mañana, Helena todavía tenía mucho sueño, pero necesitaba ir a la universidad, luego de tomar una ducha caliente y hacer su higiene matutina, Helena se vistió apropiadamente, recogió sus cosas y pronto salió de la mansión, en el patio, Helena Encontró a Michelle, con cara de pocos amigos y luego dijo:

—Mira si no eres el idiota que casi hace que ese bruto de Elías me golpee, gritó Michelle, esta vez no fingió ser educada, mostrando así su verdadero rostro.

-¿Qué es lo qué quieres? Lo pillé para los dos, no es bueno para ti - dijo Helena, con los brazos cruzados, mirando fijamente a Michelle.

“¿Soy solo yo o esta perra se hizo otra cirugía de nariz? Pantera ridícula”, se burló Helena mientras esperaba una respuesta de Michelle.

Michelle esbozó una sonrisa burlona y luego dijo:

—Me cortó la mesada en un 50%, así que no estoy contenta - dijo Michele y luego levantó la mano tratando de golpear a Helena en la cara, pero la joven sujetó la muñeca de Michele con todas sus fuerzas y luego dijo:

—No soy un trapo para que nadie lo pise, de ahora en adelante, solo levanta la mano para golpearme si estás dispuesto a afrontar las consecuencias... Y hasta donde yo sé, tienes tu profesión de periodista, vete a trabajar y olvídate del dinero de mi padre-dijo Helena para luego empujar a Michele y luego se fue rápidamente, antes de que ella perdiera los estribos y golpeara a la mujer mayor.

Michelle estaba resoplando y resoplando de ira, se sentía humillada, luego de ver a Helena salir en compañía de 2 guardias de seguridad, Michelle se jaló el cabello y se golpeó en la cara y fingiendo estar llorando, Michelle pronto entró a la mansión buscando a Elias.

Había algunos empleados en la habitación, parecían estar limpiando, al notar la presencia de Michelle, Marta dio una sonrisa falsa y luego dijo:

—Buenos días, señora Michelle, bromeó Marta, haciendo que Michelle se pusiera negra de rabia.

Michelle ya tiene 39 años, es licenciada en periodismo, pero nunca ha ejercido la profesión, sigue soltera, no tiene hijos y no tiene planes de casarse, por eso quiere que la llamen Miss.

-¿Donde esta mi hermano? Quiero que me ayude a mejorar este maldito día-dijo mientras caminaba entre el desorden, caminando de puntillas.

—En la oficina, él no está...

“Gracias”, interrumpió Michelle y luego se dirigió a la oficina.

Marta intentó advertir que Elías estaba ocupado, pero la soberbia de Michelle se apoderó de la escena como siempre.

“Eres joven y tienes la piel dura”, bromeó mentalmente Marta al recordar las malas acciones de Elías.

Michelle llegó pronto a la oficina y, como de costumbre, ni siquiera llamó a la puerta, entró directamente y habló entre ellos.

—Necesito que arregles a esa mocosa, mira, ella acaba de darme una paliza...

Dejó de hablar bruscamente al encontrarse con la mirada fulminante de su hermano, Elías no estaba solo, a su lado había varios hombres, todos bien vestidos y muy guapos.

Michelle se apresuró a secarse las lágrimas falsas y se alisó el cabello.

—¿Cuándo vas a dejar de ser tan maleducada? Estoy en una reunión, vete ahora, luego escucho tus quejas - dijo Elías con arrogancia para luego sonreír y otros cuatro hombres hicieron lo mismo.

Michelle se sintió humillada, pero no renunció a hacerle la vida un infierno a Helena, así que fue a la sala, se sentó en el sofá y esperó pacientemente a que Elías terminara la reunión.

...

Ya era primera hora de la tarde cuando Elías finalmente pudo atender a su hermana.

—Vamos a almorzar, luego me cuentas qué pasó – dijo Elías y luego se fue, llevando a Michelle al comedor, donde encontraron a Consuelo ya comiendo el postre.

—Ni siquiera esperaste a tu marido, uf chusma-bufó Michelle suavemente mientras se sentaba a la mesa.

Consuelo no dijo nada y apenas terminó su postre se disculpó y se fue.

Estando sola con su hermano, Michelle fingió llorar y dijo:

—Tienes que arreglar a Helena, ella es una salvaje, mírame a la cara, me golpeó y me jaló del cabello, solo fui a decirle que estaba muy dolido por haberme involucrado en este tema de su fuga…

Ni siquiera podía terminar de hablar, porque no podía parar de llorar, ni que decir tiene que Elías lo creyó todo y hasta dijo que le daría una buena lección a Helena.

Después de convencer a Elías de que golpeara a Helena, Michelle se mostró eufórica y luego comenzó a comer felizmente.

Después de terminar de comer, Elías dijo que necesitaba irse y Michelle se fue a descansar a su antigua habitación.

...

Al final del día llegó Helena, su cara triste delataba el cansancio, hoy había una prueba sorpresa, fue muy difícil, por lo que el estado de ánimo de Helena era pésimo.

Todos estaban en el sofá, pero Helena fingió no ver a nadie y planeó subir las escaleras, sin embargo Elías la llamó:

—Detente ahí Helena Sales.

Sin molestarse en mirar atrás Helena dijo:

—¿Qué hice ahora, señor Elías? ¿Quieres cobrarme por el aire que respiro?-Preguntó Helena al recordar que tiene prohibido comer, mañana es sábado, así que la cosa se va a poner muy complicada.

—No puedes hacer lo que quieres, no debiste pegarle a tu tía, ahora serás tú quien reciba la paliza – dijo Elías mientras se quitaba el cinturón que sujetaba su pantalón. , Michelle esbozó una sonrisa burlona.

Al escuchar esas acusaciones infundadas, Helena miró el rostro de Michelle y luego dijo sonriendo:

—Ay tía Michelle, a veces eres tan patética, ¿te has olvidado que vivimos en una prisión de máxima seguridad y que tiene un potente sistema de cámaras de seguridad? Para que querido papi pueda mirar las imágenes y luego sacar sus propias conclusiones, sería más justo que escuchar solo a un lado - dijo Helena y luego miró a Elías esperando su postura.

Elías permaneció en silencio por un rato y luego avanzó hacia Helena y comenzó a golpearla con su cinturón, en ese momento Consuelo se irritó y por primera vez se puso frente a Helena y la protegió con su propio cuerpo.