MI VECINA, MI OBSESIÓN

Desde mi perspectiva el tiempo transcurre demasiado lento, seguramente es producto de mi propia ansiedad más que del tiempo en sí mismo, pero toda esta situación me tiene muy inquieto. Mi mente formula miles de interrogantes ¿Qué contiene el sobre que se llevó Santiago? ¿Por qué Amanda no quiere denunciarlo? ¿Cuál es el gran misterio si, supuestamente, ellos tienen algún tipo de relación aún? ¿Por qué irrumpir en su apartamento como un ladrón? ¿Acaso Amanda esconde algo y por eso no quiere que intervenga la policía?

Ya voy por la tercer medida de whisky, no dejo de mirar mi reloj. El golpe en la puerta me indica que estoy a punto de ser iluminado con información, solo espero que sea la verdad. Abro y me encuentro nuevamente con Amanda, frente a frente, después de todo este tiempo, después de la discusión y después de nuestros encuentros íntimos a distancia, yo sé que no es momento de pensar en eso pero se me hace imposible olvidar la última imagen que tengo de ella con sus piernas abiertas gimiendo para mí. Sacudo mi cabeza, para alejar esos recuerdos totalmente inorpotunos y me hago a un lado para que pueda pasar.

No dice nada, simplemente entra, cierra las cortinas y se acomoda en el sofá, mira fijamente el vaso de whisky y me apresuro acercarme.

— ¿Quieres algo de beber?

— Lo mismo que tomas tú — responde mientras frota sus manos en sus muslos, trae puesto un pantalón de jean y una camisa tipo leñador desabotonada con una camiseta de tirantes abajo.

Me dirijo a mi pequeño y humilde bar y le sirvo un vaso a ella. Se lo extiendo y me siento en el sillón enfrente. Se bebe el contenido de una sola vez y su rostro hace la mueca más adorable que he visto debido al ardor que produce la bebida.

— ¡Diablos, qué fuerte! — tose un poco— ¿Me das otro, por favor?

Vuelvo a levantarme y traigo la botella, tengo la sensación de que va a necesitar más. Le doy su tiempo para hablar, he esperado tanto que unos minutos más no me matarán. Después del segundo trago a fondo blanco, al fin reúne el valor y comienza a contarme.

— ¿Recuerdas que te conté que me había separado de Santiago por sus infidelidades y porque me estafó? — asiento y continúa — Bueno para mí se había terminado ahí, todo, yo no quería volver a verlo, pero él siguió insistiendo en buscarme y una de esas veces fue cuando nos viste discutir y apareciste en mi casa — ¡como olvidarlo!, pienso, pero me reservo el comentario. — En esa oportunidad yo ya estaba involucrada en algo y tuve que sacarte de mi casa o todo podía arruinarse.

La miro sin entender nada, seguramente mi cara lo dice todo porque de inmediato continúa.

— Christian, lo que Santiago se llevó no es cualquier cosa. Hay una investigación en curso sobre él, y yo estoy colaborando con las autoridades.

— ¿Qué tipo de investigación? —me atrevo a preguntar.

Amanda toma un sorbo de whisky antes de responder.

—Santiago ha estado involucrado en una serie de estafas y fraudes. Ha engañado a muchas personas, incluyéndome a mí. Pero lo peor es que ha estado utilizando su negocio para lavar dinero y financiar actividades ilícitas. — me quedo boquiabierto.

—¡Eso es terrible! ¿Por qué no me dijiste nada?

— No quería involucrarte en esto. Pero la verdad es que estoy trabajando con la policía para ayudar a desmantelar su red de estafas. Y lo que Santiago se llevó es una pieza clave de evidencia.

— ¿Qué hay en ese sobre? — Amanda duda un momento antes de responder, la noto nerviosa.

— Hay un dispositivo de almacenamiento, Santiago cree que se llevó el original, el cual contiene información sobre sus transacciones financieras y sus conexiones con otros implicados. Pero en realidad es una copia con información falsa, la policía le tendió una trampa. Cuando él ingrese el dispositivo en su ordenador, las autoridades tendrán acceso de inmediato a todos sus movimientos y podrán atraparlo.

— Entiendo. — es todo lo que puedo decir, sé cómo funcionan esos dispositivos, los he usado algunas veces. — Pero hay algo que no me cierra, ¿por qué estaba escondido en tu departamento?

— ¿Recuerdas la noche que viste a alguien en mi casa y llamaste a la policía? Pues la persona que entró fue enviada por Santiago para esconder el dispositivo, él pensó que, al estar divorciados y llevarnos tan mal, la policía no buscaría nada en mi casa. En realidad, no era un ladrón. Al parecer el trabajo era esconder eso e irse sin problemas, pero se asustó al escuchar las sirenas y huyó, la policía lo atrapó, es un adolescente que hace esas cosas por dinero, pero tenía tanto miedo que contó todo. Santiago no pudo volver a contactarlo, la policía lo tiene en protección de testigos, por lo que tuvo que tomarse su tiempo para buscar el sobre en mi departamento porque no sabía la ubicación exacta.

— Entonces tú sabías lo que ocurrió esa noche — afirmo y ella asiente.

— Perdón por mentirte, no quería involucrarte en esto. Para ese momento casi no te conocía.

— ¿Y ahora si? — pregunto intrigado porque, joder, nos hemos visto hasta sin ropa, y más ha sido lo que hemos peleado que otra cosa, pero creo que ya tenemos cierto nivel de confianza.

— Ahora sé que puedo confiar en ti. Siempre has intentado ayudarme y yo no podía dejar que lo hicieras.

— Amanda, tú y él... Yo los vi varias veces teniendo... — no puedo completar la frase.

— Sé lo que viste Chris, sí tuve sexo con él un par de veces, pero todo era parte del plan. La idea era distraerlo mientras la policía hacía la réplica y la ponían en su lugar. — es inevitable apartar la vista, esas palabras me destrozan, saber que la tocó, que la besó, me repugna.

— ¡¿Te obligaron a acostarte con él por un dispositivo?!

— ¡No! Nadie me obligó, fue la manera que encontré para que no sospechara nada.

¿Qué puedo decir? No tengo derecho a reclamar nada, no éramos entonces y no somos ahora nada. Tengo que tragarme mis celos y cerrar mi boca.

Me levanto de mi lugar y le doy la espalda, entiendo lo que me ha explicado y por lo que ha pasado pero no deja de dolerme que haya compartido su intimidad con él.