El Diario

Diego se abrazaba a sí mismo, su rostro seguía blanco cuál papel, Georgina pidió que lo sentarán en la primera silla que vimos y eso hicimos

- Hay oscuridad en él - decía sacando unas hierbas del pequeño refrigerador - aunque ya se está disipando -

- Eso nos dijo su nieta - respondió Raúl - estará bien? -

- Sí - contesta segura, coloca las hiervas sobre la mesa junto con un vaso de cristal medio lleno con agua

Empieza a recitar algo en voz baja al mismo tiempo en que pasa un huevo 🥚 por su cabeza, después recorre su rostro poniendo énfasis en la frente, continúa por su cuello hasta llegar a sus hombros y de forma increíble Diego suelta un suspiro al tiempo en que su cuerpo se relaja, La señora golpea su hombro izquierdo con el blanquillo y vierte el contenido adentro del vaso, nos quedamos con la boca abierta al ver el color marrón que tomó la yema

- Bien - asiente Georgina - Martha, prepara té - le extiende las hiervas

- Son las últimas que tenemos - dice quejándose

- Descuida, mañana compraremos más -

Entro a un pequeño cuarto y corrió la cortina, nosotros esperamos en silencio cualquier cosa que nos dijeran, era frustrante, pero ninguno de los tres se atrevía a hacer o decir algo

- Listo - dice Martha vertiendo té en pequeñas tazas, eran 5 en total, de inmediato supe que era una para cada quien

- Perfecto - comentó la abuela saliendo viéndose más relajada y fresca con unos jeans y polera blanca - señor Pedro, cierto? - yo asiento - mi nieta me contó sobre lo que descubrieron la noche de ayer - sigo asintiendo - la maldición de cupido es algo realmente serio, las personas que han tenido la mala fortuna de vivirla han tenido finales... tristes -

- Qué es la maldición de cupido? - pregunta Diego, su semblante aún es cansado

- Usted quién es? -

- Su nombre es Diego, tal parece su hermana también sufrió la maldición - responde Pedro, la abuela asiente

- Eso explica el porqué fue atacado hoy, en fin - suspira fuerte - la mayoría de los demonios se alimentan del dolor y sufrimiento humano, hay uno en particular que se ensaña con las parejas, lo ha hecho por cientos de años y por eso se le conoce con él nombre de Cupido. Su forma de actuar es el mismo, cuando las parejas están a punto de unir sus vidas de una forma más fuerte espiritualmente, ese demonio provoca un accidente para evitar esa unión y hostiga al que queda en este mundo hasta la muerte - se queda viendo a Diego - le pasó eso a su hermana? -

Con la mirada baja le responde - Sí -

Ahora observa a Pedro - es lo que está viviendo? -

Pedro solo asiente

- Y usted - se dirige a Raúl

- Oh, yo - traga saliva - a mí ese demonio también me está molestando -

Georgina arruga la frente - eso sí es inusual, jamás había escuchado que el demonio actuara con alguien diferente al de la maldición, pero ahora son ustedes tres - se queda viendo el piso pensativa

- Mi hermana me dijo algo - habló Diego - que este es un juego, y necesita de alguien que gane para que las almas atormentadas tengan descanso -

- Vaya, eso confirma lo que se dice - los chicos le miran mal - nadie sabe a ciencia cierta lo que ese demonio quiere, tomar energía de los pobres enamorados era lo más lógico, pero tal parece que también se divierte - le pasa una taza a cada uno - beban, tu también Martha -

- Sabes que odio esto -

- Entonces regresaras con tu madre, si no quieres aprender es mejor que te quedes con ella -

De mala gana la chica se toma todo el contenido de golpe, hace muecas extrañas y se retuerce un poco, al verla Raúl le imita haciendo los mismos gestos

- Sabe horrible -

Diego lo toma y su reacción es igual, Pedro mira el líquido verde, lo huele discretamente y no nota nada raro, lo bebe y para él es simplemente un té común y corriente

Georgina sonríe al verlo, para ella también es solo una bebida más, eso es porque es un preparado para abrir la percepción, para ver algo que solo habita en un plano espiritual. Ella tiene esa percepción siempre, Pedro la tiene porque aún está ligado a su amada y además es quien tiene directamente la maldición

- Esto me dará diarrea - dice Raúl un poco asqueado

- No te dará nada - dice Martha molesta - solo es asqueroso y ya -

En cuanto se repone, Martha trae una silla, Georgina le pide a Raúl también tomar asiento. En cuanto se acomodan un mareo les llega, además de una sensación de ligereza y tranquilidad

- Diablos, esto es de los fuertes - dice Raúl con una sonrisa

Diego también está sonriendo, todo el pesar y miedo que sentía se ha desaparecido

- Necesito la receta - lo dice y eructa, él, Raúl y Martha se ríen

- No le digas a mamá que estoy drogado de nuevo, se va a molestar - Raúl observa a su hermano y le señala con el dedo, o eso pretende porque apunta a Diego

- Cómo que de nuevo?? - Pedro tiene una ceja levantada, él y Georgina están como siempre

- Abuela te quiero - dice Martha tomando la mano de Georgina - no quiero regresar con mi mamá, sabes que ella no me comprende y solo quiere a mis hermanos, por favor - estaba a punto de llorar, Georgina la acaricia el rostro

- También te quiero, y si es tu decisión estar conmigo debes portarte bien y ser obediente -

- Seré obediente, lo prometo, aprenderé todo y ayudaré a la gente aunque sean mal agradecidos como estos tres idiotas -

- Oye - se queja Raúl - Pedro dale más billetes para que vea que no somos idiotas -

- Eso no se quita con billetes - los tres drogados estallaron a carcajadas, Pedro y Georgina se miran y sonríen

Después de 10 minutos la euforia pasa, estando más tranquilos, pero igual de relajados, Georgia coloca las manos sobre la mesa

- Invocaré a mi antepasado - le explica a Pedro - será solo un momento, pero ella deberá darnos las respuestas que necesitan -

Pedro asiente, Georgina cierra los ojos y comienza a orar, de sus palmas surge un brillo que se convierte en una especie de nube que crece poco a poco, esa nube levanta las manos de la abuela hasta que ella está con los brazos completamente estirados, todos están con los ojos bien abiertos

- Quién eres? - pregunta la abuela con la respiración agitada al ver que la nube dejo de crecer

- Quien me ha llamado? - una dulce voz, apenas como un susurro le responde

- Soy Georgina Sáenz y pido la guía de mis antepasados para enfrentar a un demonio -

- Qué demonio? -

- Cupido -

Las luces comienzan a prender y apagar, el aire se vuelve frío y sofocante, Martha y Diego comenzaron a toser, Raúl se desmayó y Pedro corrió para sostenerlo, todo al mismo tiempo en que la nube tomó forma de una anciana sentada con las piernas dobladas sobre la mesita

- Soy Constanza, tu tatara tatara abuela -

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