Un mundo donde los humanos son la raza más débil y hostigada por las demás... Hasta que el primer dios de su raza aparece llenando los corazones de esperanza.
¿Podrá nuestro protagonista ayudar a la humanidad? ¿Descubrirán la verdad?
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Capitulo 17
Al trabajar con los anillos producidos por Morrigan y su equipo pude notar que pueden funcionar como amplificador mágico.
El problema es que los cuernos poseen alta concentración de energía mágica, más allá del control del usuario.
¿Cómo puedo utilizar este anillo de material mágico sólido como potenciador con mi magia?
Experimentando con ellos junto a Rafael, destruyendo algunos en el proceso me doy cuenta de algo.
Al aplicar Mágica brillan, al absorberla se oscurecen.
Luego de aplicar vuelve a su estado natural y al absorber también lo hace.
Al intentar aplicar la máxima cantidad de magia en el material termina fragmentar pequeñas partes.
Al intentar absorber se oscurece por un corto tiempo.
Debe existir otra forma.
No sé puede combinar con el metal lo que quita cualquier esperanza de usar el material en armas.
— La cantidad mágica que tiene es enorme—. Murmuro para mí mismo.
La respuesta estaba escondida.
Necesito guiar la magia hacia el exterior, absorberla hacia mí no tiene sentido.
Cuando eso pasa termina por perder todo su brillo y no vuelve a generar más hasta que yo mismo le doy parte de mi magia.
La consistencia es la misma solo su color cambia.
Termino jugando con el material, quitando su brillo y devolviéndolo sin otra cosa que hacer.
Debo encontrarle uso a este material, naturalmente no existe, solo cuando la magia escapa de nuestro filtro con violencia, precipitándose en el filtro de nuestro cuerpo.
Finalmente al hacerlo tantas veces me doy cuenta de algo, la magia no es absorbida uniformemente, al igual que un cuerpo humano va por venas como auroras coloridas en su interior para finalmente llegar a todo el cuerpo.
Intentaré moldearla, absorber y aplicar.
Su brillo de sus venas comienza a tomar más color, el resto del cuerpo se oscurece.
Cierro mis ojos y me concentro en sentir.
Buscando el lugar exacto, como intentando activar un corazón mediante las venas lo encuentro y-
—¡Ahora!—.
El material que ahora tiene pocos lugares con colores brillantes exuda energía mágica, intentando absorber a su alrededor termina por mostrarla de forma visible para el ojo humano.
Es impresionante, temible, imponente. Quiero probar que hace.
Tan solo tocarla me doy cuenta, está tomando energía de mí sin que yo lo quiera.
Funciona como amplificador, por lo menos un 50% de aumento en ataques mágicos, es muy buena señal.
Que tome mi energía con solo tocarlo hace que no valga la pena utilizarla, si no terminas con tu enemigo rápidamente caerás por falta de energía.
Aún tengo mucho que experimentar.
Mi avance es bueno, estoy comprendiendo la lógica, ahora solo falta buscar la forma en beneficiarme de ello.
...
En el reino humano.
— Maestro Xion, hay reportes de una nueva ciudad oculta entre los árboles al norte de un pueblo cercano—. Declara un elfo.
— Una ciudad de la nada, son ellos—.
— El grupo espía no ha vuelto, tenemos motivos para pensar que fueron capturados—.
— ¿Capturados dices? ¿Fueron descuidados? Que ingenuos—.
— ¿Deberíamos invadir la ciudad?—.
— Lo haremos, ahora que los encontramos será fácil para nosotros—.
— M-Maestro, hay rumores de que está nueva raza no es similar a la de los demonios cazadores reales, son más fuertes—.
— Son rumores, aun si fuera cierto somos elfos, la raza más fuerte de este mundo ¿Le tienes miedo a unos cuantos humanos con cuernos?—.
— Solo intento ser precavido maestro—.
— No son muchos te lo aseguro, una ciudad nueva y una raza nueva, no comprendo de donde salieron, pero se extinguirán antes de comenzar—.
— ¿Cuales son sus órdenes?—.
— Diles que Xion invadirá la ciudad, recluta a todos los elfos para atacar, seamos sigilosos—.
— A la orden—.
...
— Este lugar es realmente espacioso—.
— Es una casa inusual, es dura— Dice Maeva mientras da unos golpecitos en la pared. —¿Qué usan para construirlas?—.
— No te preocupes hija, es un nuevo comienza para nosotros—.
— Eso es cierto...—.
Maeva investiga el lugar, las tres habitaciones, el baño, la sala, la cocina.
Tae parece mostrar su felicidad al ver una casa tan diferente a la que vivían.
— Tomaré este cuarto—. Declara Ciel.
— No te veo impresionado—.
— Lo estoy hermana, solo que estoy cansado por el viaje—.
— ¿Mm? ¿Será eso cierto? Últimamente estás extraño, casi no pareces mi hermano—.
— Está creciendo, Pronto será un chico encantador y se pondrá rebelde... Ay no—.
— No me volveré rebelde—.
— Aprovechemos que aún amas a mamá—. Ella le da un fuerte abrazo.
— Madre, no dejes que mi hermano te manipule—.
— ¿Qué le dices un niño tan pequeño? ¿Acaso estás celosa? Ven con mamá—.
— ¿Mamá?— Maeva recibe un fuerte abrazo — Yo ya no soy una niña—. Mientras intenta zafarse.
— Tú siempre serás mi niña y Ciel siempre será mi niño—. Mientras abrasa a los dos.
Maeva se resiste al cariño de su madre.
— ¿Ahora quien es la apática?, estás extraña, como si no fueras mi hermana—. Declara con una sonrisa burlona.
— ¿Te burlas de mi?—.
— No peleen, disfruten de la nueva casa, ve Ciel guarda tus cosas en tu habitación—.
— Si mamá—.
Ciel lleva sus cosas a una habitación para separarse del grupo.
— Maeva, es gracias a tí que conseguimos esto, muchas gracias—.
— No mamá, es casualidad, nunca imaginé que Primera sería esa mujer, ahora es alguien tan importante—.
— Aún así, estoy seguro que fuiste muy amable, tu eres una buena niña, mi niña—.
—Mamá, deja eso me pones incómoda—.
— Conseguiré un trabajo pronto y nuestra vida cambiará, yo los protegeré—.
— No... Lo haré yo, quiero ser miembro de las fuerzas militares—.
— Ya veo, quieres ser como Zapkhiel—.
— No es igual... No importa— Ella mira para todos lados y al no encontrar a nadie salta sobre su madre para darle un fuerte abrazo. — No le digas a Ciel—.
— No le diré, cuida de tu hermano ¿Si?—. Dice para corresponder y acariciar su pelo.
— Si...—.
...
Mientras tanto Han en su casa toma la mano de su madre, parece que una discusión se hace presente.
—¿No vienes conmigo?—.
— No puedo, estoy muy enferma, si ese lugar es tan maravilloso me gustaría que fueras—.
— No voy a ir solo, conseguiré ayuda para traerte—.
— No... No voy a irme—.
— Entonces me quedaré aquí—.
— Me gustaría que fueras allí—.
— Quiero estar con mi familia, no me queda nadie más—. Han aprieta fuertemente la mano de su madre intentando mantener la calma.
— Lo siento, Han... La verdad es que sabía que pasaría esto...—.
— ¿Por qué lo dices?—.
— Mi madre tuvo lo mismo cuando crecí, tenía debilidad y yo la heredé—.
Aquella mujer parecía esforzarse en cada movimiento, su condición era evidente.
— Resiste madre, si tú te vas... Ya no sé que será de mi—.
— ¿Qué dices? Eres un buen chico, no necesitas de mí, trabajas y traes comida a la casa, solo soy un estorbo para mi hijo—.
— Por favor no digas eso, tus palabras me duelen madre—.
— No es lo que quería...—.
— Madre, no quiero ser cruel con mis palabras... ¿Mi abuela murió por esta enfermedad?—.
— Si, al igual que lo haré yo—.
— ¿Por qué tanta seguridad? Que pase una vez no significa que siempre sea así, sé que te recuperarás solo necesito esfuerzo de tu parte, te llevaré allí seguro tienen medicina o algo que te calme, vas a sanar te lo prometo—.
— Eres encantador... Pero no es posible, se que voy a morir—.
— ¡No madre deja de decir eso!—.
Han pierde la compostura y arrepentido se disculpa por lo ocurrido.
— Me siento arrepentida... Debí luchar por él...—.
— ¿Hablas de papá?—.
Ella muestra una sonrisa burlona para negar con la cabeza.
— Hablo de tu hermano mayor, era igual que tú, era un buen chico—.
— No perdonaré a esos elfos por lo que hicieron... Mataron a mi padre, se llevaron a mi hermano y ahora me quitan a mi madre—.
— Nada se puede hacer por lo que ya pasó... Mi único deseo es que tengas una buena vida... Por favor quiero que vayas—.
— Me niego, si no vienes conmigo aquí me quedo hasta que te levantes y me lleves a la fuerza—. Dice con una cara decidida.
— Ojalá pudiera...—.
— Podrás... Estoy seguro que vas a mejorar—.