Bella Idiota

Ahora, ¿me vas a seguir diciendo que Fátima fue quien te agredió injustamente? - pregunta Guido con la cara roja por el enojo.

- Hijo, lo que esa mujer te haya dicho es una mentira, sabes que ella es una manipuladora. - habló Xica, quien hasta el momento se había mantenido callada.

- No me sigas mintiendo mamá, por culpa de ustedes dos, ayer la maltraté delante de nuestro hijo y hoy no me quiso ni hablar. - gritó el hombre enojado.

- Ese niño no es tu hijo, quién sabe de quién será y tú volviste a caer enredado. - elevó la voz la mayor - Ese niño es solo un bastardo que ella te endonó a ti.

Otra bofetada sonó en la oficina, nuevamente Fátima le había pegado en la cara a su suegra. Iba justo entrando, pues quería hablar con Guido de la situación.

El silencio que se hizo, se podía cortar con el filo de una hoja.

- Te lo advertí ayer, con mi hijo no te metas, a mí llámame como te de la gana, pero si te metes con Michele, vas a conocer a una Fátima que es una perra, sí, pero una perra parida que va a defender a su cría de quien sea. - dijo firme.

- ¿Vas a permitir que me falte el respeto así? - le dijo la mujer a su hijo, quien se mantenía estoico - Debes echarlos de tu vida.

- ¡Basta mamá! Yo tampoco voy a permitir que sigas ofendiendo a mi hijo, si tú no lo consideras tu nieto, tampoco a mí debes considerarme tu hijo. - habló tajante.

- ¿La estás eligiendo a ella? - preguntó haciéndose la sufrida.

- Elijo a mi hijo, así que desde hoy, haz de cuenta que morí, no voy a estar donde Michele no entra. - cortó.

Las tres mujeres salieron del lugar, dos de ellas iban echando chispas del enojo que llevaban.

Ya Xica le cobraría esta situación a esa mujerzuela, ella no se quedaría con su hijo ni con todo aquello por lo que tanto él había trabajado y luchado.

- Esa maldita lo tiene embaucado, no escucha ni ve razones, ya nos encargaremos de quitarlos del medio a ella y a ese mocoso, que estoy más que segura, no es mi nieto. - hablaba la mujer cegada por el odio.

Marietta sabía que solo era cuestión de tiempo para que Xica actuara, la brasilera era una mujer de temer cuando se lo proponía.

.........

Con toda la vergüenza del caso, Guido tuvo que disculparse con su esposa. Era consciente del carácter de su madre, era una mujer difícil, así que no iba a defenderla delante de Fátima, mucho menos después de ofender a su pequeño Michele.

- Lamento lo de anoche, fui una bestia contigo, ni siquiera te di el beneficio de la duda. - dijo sintiendo la sangre en sus mejillas debido a la vergüenza.

- No te preocupes, es comprensible, en el pasado no fui precisamente un ángel contigo, aunque no justifico la violencia. - le dice y él solo asiente - ¿Puedes ir por Michele a la escuela? - pregunta.

- Él está enojado conmigo. - dice en tono triste.

- Ya él y yo hablamos, solo trata de dialogar las cosas y contarle la verdad, nuestro hijo es un chico muy inteligente. - le dice la mujer.

¡Nuestro hijo!

Esas dos palabras sonaban tan bien.

Luego de el momento tan incómodo que tuvieron hace un momento, Fátima regreso a su lugar de trabajo y el trigueño fue a buscar a su hijo.

Padre e hijo fueron a comer a un restaurante cerca de la compañía, Michele iría a visitar a su madre, aunque antes debía darle una oportunidad a su padre para que se defendiera.