La Asistente Del Villano

Massimo no la soltó hasta tener una respuesta. Ya era su decisión si quería quedarse hablar o no, pero para su sorpresa, Karina dejó la tensión y le dijo que estaba bien.

— adelante... Podemos hablar.

— hablé con Hadrian sobre tu cambio, le dije que realmente quieres ser alguien diferente y quieres ganarse su perdón, él me dijo que lo iba a pensar con calma está noche...

— ¿En serio hiciste eso por mí?

— por supuesto. He visto que realmente quiere que Hadrian te perdone. Además, si él lo hace vendrá seguido al palacio y podrá visitarnos a ambos.

— de verdad lo amas mucho ¿No?

— amo a mis dos hijos, aún asi, Ricardo decidió pasar su vida lejos del palacio y Hadrian también. Hay momentos en que los extraños...

Karina veía como este hombre siempre se preocupaba por sus hijos. Y como tiene los recuerdos de este cuerpo, mira un poco más en cuando Massimo le mostraba el cariño de un padre a sus dos hijos.

“ Massimo es un gran padre. He leído muchas historias donde los emperadores siempre dejaban a un lado sus hijos por sus deberes, está vez, la Karina de la historia tomó ese papel y él no... Massimo es lindo de cierta forma"

Karina ríe con suavidad inconscientemente. A lo que Massimo no evitó tocar su mejilla colorida con su mano.

— no sabías que tenías una dulce sonrisa.

— M-Massimo...— Karina hacia lo posible para no temblar, aún asi, sentía una corriente por todos su columna, y es sentimiento que no la hacia separar de él.

— lo siento, no pude evitarlo...— separa su mano, al cuál Karina necesitaba un poco más.— recuerdo que no te gusta que te toque.— Massimo retrocedía.

— ¡No!— detuvo impulsivamente, Massimo se le quedó viendo con un poco de impresión, ella balbucea— n-no... No te alejes.

Él miro seriamente ahora. Y pregunto con firmeza.

— ¿Está vez... No quiere que me vaya?— acercaba a un punto más cerca que de antes.

— no...— en silencio, Massimo subió el rostro de Karina. Para que lo viera a los ojos.

Ese contacto visual entre ambos era como una extraña química que Massimo jamás sintió.

— Karina... En la forma en que me miras es algo nuevo que me asusta pero me gusta y mucho.

Karina ya no se iba a resistir más. Y como podría, Massimo imponían una figura de seguridad, fuerte, guapo y sobretodo atento a pesar de las cosas que habían pasado en el pasado con ella, sin embargo, está karina era diferente, y eso Massimo lo sabía, pero le encantaba ya que no percibía aquel siniestro ser.

Ya cerca de sus labios, Massimo le susurra con esa voz que no se quebraba para nada.

— realmente no eres la Karina que conocí, pero me gusta demasiado tu cambio... Es lo mejor que has hecho. Te prometo que no te arrepentirás.

No esperó más, y sus labios se unieron entre los de ella. Fue suave, era la primera vez desde hace mucho que no la besaba, o la tocaba si quiera.

Karina mantenía la mirada igual que él mientras que el beso se mantenía y subía cada vez de intensidad. Massimo la apretó por la cintura y afincaba su boca a medida de que ella lo hacía.

— Mas-si-mo...— balbuceaba entre los besos, al cuál él no se separaba.

— dime...

— ¿De verdad te gustó de este modo?

— sí... Pero veo dudas, eso se puede resolver de una manera.— le desata los nudos del vestido como un maestro, luego los botones.

Sus dedos recorren su espalda lentamente, causando que ella le dieran escalofríos del bueno. Luego muerde suavemente su oreja. Karina había sujetado tan fuerte a la camisa de Massimo que simplemente algunos de los botones se desataron, mostrando aquel abdomen tan firme y formado con dedicación. Ella no evitó verlo con sonrojo.

— oh por todos los cielos...

Massimo sacó un par de carcajadas, al ver rostro de Karina no evitó reírse.

— las pocas veces que tuvimos intimidad me pedías que no hubiera nada de luz...

— pero que tonta fuí en el pasado... ¿Puedo?— se refería a tocar su abdomen.

Massimo lo entendió perfectamente asi que le toma por la muñeca y la coloca donde ella lo pidió. Karina estaba más feliz que albañil recién cobrado, y eso se le notaba, era una oportunidad única de tocar a un hombre asi como él.

— podemos empezar de nuevo...— mencionó él.

— ¿De nuevo?

— asi es... Olvidemos todo lo malo que vivimos en el pasado, estas tratando de arreglar tus lazos con esta familia. Karina... Intenta quererme... Aunque sea, una vez.

Karina lo veía con devoción y cariño. Con su mano, acarició su rostro delicadamente y pensó.

“ prometí que solo me involucraría familiarmente, que solo me disculparía por los errores de estas mujer a pesar de no ser mio. Pero este hombre, me pide que lo quiera aunque sea una vez e inevitablemente yo quiero corresponderle."

— besame... Massimo. Soy tu esposa, y te querré como se debe.

Sin problema alguno él la besó de manera apasionada motivado a las palabras que Karina le pidió, algo que jamás pensó oír en su vida.

No era su verdadera esposa, pero si planeaba en quererlo como una y como no hacerlo, si era difícil resistirse ante él, ese atractivo de hombre, su cuerpo y rostro eran como el vino más exquisito que estaba a punto de ella probar.

No solos los besos eran atrevidos, también las manos de Massimo se movían en todo su cuerpo de arriba y más abajo, su mano apretaba el muslo y se deslizaba suavemente. El beso no se rompía y seguía con intensidad, sin darse cuenta, Karina ya no tenía ropa y estaba por debajo de él. Massimo se reía, pues jamás vio el rostro tan ruborizado de ella.

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— aún falta mucho por ver.— mencionó, que continuó besando cada parte del cuerpo de ella.

Karina se dejaba pues lo estaba disfrutando demasiado. Ya no quería saber la oportunidad de tocarlo e incluso de besarlo. Después de todo, ahora Massimo era su esposo en esta vida y querrá como uno.

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