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Solo Soy Un Detective

Solo Soy Un Detective

Status: En proceso
Genre:Acción / Comedia / Superpoder / Reencarnación / Mundo de fantasía / Policial
Popularitas:1.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Orlobeck

Alexis Mefhisto, nombrado como el mayor criminal del planeta se encuentra en los últimos instantes de su existencia. Rodeado de la fuerza del país y parado en la alcoba de un gran edificio, su final está más que claro. Sin algún lugar a donde escapar, decide acabar su historia de la mejor manera y, a la vista de todo mundo, salta del gran edificio abrazando el vacío. Pero, para su suerte, algo raro pasa: ¡No muere, sino que es transportado a otro mundo!
En un lugar dónde él nunca existió ¿Qué podría hacer el que alguna vez fue el maestro del crimen?

NovelToon tiene autorización de Orlobeck para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Arco 1, Cap 17 - Un mujeriego sin suerte.

Cuando los agentes acuden a al rescate, se encuentran con una escena bastante peculiar: un hombre pelirrojo está sujeto de la pierna de una mujer que aparentemente pasaba por allí.

—Por favor, concédame el honor de hacerla feliz toda su vida —recita el pelirrojo con un tono romántico.

—¡Ya te dije que no, maldito pervertido, suéltame ahora mismo! —exclama la chica.

La mujer empuja al hombre por la cara, pero este estaba bastante bien prensado de su pierna.

—Por lo menos le pido un día, si no está satisfecha, yo desapareceré de su vista para siempre, así que, por favor, solo un día, solo eso y podré demostrar que somos el uno para el otro —dice Donnaiolo dirigiéndole una mirada sexy a la chica, la cual es respondida con una mirada de desagrado.

—¡Ya tengo novio, suéltame de una maldita vez!

La chica logra zafarse de Donnaiolo, y apenas tiene libertad de movimiento, esta toma su bolsa y procede a darle varios golpes para desquitarse del mal momento que le hizo pasar.

Los compañeros del pelirrojo lo miran de entre la multitud, los dos con una expresión bastante parecida.

—Aaahhh... Ya se estaba tardando en hacerlo —dice Fimbulvetr como si este tipo de cosas pasaran a menudo.

—Adivinaré, ¿Es un mujeriego que corteja a cualquier mujer que se le cruce por la mirada? —dice Alex con la misma expresión que Fimbulvetr.

—Acertaste, es un mujeriego con poca suerte con las mujeres, pero con muchísima tenacidad y perseverancia.

—Bueno, desde que supe su nombre anticipé que sería algo así.

La chica por fin para de masacrar al pobre de Donnaiolo a base de bolsazos y se retira del lugar como si fuera un rayo. El hombre se levanta y suspira profundamente alzando sus manos al aire.

—Aaaahhhh, ¡Que alma más vivaz y apasionada, en cada golpe sentía su amor ardiente! —exclama Donnaiolo con una expresión de placer.

—Más bien cada golpe era dado con el desprecio más grande que se pueda tener —dice Alex mientras se acerca junto con Fimbulvetr a donde está Donnaiolo.

—Te he dicho tantas veces que seas menos intenso, pero parece que disfrutas más de los golpes que del amor en sí... —dice Fimbulvetr con un ligero tono de sarcasmo.

—Ustedes no entienden, esa chica estaba perdida por mí y su manera de demostrarlo era con dureza y frialdad. Aaahhh... espero nos volvamos a encontrar, mi querida Cenicienta

Donnaiolo suspira nuevamente mientras lleva su mano a su boca para después lanzar un beso a otra chica que estaba cerca, la cual se aleja del lugar asqueada. Alex y Fimbulvetr suspiran decepcionados al ver que sigue igual.

—¿No te acabamos de decir que dejes de ser tan intenso? Espantas a cada mujer que se te acerca —dice Fimbulvetr mirando al pelirrojo con decepción.

—Es mi manera de enamorar damiselas, un alma pura como la tuya no entendería lo eficaz que es —contesta Donnaiolo como si hubiera recitado un poema.

—¿Esa es tú manera de coquetear? Mierda, creo que hasta Chrono daría menos pena al hacerlo —dice Alex con un tono burlesco.

—Eso sería imposible de saberlo, Chrono es como un témpano de hielo y una máquina, solo piensa en trabajar y trabajar, me da mucha pena por él —dice Fimbulvetr.

—Sí, tienes razón, Chrono está casado con el trabajo jajajaja —contesta Donnaiolo.

De un momento a otro se, se empiezan a escuchar susurros desde la multitud que aún veía el espectáculo que el pelirrojo había orquestado. Eran bastantes fuertes como para que los tres escucharan de qué hablaban.

—¿Ese no es chico que maltrataba a sus parejas?, por dios, pensé que ya lo habían atrapado.

—También pensé eso ¿Que hace tan cómodo, suelto y haciendo lo que quiera? No debería ni estar vivo, no aporta nada aquí.

Se empiezan a escuchar más y más susurros que se vuelven inentendibles, pero se puede adivinar que hablaban de lo mismo. Alex intuye rápidamente que todos son referidos a Donnaiolo.

«Acusaciones bastante fuertes sin discreción alguna, la gente es bastante descarada»

Por inercia, Alex mira al pelirrojo para ver su reacción a los comentarios, encontrando una mirada de resignación e inconformidad a la vez en el rostro del hombre.

«... Esa no es la reacción de alguien culpable de lo que lo están acusando»

El ambiente empieza a ponerse bastante tenso, a lo que Alex decide emprender la huída y alejarse del lugar.

—¿Que tal si ya nos vamos a comer? No tenemos mucho tiempo y quiero disfrutar de la comida, encontremos un buen lugar y comamos —dice Alex serenamente.

Donnaiolo lo mira extrañado, pero a la vez aliviado de que no prestara atención a los comentarios.

—Tienes razón, Ale, vámonos a comer —afirma Fimbulvetr.

Alex se aleja de la multitud, por lo que Fimbulvetr y Donnaiolo le siguen el paso.

—Conozco un restaurante maravilloso por aquí cerca, la comida es deliciosa y las meseras también, vayamos y relajémonos allí —sugiere Donnaiolo posicionándose por delante para guiar al trío.

—Por esa clase de comentarios es que ninguna se te acerca... —dice Alex con un ligero tono de decepción.

Al cabo de unos minutos, llegan al dichoso restaurante, el cual tiene un ambiente bastante cómodo, con mesas tanto dentro como fuera del establecimiento. Los tres hombres entran y se sientan en una mesa cercana a la entrada.

—¿Qué van a pedir ustedes? Les recomiendo el especial, es muy bueno y te deja su sabor por horas —sugiere el pelirrojo señalando el platillo que recomienda.

—Perfecto, entonces pediré ese ¿Y tú, Ale?

—Una lasaña, hace bastante tiempo que no como una.

La mesera se acerca tranquilamente a los tres hombres para atenderlos.

—Buenas tardes caballeros, ¿Ya escogieron lo que desean comer?

La amable mesera resulta ser Karin, que trabaja allí. Estando ya junto a la mesa, se percata de la presencia de Alex.

—¿¡Alex!? ¿Qué estás haciendo aquí? No me digas que te volviste a escapar del trabajo...

—¿Porqué siempre piensas que me escapo de mis obligaciones...? —pregunta Alex.

—No es así, pero me gusta ver tus reacciones cuando te digo cosas así, jaja —responde la mujer con un ligero tono burlesco.

Al darse cuenta que cayó en su juego, el hombre suspira. Había sido derrotado totalmente en los que mejor se le da, molestar a la gente.

—Entonces... ¿Si te escapaste?

—Claramente no, estoy en mi hora de descanso y mi compañero dijo que aquí servían buena comida, así que aquí me tienes. Solo por aclarar, nunca me escapo del trabajo.

—¿La conoces? eso sí que no me la esperaba —dice Donnaiolo asombrado.

—Me ayudó hace dos meses —contesta Karin recordando el día que conoció a Alexc on alegría.

—A todo esto, ¿Nana está en tu casa, verdad? —pregunta Alex.

—Sí, ahora mismo seguro estará viendo la televisión o jugando a las muñecas —contesta Karin con una ligera sonrisa.

—¿No va a la escuela? —pregunta Fimbulvetr.

—Por ciertas razones, actualmente no asiste a clases, es un tema delicado... —contesta Karin un poco incómoda.

—No preguntaré más entonces, no es de mi incumbencia, perdón por ser tan confianzudo, jeje —dice Fimbulvetr mientras se soba la cabeza y hace una expresión cómica.

—Quizá vaya a saludarla más tarde. ¿Crees que querrá?

—¡Por supuesto!, estoy segura que se alegrará por verte, prepararé algo rico para la cena, si es que gustas quedarte a cenar con nosotras —dice Karin ruborizándose y poniéndose un poco ansiosa, su cola empieza a menearse de un lado al otro.

—¿Quedarme a cenar? Si, por qué no, estoy harto de cenar solo.

Al escuchar la respuesta, Karin no puede evitar sonreír y emocionarse, pero recuerda que está en horario de trabajo y recupera la compostura en un instante.

—Volvamos a lo de las órdenes ¿Pedirán algo más, caballeros? —pregunta Karin entrando en modo trabajo.

Karin escucha sus órdenes y las apunta. Teniendo todo, Karin se da la vuelta y se dirige a la cocina.

—¿Porqué no nos dijiste que conocías a alguien del restaurante? —pregunta Fimbulvetr.

—Sabía que trabajaba como mesera en algún restaurante, solo eso —responde Alex.

—Si, su reacción al verte me lo dijo —dice Fimbulvetr.

—¿Entonces pará qué preguntas...? —pregunta Alex con un tono de molestia.

—No... Por nada, jeje.

Fimbulvetr mira a Alex traviesamente, el cual lo nota enseguida.

—¿Acaso tengo algo en la cara? —pregunta Alex con un tono retador.

—No, es que visitas a una niña como si fueras su padre, es enternecedor —contesta Fimbulvetr con tono burlesco y con una sonrisa pícara.

Alex ignora completamente lo que dijo su compañero y se acomoda en su silla a esperar su comida.

—Eres un maldito suertudo, hablas tan tranquilamente con la mesera más querida del restaurante y no alardeas por ello, ahora mismo te tengo mucha envidia —dice Donnaiolo estrujando su puño en señal de frustración.

—No es para tanto, es una chica como cualquier otra.

—Hombre, te falta ver lo bello en las mujeres.

—Querrás decir que tú ves bello hasta lo que no lo es, ten un poco de decisión... De amor propio.

Al cabo de unos minutos, llegaron los platillos. El plato especial consistía en un espagueti a la boloñesa con albóndigas. Con los tres hombres con su respectiva orden en frente, se disponen a comer.

—Vaya, es bastante bueno, tenías razón Don, es delicioso —dice Fimbulvetr asombrado y con comida en la boca.

—Te lo dije, el especial es muy bueno, aaaahhhh, como me recuerda a casa —dice Donnaiolo con nostalgia por su antiguo país.

Alex piensa como es que la gastronomía traspasa incluso mundos.

—Sabe igual a las originales, el Reencarnado que se robó la idea ha de estar bañándose en oro ahora mismo...

—¿Visitaste Italia alguna vez? Es maravillosa, ¡Y no lo digo solo por venir de allí, en serio es un lugar muy hermoso! La comida, los monumentos, todo eso lo vuelven un país hermoso —dice Donnaiolo con entusiasmo.

—Lo sé, aunque era muy religioso para mí gusto, pero como sea —contesta Alex para acabar con el tema allí.

—Que suerte tienen ustedes, en mi época todo era vientos helados y carne al fuego sin ningún condimento, probar esto me hace ver cómo avanzó la gente desde mi era —dice Fimbulvetr recordando su vida pasada como un guerrero nórdico.

—Tanto beber me dieron ganas de orinar, voy al baño un momento, ni se les ocurra huir y dejarme la cuenta —dice Donnaiolo.

—Gracias por darme la idea, ahora ve y orina para ya irnos, que se nos hace tarde —dice Alex serenamente haciendo un gesto con su mano como si estuviera espantando moscas.

Donnaiolo se levanta y se dirige al baño del restaurante, dejando solos a Alex y Fimbulvetr.

—Supongo que debo aclarar algunas cosas ahora que Don no está aquí, así que seré directo. Escuchaste lo que decían los susurros de la multitud de hace un rato ¿Verdad? —dice Fimbulvetr con tono serio.

—Cómo no escucharlos, claramente querían que los escuchara, los pasé de largo ya que no tengo la necesidad de saber esos rumores —dice recargando su espalda en su silla—. «Además, sería estúpido juzgarlo sabiendo quién fui»

Fimbulvetr hace una breve pausa antes de continuar.

—Esos rumores son ciertos.

—Debes estar de broma, puedo notar que no es esa clase de cretino.

—Y tienes razón, no fue Don quien agredía a su pareja, sino el antiguo propietario del cuerpo.

—¿Antiguo propietario? ¿Qué estás diciendo? Pero si Donnaiolo es un reencarnado ¿no?

—Como habrás notado, cuando alguien reencarna, es posible que su apariencia física cambie.

—Si, yo mismo lo experimenté, cuando me ví en un espejo noté enseguida con estaba menos acabado que antes.

—Otra manera que es menos común es nacer aquí, pero con tú conciencia de tú vida pasada, el jefe es el único del departamento que llegó de esta manera —agregó Fimbulvetr.

«Así que eso explica por qué Jannet tiene habilidad sin ser reencarnada, eso quiere decir que las habilidades tiene quizá una cuestión genética» piensa Alex.

—Estos dos son los más comunes, pero hay un tercer método que es sumamente raro, los reportes sobre personas que hayan reencarnado de esta manera se pueden contar con los dedos de una sola mano.

Se detuvo para darle un sorbo a su bebida y siguió hablando.

—Se trata de que reencarne en el cuerpo de una persona que era de aquí.

—Algo así como poseer un cuerpo ajeno.

—Algo así, los casos coinciden en dos cosas: la primera es que el antiguo propietario murió pocas horas antes de la reencarnación y la segunda es que todos han sido humanos puros, en otras palabras, que nacieron en Serenia.

—Y el pobre tuvo la mejor de las suertes, reencarnando en un maltratador.

—El antiguo propietario del cuerpo de Donnaiolo era un chico llamado Kyle Feller, un chico emocionalmente inestable que maltrataba a todas sus parejas, llegó un punto en el que casi mataba a una de ellas en plena luz del día, pero fue abatido de un disparo antes de poder hacerlo. Horas después, Donnaiolo reencarnó en su cuerpo, y ahora carga con las consecuencias de las acciones de ese chico.

—Así que ahora tiene que aguantar todas las críticas que dejó atrás el idiota maltrata mujeres, que suerte más horrible ¿Por qué simplemente dice que ya no es la misma persona? podría usar su habilidad para demostrarlo.

—Le he dicho lo mismo, pero dice que es un tipo de reto que dios le ha puesto, con el fin de "excomulgar" sus pecados.

—Aún piensa en Dios después de llegar a este lugar, que estupidez, pero como quiera, no soy nadie como para decir cómo lidias con tus problemas existenciales.

Pocos segundos después, Donnaiolo vuelve del baño.

—Aaahhh, que refrescante fue eso, bueno, creo que ya podemos irnos, cada quien pague lo suyo y salgamos de aquí.

—Ale, paga por mí.

—¿Qué? Ni hablar, paga lo tuyo, pordiosero.

—Bueno, por lo menos lo intenté...

Donnaiolo levanta la mano para pedir la cuenta y rápidamente Karin se acerca con ella.

—¿Ya se van, caballeros? —pregunta la mujer gato.

—Ja, caballeros —murmura Alex mirándola burlescamente.

—Perdón, es la costumbre... —responde Karin un poco avergonzada.

—Gracias por la atención, señorita Karin —dice Fimbulvetr.

El trío paga por la comida. Cuando Karin está por llevarse la cuenta, recuerda que quería preguntarle algo a Alex.

—Cierto, Alex, ¿A qué hora llegarás a cenar?

—Mmm... Una hora después de salir del trabajo, supongo.

—Muy bien, entonces, nos vemos en la noche —dice Karin con una sonrisa.

Alex se despide de Karin y el trío sale del restaurante rumbo a la agencia, pues falta poco para que el descanso termine.

—Aaahhh, que buena estuvo la comida, volvamos otra vez en otra ocasión, está vez pediremos la clásica pizza, será asombrosa, se los aseguro —dice el pelirrojo con entusiasmo.

—Eso espero, no importa cómo sepa, lo más seguro es que sabrá mejor que un pedazo de carne mal cocido jaja —dice Fimbulvetr alegremente.

—Que triste que volvamos a trabajar, y peor por mí, que Chrono me aseguró que hoy no salía del departamento hasta terminar... —dice Donnaiolo suspirando de tristeza.

—Eso pasa por no llegar temprano a la agencia, sabes que Chrono solo piensa en trabajar —contesta Fimbulvetr con tono vacilante.

—Eso dices, pero a Alex lo trata con mucho respeto a pesar de su personalidad, que injusto —exclama Donnaiolo.

—A diferencia de ti, rojito, hago mi trabajo antes de darme una siesta.

—Cuando te vi al entrar pensé que eras de los míos, pero te pareces más a Chrono, la diferencia es que tú si caes bien.

Los tres Agentes van pasando por una calle en la que los edificios altos abundan, con gente entrando y saliendo de ellos.

—Sabes, si tan solo llegara un caso no tendría que hacer el papeleo, pero no ha llegado ninguno últimamente —dice Donnaiolo.

—La ciudad ha estado bastante tranquilo estas semanas, y en cierto modo eso es bueno, aunque aburrido a la vez —dice Fimbulvetr con un tono tranquilo.

—Entré a este departamento para atrapar imbéciles, pero hasta ahora solo ha sido papeleo, bueno, es el primer día, tampoco es como que caigan los casos del cielo, no estamos en una serie de televisión o algo por el estilo como para que pase algo así.

Cómo si las plegarias de Alex hubieran sido escuchadas, de la nada un cuerpo cae del edificio frente a el trío, estrellándose en el piso salpicando sangre a todo a su alrededor.

—Vaya, no sabía que eras vidente...

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Elizabeth Yepez
dichoso tú qué tienes quién te presté instrumentos musicales
Orlobeck: ¿Instrumentos musicales? jsjs
total 1 replies
Elizabeth Yepez
ese Alex si es atrevido
Elizabeth Yepez
Alex es bastante agresivo
Elizabeth Yepez
jajajaja que risa los comentarios que hacía Alex
El lector 😸😸
realmente es muy interesante este prologo/CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy/
Orlobeck: ¡Me alegra que te guste!
Aún no termina, te invito a seguir leyendo <3
total 1 replies
eli♤♡♡
Descubrí un género nuevo gracias a ti, ¡ya quiero leer más! 🤓🔎
Orlobeck: Grácias por los comentarios! <3
total 1 replies
Olivier Mira Armstrong
Ya quiero la continuación
Quản trị viên
No tendrás idea de lo difícil que es esperar por la continuación, ¿verdad? 😩
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