Rosa es una joven indígena Venezolana que nació entre selva y bosque, sus días pasan al lado de su abuela una sabía anciana de la tribu y sus padres... El jefe de la tribu es su padre siempre intenta casarla, pero ella está hechizada por el hada del arcoiris... ese hechizo solo el hada podrá eliminarlo, cuando Rosa consigue su verdadero amor, debe ir por el hada para poder contraer matrimonio con su enamorado... misterio, inocencia, hechizos, pasiones y lujuria se mezclan en una novela traída directamente del Amazonas... No dejes de leerla... te encantará...
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Los Enamorados y la mirada de todos
La noche pasó calmadamente, estos dos seres se conocieron de todas formas, piel con piel disfrutaban cada instante, conversaban de sus planes y las cosas que ambos deben aprender...
Karay se sentía demasiado complacido con esta hermosa mujer que le habían otorgado, estaba cambiado, su alma de guerrero se apaciguó, Rosa lo había hechizado, lo tenía en sus manos, no sabía cómo hacer para poder ser el mismo hombre, habían tocado su corazón, ahora entendía al Cacique Tutuy cuando le acababa de entregar a su hija, su amor era muy grande...
Rosa se dedicó esos días a estar solo con Karay, habían pasado los meses nadie los molestaba, siempre se le veían juntos a todos lados, pero estaban siendo observados por dos hombres que ahora veían a Rosa de manera diferente...
Paraconí seguía pensando en ser Cacique de esas tierras ya estaba olvidando a Tarimay ahora su interés se centra en Rosa, la ve muy feliz con Karay y eso le molesta.
- Este hombre no se merece su amor, yo debí haber luchado antes de que ella fuese de él, pero aún hay tiempo para eso... Debo orquestar un plan perfecto y me voy a valer de este prisionero.
- Hombre de piel clara, te gustaría te ayudará a salir de aquí o prefieres quedarte aquí en nuestra tribu... quizás tú seas mejor Cacique, no te gustaría quedarte y que te dieran una mujer de la tribu...
El hombre prisionero se queda mirándolo sorprendido...
- A ver indígena que tramas?
no me vengas con tus ínfulas de amistad o acaso ya te aburriste de vigilar y quieres tu libertad.
- De que hablas no me molestes con tus idioteces, solo quiero saber que piensas, te perdono la vida porque es una orden expresada directa del Cacique Tutuy, sino ya Karay te hubiese mandado al otro mundo.
- La mujer que me gusta se la dieron a ese Karay, esa bella damisela me impacto cuando llegue a este campamento, es una mujer que mi madre me la llevaría a las Españas, sería la envidia de todos y de todas las mujeres, es demasiado hermosa.
- Pero que dices, estúpido español, esa mujer esta prohibida para ti... En dado caso sería para mí.
- Ah si para ti, como se la vas a quitar a Karay sino se le despega de un lado, además esos dos ya se casaron, ella ya se entregó a él...
míralos allá van como dos tortolos enamorados, ja, ja, ja. Eres un perdedor amigo.
- Eso lo veremos y tú serás mi aliado, esa mujer va a ser mía.
- Yo tu aliado, seré tu rival, porque yo pelearia por ella.
- Mejor cállate hombre asqueroso, de piel sin color, Rosa jamás se fijaría en ti, eres tan insípido.
- Creo que el insípido, eres tú...
Los hombres se van a los puños, ante la mirada de Karay quien corre a ver qué pasa y porque la violencia de estos dos. Este los separa y molesto enfrenta a Paraconí...
¿- Que es lo que pasa aquí? ¿Se pusieron locos o que?
Paraconí se expresa de manera calmada.
- Joven Karay futuro Cacique, solo estábamos hablando de nuestras costumbres y pues quisimos hacer un combate amistoso, para medir nuestras fuerzas.
- No lo observe así, sabes muy bien que debes proteger al prisionero, no enseñarlo a luchar, por lo menos haz bien tu trabajo, te estaré observando, sabes que este prisionero me pertenece y lo quiero vivo, quiero saber todo sobre él, pero en este momento no puedo, ahora debo sembrar la semilla en el vientre de mi dulce Rosa. Luego me encargo de ustedes dos...
Los dos hombres ven a Karay y se ríen descaradamente al dar la espalda.
Paraconí recién tiene un plan en mente, este malévolo hombre piensa arruinar la felicidad de la tribu...
Karay corre al lado de Rosa quien lo espera ansiosa para preguntar por la pelea.
¿- Dime Karay que les pasó a esos hombres y cuando me vas a enseñar a luchar?
- Calma mi amor, ya llegará el momento, esos dos no importan estaban aburridos uno del otro.
- Por ahora vamos a casa, debo hacerte mía nuevamente, esto de sembrar la semilla está tardando, quiero ver crecer tu vientre...
- Pero Karay vamos primero a la selva, quiero recolectar unas flores para la choza, anda acompáñame...
- Hay Rosa, por qué siempre te sales con la tuya? dime porque no puedo dominarte, debes hacer lo que yo digo. No lo que tú quieras.
- Anda son solo unas Flores para nuestro nido de amor.
Rosa es una mujer muy seductora, bajo sus encantos femeninos, hace lo que quiera con Karay y este se deja dominar aunque piense lo contrario.
- Está bien solo está vez, te haré caso, pero al llegar quiero lo que te pedí... Sin excusas...
Esta vez Rosa, tenía un plan en mente, ella sabía que Karay debía enseñarle todo sobre su arte de luchar y debía ser pronto antes de quedar embarazada.
La vida de Rosa está ya descrita, ella ya sabe que Karay es una enseñanza para ella y debe aprovechar ese tiempo con él.
- Vamos Rosa, llévame a tu lugar preferido y así conocer tus cosas, quiero ver dónde pasabas tu tiempo libre.
- Si vamos, quiero que hagamos una choza ahí, Karay será nuestro futuro refugio por si nos agarra la lluvia o la noche ahí.
- Rosa, voy a evaluar esa propuesta, eres muy imaginativa, aunque no está mala la idea, ahí te haré mía también, cuando vayamos de caza y de recolectar flores.
- Karay solo piensas en eso, en hacerte mía...
Rosa se ríe de él, lo imita y sale corriendo y él detrás de ella para darle una paliza por burlona... Ellos dos juegan como niños y se pasan así su día.
