Una Bella Historia De Reencarnación

Capítulo 18

Luego de ingresar a la habitación, ya me había calmado un poco, si ese cerdo infeliz de Bartolomé, no se hubiera metido en mi camino, habría de esquivado el baile con el Duque y todos los problemas que vendrán.

Mejor me acuesto a dormir, si sigo pensando iré a la habitación de ese loco y lo mataré yo misma…

Apenas apoyé la cabeza en la almohada me quedé dormida en un instante, pensé que dormiría hasta la mañana siguiente sin dificultades. Pero mi vida pasada cada tanto vuelve para atemorizarme, soñé con la noche que ese hombre que me engendró, trató de llevarse mi pureza, me desperté sobresaltada, todavía estaba oscuro y mi garganta estaba seca, no tenía nada para beber, me tomó un poco pero decidí levantarme.

Comencé a caminar por esos largos pasillos, solamente llevaba mi camisón y sobre el mi bata. La ataba cada vez más fuerte, todavía tenía secuelas de ese sueño horrendo, creí que ya lo había superado, por eso no me gusta involucrarme con nadie del sexo opuesto…

Logré llegar a la planta baja de esa exagerada mansión, a este punto siento que me deshidrato. Sigo caminando y encuentro por fin la cocina, entro y busco algo de agua, por suerte había una jarra completa arriba de la mesa. Mientras bebía hasta saciar mi sed, escucho un estornudo atrás mío, rápidamente me giré para poder encontrarme con el intruso que estaba allí conmigo.

Resultó ser una intrusa… una hermosa niña pequeña de unos nueve años, con cabello oscuro y ojos turquesa, nunca me dejarán de fascinar la variedad de colores, de ojos, que poseen los ciudadanos de aquí.

Al encontrarse nuestros ojos la niña grita

-¡Un fantasma!-

-Shh niña, soy una humana-

Me mira desconfiada, por lo que agarro un candelabro que había arriba de la mesa junto a la jarra y prendo la velas que poseía

-Ves niña soy una persona de carne y hueso-

-¿Eres de las locas que trae el padre del Duque?-

-¿Si lo fuera te lo diría?-

-No, me engañarías-

-Que niña inteligente, dime ¿qué haces levantada?-

-Tú primero dímelo-

-Moría de sed-

Antes que la niña conteste, se escucha el rugido de su estómago, comienzo a reír y veo sus mejillas que se tornan rojizas

-No te burles, mamá dice que no venga sola, pero tengo hambre y no me aguante-

-No me burlo más, dime pequeña ¿cuál es tú nombre?-

-Lucy-

-Bien Lucy, soy Maribel, ¿te parece que te cocine algo?-

-¿Sabes cocinar?-

-Así es pequeña señorita, por favor espere sentada mientras busco para hacer unos panqueques rápidamente-

Si estaría en casa le daría de probar mi dulce de leche casero, pero ese dulce lo hice solo para mi familia, en algún momento pensé en comercializarlo, pero sería mucho trabajo, por lo que solamente lo conocen en los dominios de mi padre y soy la única que lo sabe hacer, que no quiera comercializarlo, no quiere decir que en algún momento no lo necesitaré, para que mi padre haga negocios, siempre es bueno guardar uno o dos recursos de respaldo.

Como no tengo mi tan sabroso dulce de leche, voy a aprovechar unas manzanas que hay en la mesa y le haré panqueques caramelizados con manzana. Espero que le guste, es uno de mis favoritos.

Comienzo a cocinar, cuando termino el primero, se lo coloco en un plato frente a ella y le indico

-Aguarda un poco que se enfríe el caramelo, sino te quemarás-

-¿Estás segura que esto es comestible? Nunca antes vi algo igual-

-Muy segura, es uno de mis platos favoritos-

Hago uno más y me siento frente a ella

-Vamos come-

Me ve como corto un trozo y comienzo a comer y ella me imita, la cara en un segundo se le transformo, de incertidumbre a emoción

-Nunca probé algo así, está muy rico-

En eso se escucha la puerta de la cocina que se abre y una figura masculina en pijama se deja ver, antes que digamos algo, es el quien nos habla

-Lucy ¿otra vez despierta a estas horas?-

-Perdón Duque tenía hambre-

Veo que se acerca y se coloca en la esquina de la mesa, quedando en medio de las dos,

-¿Qué están comiendo?-

-Maribel me hizo estos panque... algo que están buenísimos-

Comienzo a reír, mientras la miro dulcemente

-Panqueques caramelizados de manzana-

-Eso, esta riquísimo, debería de probarlo Duque-

Mientras veía a la niña, siento que el rostro del hombre se acerca, donde estaba el mío, me alejo inconscientemente, pero se detiene en el tenedor que mantenía levantado, con un trozo de mi postre cortado, esperando a ser comido, por mí, pero en vez de tener ese destino, fue robado por ese sexi duque.

Comienza a masticar y no dejaba de clavarme la mirada de forma seductora

-Oye ese es mío, si quieres el tuyo espera-

-Como ordene-

-¿Qué? ¿Vas a comer algo que cocine yo?-

-¿Cuál sería el problema? ¿Me envenenarías?-

Antes de contestar la niña interrumpe

-Duque no sea malo con mi amiga, su comida no podría tener veneno-

Suspiré y lo mire con el entrecejo cerrado

-Aguarde Duque, ya se lo preparo-

Al cabo de unos instantes, nos encontrábamos los tres comiendo panqueques y escuchando las historias de esa niña, resultó ser muy elocuente y particular, dijo que quería ser un caballero y que el Duque le prometió aceptarla entre sus soldados, si pasaba el entrenamiento, por lo que practica siempre que puede con su amigo, no quiere ser doncella como su madre, sino caballero como su padre.