EXTRAÑANDO-TE

—Me desperté emocionada, feliz, de buen humor, contenta. Sentía una felicidad incontrolable. No suelo desayunar, así que me arreglé, me tomé un vaso de agua y salí en dirección a mi empresa, pero eso se tardaría un poco.—

Saroth: Que haces aquí.?

—Pregunté cuando la vi a la salida de mi edificio.—

Alice: No es obvio.?, quiero hablar contigo, y ya que no me quieres escuchar en tu empresa, pues... averigüe donde vives y aquí estoy. Solo te pido un minuto de tu tiempo, nada más.

Saroth: Ahora voy apurada, no tengo tiempo.

—Le respondí de mala gana, abrí la puerta de mi auto y me subí, y cuando menos lo pensé... ella se había subido a mi auto, en ese momento sentí un fuego subí por todo mi cuerpo hasta mi cabeza.—

Saroth: ¡Bájate de mi auto! ¡y no quiero repetirlo!

—Le grite enojada, como se le ocurre subí a mi auto, ahora tendré que cambiarlo.—

Alice: Solo me subí a el, no te comeré.

Saroth: Odio que alguien más se suba a mi auto, así que bájate ¡ahora!.

Alice: No me bajaré.

—Dijo cruzándose de brazos, sentí que las luces se me iban, me bajé del auto, fui a su lado, abrí la puerta del lado de ella..—

Saroth: Te bajas o te bajo.?

—Le dije seria, me estaba enojando y no respondería. Ella al ver lo seria que estaba decidió bajarse.—

Alice: Esta bien, esta bien.

Saroth: No te vuelvas a subir a mi auto, de lo contrario... no respondo.

—Dije molesta, cerré la puerta y fui al otro lado para subirme.—

Alice: Has cambiado mucho, Saroth.

—Me dijo antes de que yo entrara, la miré y me subí, no le respondería, no necesito saber nada de lo que tenga que decirme. Encendí el auto y lo puse en marcha. Me sentía tan emocionada que no pensé que alguien me dañaría la mañana. Hoy vería de nuevo a Mia, ya se que nos vemos todos los días, pero ahora es diferente, aunque aún no es mi novia... yo ya lo considero así. Estaba en un semáforo cuando vi una tienda de donas, y de una pensé en ella, creo que le gustará que le lleve donas, y eso hice, estacione el auto y fui a conprarle algunas donas.—

-Buenos días, en que puedo ayudarle.?

—Me preguntó una linda señorita con una sonrisa en su rostro detrás del mostrador, le sonreí igual..—

Saroth: Buenos días, quisiera pedir una donas para llevar, que sean de chocolate y fresa, y que tengan chispitas, también quiero una malteada de vainilla, pero que sea un poco baja en azúcar, por favor.

—Le dije emocionada, porque lo estaba. En lo que hablamos ayer ella me dije que casi todo le gusta, pero sus favores preferidos son vainillas y fresas. Después de unos minutos ella llegó con mi pedido, pagué  y salí de allí. Llegué a mi oficina y ella ya estaba, mire la hora y eran las 8:20, tanto me demoré.?, ella estaba en su lugar de trabajo, entonces fui con ella, toque el marco de la puerta y ella levantó su vista de la computadora, me miró con una sonrisa que me dio a entender que su sonrisa es lo único que quiero ver todas las mañanas.—

Saroth: Buenos días.

—Dije entrando.—

Mia: Buenos días, señorita Russell.

—Y vuelve el burro al rodeo.—

Saroth: Haré algo, cada vez que estemos solas y me llames "Señorita Russell" te daré un beso. Toma, lo vi y pensé en tí.

—Dije entregándole las donas y la malteada, ella levantó una ceja mientras lo agarraba en sus manos.—

Mia: No acepto, mientras estemos en la oficina te llamare así. Gracias.

Saroth: No quiero.

—Dije dándole la vuelta a su escritorio, me pare detrás de ella y la abracé.—

Saroth: Quiero que me digas, cariño, amor, bebé, o no se, algún apodo que quieras ponerme.

—Le dije al oído para luego besar su oreja y cuello.—

Mia: Que haces.?

—Sé  que se erizó.—

Saroth: Quedamos que podía besarte mientras piensas si ser mi novia o no, entonces... no quiero perder la oportunidad.

—Hablar bajito así como estoy con ella... es muy lindo, es... diría que romántico.?—

Mia: Sí, pero no aquí, estamos en tu oficina y cualquiera puede entrar.

Saroth: Claro que no, el único que entra así es Oliver, y por él  no me preocupo, de hecho... no me importa quien nos mire, pero se que a ti si te importa, por eso no haré nada estúpido.

—Ella se quedó callada, luego llevo sus manos a las mías y las acarició. Olí  su pelo, tenía un aroma único, con que champú se lava el pelo.?. Fui besando su mandíbula con besos castos hasta llegar a sus labios, solo los rose un poco con mis labios, ella había cerrado sus ojos, la miré por un segundo para luego besarla. Amaba sus labios, sus besos, sus caricias, ella me hacia sentir diferente, que todo va a estar bien, su aura me tranquilizaba, su personalidad se complementaba con la mía, y eso era suficiente para demostrarle que la quería en mi vida, y que no me daré por vencida, puede pensar el tiempo que quiera si quiere salir conmigo, porque se porque quiere pensarlo, su niña es prioridad en esto, la comprendo, pero tampoco me daré por vencida, la conquistaré  todos los días de ahora en adelante. Nos separamos del beso y nos quedamos mirando, acontemplando las sensaciones que acabamos de sentir con el beso, porque creo que ella también sintió los mismo corrientazos recorrer por su cuerpo al igual que yo.—

Saroth: Besas increíble.

—Fue lo único que pude decir. Puede que sea segura de mi misma, pero ella aveces derrumba todo eso, y me intimida y no me salen las palabras, me pone demasiado nerviosa.—

Mia: Tus labios son suaves.

—Sonreí. Ella pasó su pulgar por mis labios, sentí mis piernas desfallecer.—

Saroth: Creo que debería ir a trabajar.

—Dije enderesandome, no podía seguir aquí, hace más de un mes que no hago nada de nada y con ella me esta costando controlarme.—

Saroth: No puedes dejar nada de eso.

—Le dije apuntando las donas antes de salir de su oficina. Al salir llevé mi pelo hacia atrás mientras soltaba un suspiro ahogado.—

Saroth: No sé si pueda controlarme si lo vuelve hacer.

—Dije en voz baja.—

Mia: Controlarte sobre qué.?

Saroth: ¡Pero que mierda!

—Solté saltando y volteandome con mi mano en el pecho del susto, ¿ella venía detrás de mí.?—

Saroth: Quieres matarme o algo por el estilo.? que susto.

—Ella solo se  estaba burlando de mí mientras llegábamos a mi escritorio, me senté y ella se quedó parada frente a mí.—

Mia: No fue mi intención, además... pensé que me habías visto o sentido.

Saroth: Es claro que no. Y para que me seguiste.?

Mia: Lo siento. Quería preguntarte su sabes algo de Sue, como siguió su esposo.?

Saroth: Ah... eso, le di el dia libre, ella quería venir pero le ordené que no, que podía quedarse a cuidar a su esposo por el resto de la semana, igual... solo quedan dos días, los fines de semanas casi no se hace nada.

—Le dije acomodándome  en mi silla para luego encender mi laptop.—

Saroth: Y su esposo se encuentra bien.

Mia: Genial, ya puedo estar más tranquila.

—Me dijo, y en su voz se escuchaba que estaba aliviada, luego ella se fue. Hoy no tenía mucho en la mañana, solo revisar el trabajo de los muchachos, que espero y no me decepcionen.—

Oliver: Oye! Como no me dijiste sobre el esposo de Sue.

—Ayer no vino a trabajar, le escribí y no me respondió, y ahora me reclama por algo que no tiene nada que ver conmigo.?, pero que descarado.—

Saroth: Ya no puedes entrar a mi oficina sin tocar como antes. Y que me reclamas.? ayer no viniste a trabajar, y no es porque te este reclamando, porque sé que no es necesario que vengas todo el tiempo, pero no me respondiste ningún mensaje, que querías que hiciera.? ir a tu casa sin saber con quien diablos estabas.?.

—Dije. Puede que se escuche como si estuviera enojada.. pero no es así, estaba concentrada en mi trabajo. El se sentó frente a mí.—

Oliver: Que.?! Ahora no puedo entrar sin tocar, que cambió.?.

—Lo miré fruciendo el ceño, así que estaba con alguien en su casa.—

Saroth: Claro que cambió algo, ahora hay alguien más aquí adentro, aunque ahora no esté en la oficina.

—Dije mirando hacia la dirección donde debería estar Mia pero ella salió no hace mucho, donde estará.?. Oliver se aclaro la garganta y preguntó..—

Oliver: Cambiando de tema, como vas con Mia, algún avance.?

—Lo miré preguntándome si decirle o no. Entonces decidí callar, igual... ella no me había respondido aún.—

Saroth: Nada que comentar, ella no es ni mi amiga ni mi novia, ni mi casi algo, estamos conociéndonos.

Oliver: No te creo, tú no eres de las que se queda quieta por mucho tiempo, sé que algo has avanzado, te conozco y lo sabes.

—Que malnacido.—

Saroth: Te odio.

Oliver: Sé que me amas, y entiendo muy bien, y esta bien, sé que ella no es una del montón.

Saroth: Así es.

Oliver: Y Alice, que onda con ella.?

Saroth: Ni que onda ni que nada, ella ya es pasado.

Oliver: No escucharas que tiene que decirte.? creo que deberías, así puedes estar tranquila y hacer tu vida de una vez por todas.

Saroth: No quiero saber nada, no importa que haya pasado... lo que me dijo el día que se fue no hay excusas, fue dura y cruel conmigo, yo solo tenia 20 años, ella fue mi primer amor, era nueva en eso, y sus palabras me destruyeron por muchos años, ahora que ya estoy mejor no quiero saber nada de ella ni lo que tenga que decir, no quiero saber nada.

Oliver: Tienes razón, pero no te olvides que te conozco, y sé que tienes que hablar con ella, no te hagas la dura contigo misma, sabemos que tienes que escucharla para poder estar en paz contigo misma y olvidar el pasado de una vez.

—Odio que me conozca hasta mejor que yo misma.—

Saroth: Vete!, debo preparar una reunión, así que vete.

Oliver: Siempre haces lo mismo cuando tengo razón, y no me voy porque me lo pides, me voy porque tengo cosas que hacer.

—Dijo para luego salir de mi oficina, pero a como el abrió la puerta, allí estaba Mia, me paniquie, espero no haya escuchado nada.—

Oliver: Señorita Mia, buenos días.

Mia: Buenos días, señor Miller.

Oliver: Ok, puede pasar.

—Dijo él  haciéndose a un lado para que Mia entrara, ella entró y fue directo a su lugar de trabajo sin mirarme, creo que si escuchó algo. ¡Maldición!. Oliver antes de salir por completo y cerrar la puerta, hizo gesto como si estuviera en problemas, pero que hp, si ella escuchó fue por su culpa. No sabia si ella había escuchado, y quería saber, entonces la llame para pedirle un favor.—

Mia: Sí, señorita Russell,  en que le puedo ayudar.?

—Bueno, su tono de voz estaba normal, eso era buena señal.—

Saroth: Diles a los muchachos que tenemos reunión.

Mia: No se preocupe, ya les dije, ellos la están esperando.

—Ah.?!. Veo que es rápido. Su tono de voz estaba normal, pero estaba muy seria, creo que si escucho algo, pero igual... no fue malo lo que hablamos.—

Saroth: Bien, que rápida, gracias.

—Dije parándome.—

Saroth: Sí quieres puedes venir.

Mia: Gracias, me quedaré aquí.

—Definitivamente ella había escuchado algo.—

Saroth: Esta bien.

—Dije para luego salir de la oficina en dirección  a la sala de reunión, y sí, allí ya estaban ellos esperándome, entré y ellos saludaron.—

-Buenos días, señorita Russell.

Saroth: Buenos días, chicos.

—respondí sentándome, ellos se volvieron a sentar.—

Saroth: Ok, quiero ver que tienen para mí. Quien comienza.?

—Pregunté acomodandome mejor, los primero tres comenzaron mostrándome en la pantalla sus diseños. Siempre hacíamos esto, debía ver que tal eran sus diseños, que tanto habían mejorado, que tanto habían aprendido, y que tanto confían en ellos mismo. A todos ya los había llevado cuando tenía que supervisar a los trabajadores para que vieran como se hacía, porque tarde que temprano serían ellos quien tenían que supervisar en lugar de mí, si ellos estudiaron esta carrera fue porque querían ser profesionales e independiente, y eso se los voy a enseñar, quiero que sean independiente, que yo no tenga que ver sus diseños o estar allí con ellos a cada trabajo que hagan. El primer grupo... al ver sus diseños, habían mejorado bastante, solo unos que otros detallitos que después se los diría. Ahora iba el otro grupa, eran dos grupos de tres personas. Estaba escuchando y viendo a los chicos con atención, cuando siento una mirada, volteo a mi izquierda y era ella que me estaba mirando con su dedo índice rosando sus labios, sonreí, parece que ella ya tomó su decisión sobre nosotras. Al volver a prestar atención a los chicos ellos me estaban mirando, levante una ceja..—

Saroth: Que ocurre.?, sigan.

—Dije feliz. Ella me estaba mirando mientras se tocaba los labios, eso solo me indicaba que me desea, y para mí eso es suficiente. La reunión terminó, los diseños de ambos grupos estaban bien, solo les faltaba algunos detalles, y eso se los diría a cada grupo en privado. Me pare para salir, pero antes les dije..—

Saroth: Los espero a cada grupo en mi oficina después del almuerzo, póngase de acuerdo por cual va primero. Ah!... los diseños les quedaron bien, los felicitos.

—Dije para luego salir. Pude ver la felicidad en sus rostros cuando los felicité, ellos eran jóvenes, y necesitaban de eso para poder estar animados para cada día de trabajo, aunque se que no  necesitaba decirles eso, pero necesito tenerlos motivados para que sean más creativos.  Fui rápido a mi oficina, quería ver que tenían esos labios que ella los estaba tocando, quería saber si podía hacer algo, cuando entré ella estaba en su lugar de trabajo sonriendo a su celular, parece que estaba hablando con alguien, no mentiré... estaba celosa, sí, estaba celosa, no sabía con quién estaba hablando... pero ella le estaba sonriendo al celular.—

Saroth: Parece interesante, con quien hablas.?

—Pregunté entrando a su oficina, ella sin levantar la vista del celular me respondió.—

Mia: Esta prohibido hablar por celular aquí.?

Saroth: No, pero parece divertido. Quien es.?

—Volví a preguntar sentándome frente a ella, ella me miró dejando de sonreír.—

Mia: Se le ofrece algo, señorita Russell.?

—Ella apagó su celular dejándolo sobre el escritorio, con quien hablaba.?—

Saroth: No me dirás.?

Mia: No.

Saroth: Ya te comiste las donas.?

Mia: Así es. Gracias, estaban ricas.

Saroth: Puedo besarte.?

Mia: Que.?

Saroth: Sí, te vi ahora rato, pensé que querías que te besara o que tenias algo en tus labios.

—Dije. Ella se puso roja, sus mejillas estaban rojas, sonreí.—

Saroth: Puedo besarte.?

Mia: Los mejores momentos románticos son los que suceden de la nada, o se hace sin preguntar.

—Y eso que significaba.?—

Saroth: Que quieres decir.?

Mia: No hay mensaje oculto en lo que dije.

—Sonreí, creo que entendí bien, de ahora en adelante no le preguntare nada. Me levante y fue a su lado, tome sus manos y la ayude a pararse.—

Mia: Que haces.?

Saroth: Haciendo lo que entendí de tus palabras.

—Dije y sin esperar que ella hablara la besé. Necesitaba que fuese mi novia de una vez por todas, aunque creo que esto es suficiente para tomarla como tal, lo único que no habíamos hecho era hacer el amor, que de hecho casi ocurre si no nos interrupen, seria absurdo decir que no éramos nada. La recosté sobre su escritorio para profundizar el beso, nuestras lenguas comenzaron una batalla en nuestras bocas. No entiendo, si ambas queremos... ambas nos deseamos, por que no me da la oportunidad de demostrarle que puedo amar a su niña al igual que a ella.?. Nuestras respiraciones estaban agitadas, mis manos querían recorrer todo su cuerpo, al igual que las de ella querían recorrer mi cuerpo, y eso solo significa que nuestros cuerpos pedían algo más, algo que ambas sabíamos, que ambas estábamos necesitando, que ambas deseábamos.—

Saroth: Te deseo.

—Le dije en un suspiro contra sus labios, y no era mentira, la deseaba y bastante. Nos estábamos besando con algo de desesperación, cuando alguien habló, y ese alguien sabía quién era.—

Oliver: Hem, lo siento, pero debo hablar con Saroth.

—Dijo después de aclarar su garganta, nos separamos, Mia me abrazó escondiéndo su rostro en mi cuello, yo la abracé y vi a Oliver con molestia, él solo levanto sus hombros. Espero y sea algo importante, de lo contrario...lo voy a matar, juro que lo mataré.—