En "Prisionera del Sultán", seguimos la vida de Aziza Rai'f, obligada a casarse con Akram Hassan como su segunda esposa. De esta unión nace nuestra protagonista, quien junto a su madre escapa hacia Occidente, donde es criada lejos de las tradiciones de Jaddara. Sin embargo, su destino cambia cuando Akram reclama a su hija de regreso, desatando una lucha de poderes entre el heredero de Burhan Sharif Bakhur y Akram por el control de la desafiante princesa.
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Amor
Aziza miraba el monitor tendría una niña llevaba dos meses en Brasil.
Estaba tan feliz, una hermosa niña se la imaginaba igual a su padre.
La hija de Nazira había nacido un día antes. Era rubia como Andrew y ojos azules, Nazira era castaña de ojos pardos más parecida a su padre, ella era igual a su madre.
Ella quería que su hija se pareciera a Akram con sus ojos oscuros y el cabello negro.
En un mes su hija estaría en sus brazos. Aziza se dirigió a la casa.
Finalmente, se había mudado, Andrew le había conseguido una propiedad era mucho más chica y estaba cerca de su casa.
Podía tener su propia huerta y un hermoso jardín.
Al día siguiente Aziza camino junto a Bahiya a visitar a Nazira y a su bella hija Zahra.
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Mientras tanto Akram terminaba su búsqueda en París, sabía que Aziza había abandonado el país rumbo a Estados Unidos.
Así que esta vez enfocaria la búsqueda de manera diferente.
Por su parte Dalia estaba preocupada, su marido había llevado varias mujeres rubias de occidente pasaban una temporada y luego las enviaba de regreso a su país.
Su casa se había transformado en un desfile de mujeres disolutas y sus hijos crecían con ese ejemplo.
Entonces la noticia que más temía llegó su hijo Vadhir de quince años heredero al trono sería enviado al extranjero
Lo cual no le extrañaba su padre también había estudiado en Londres y los hijos de los jeques la mayoría estudiaba ahí.
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Nazira apretó el volante con fuerza mientras se dirigía hacia la casa de su hermana. El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. El corazón de Nazira latía con fuerza, preocupada por su hermana Aziza, quien había comenzado a sentir los primeros dolores del parto.
Al llegar, encontró a Aziza en el umbral de la puerta, con una mueca de dolor en el rostro. Sin decir una palabra, Nazira ayudó con ayuda de Bahiya a subir a su hermano al auto y comenzó a conducir hacia el hospital más cercano.
El trayecto se convirtió en una carrera contra el tiempo. Nazira mantenía la calma por fuera, pero por dentro estaba llena de ansiedad y temor. Las calles parecían interminables, cada semáforo en rojo era una eternidad.
Finalmente, llegaron al hospital. Nazira estacionó el auto rápidamente y ayudó a Aziza a bajar. Corrieron hacia la entrada, donde fueron recibidas por el personal médico que las condujo a una sala de partos.
El proceso fue intenso y agotador. Nazira permaneció junto a Aziza en todo momento, sosteniendo su mano y ofreciéndole palabras de aliento.
— Respira Aziza, tu puedes le alentó más de una vez
Después de horas que parecieron eternas, el llanto de un recién nacido llenó la habitación, llenando de alivio y alegría el corazón de ambas hermanas.
Nazira y Aziza se abrazaron con lágrimas en los ojos, compartiendo la emoción de este momento tan especial.
Aziza lloro de emoción mientras el médico colocaba a la pequeña entre los brazos de su madre.
— Bienvenida amor mio, Dios te bendiga mi bella Isra..