El Rey Manchado

—¿Estas dudando?, no, no, ya se lo que pasa solo quieres desvincularte de tus responsabilidades, ¡pues no hay vuelta atrás!, ahora debemos fijar fecha para la boda.

Kenric se dió cuenta como ella quería manipularlo, comenzó a sentir cambios en su cuerpo, sus manchas se tornaron oscuras eso ocurría cuando estaba molesto y de pronto comenzó a reír a carcajadas.

—¡Ja, ja, ja! ¿en serio crees que accederé a eso?, de verdad ¿crees que soy estúpido Rose?, no te amo, no quiero estar contigo y no me voy a casar contigo, lo de anoche, solo fue un error, ¡ah y virgen no eras!, deja de hacerte la inocente, pura y casta, lo que si eres es una sin vergüenza , regalada y promiscua, así que deja de manipular con eso y escucha muy bien, la única mujer por la cual daría hasta mi vida es Olive.

Rose sintió furia, sus ojos parecían que ardían, apretó sus puños, comenzó a golpear a Kenric en el pecho mientras gritaba.

—Crees que después de lo de anoche ella te va a querer o perdonar, pues lo dudo Kenric, ella es una maga y ellas no perdonan la traición ni la deslealtad, así que no te va a perdonar, si no te quedas conmigo, tampoco con ella,  además ¿cómo es posible que quieras a esa cosa rara y no a mí?, eres un imbécil, insolente, poco hombre que no eres capaz de asumir tu responsabilidad conmigo, cuando los nobles se enteren te van a castigar.

Kenric volvió a reír sosteniendo las manos de Rose para que no siguiera golpeándolo, enseguida pensó, ¿cómo sabe que Olive es maga?, nadie lo sabia, estaba más que seguro que ella ocultaba algo más, así que decidió molestarla para provocar que saliera alguna bestia, estaba seguro que ella lo era, ya estaba perfectamente vestido, la miró fijo a los ojos con su mirada sombría y le dijo.

—¿En serio crees que tienes tanto poder?, eres insignificante para mí y los nobles me obedecen a mi, tu no tienes poder.

Esto hizo que Rose se ofuscara y se salió de su agarre arañándolo en el rostro, este en su defensa la sujetó por el cuello y apretó con fuerza, ella sintió que le faltaba el aire y comenzó a llorar, Kenric sintió lástima y lanzó con fuerza a la cama, ella chillaba como niña chiquita.

El salió de ahí lo más rápido que pudo, estaba furioso y fue directo a la cocina, comenzó a revisar todo y en una  olla consiguió una infusión aún estaban las hojas, sacó una y la olió y dijo.

—¡Esto fue lo que usaste Rose!, pero lo vas a pagar.

Convocó a todos los nobles y les contó lo ocurrido, Rose estaba presente con su cara angelical, ellos no le creían a Kenric, sin embargo él era el más alto soberano, debían buscar solución.

—¡Quiero que la encierren!—ordenó el manchado con furia en sus ojos—hasta que yo solucione lo de los seres oscuros, después se dará el castigo que merece.

Los nobles estaban en silencio y Rose comenzó a llorar pidiendo clemencia y que la dejarán hablar, uno de los nobles accedió y ella comenzó hablar.

—El abusó de mi, me vió vulnerable por qué estoy sola, y no dudó en hacerlo, me robó mi pureza, ahora debe casarse conmigo para quitar la deshonra de mi nombre.

Todos estaban consternados por las declaraciones de Rose y Kenric tomó de una bolsa los restos de plantas las coloco en agua y le dió de beber a uno de los nobles.

Este lo tomó se sintió somnoliento, luego de un rato sintió sus partes íntimas caliente, sofocado, comenzó a desvestirse delante de todos. Nadie entendía la actitud de este noble y Kenric habló.

Esta planta la colocó en una infusión, me la dió de tomar en la noche, me hizo perder el conocimiento y luego sentí deseo de estar con una mujer y es allí donde entra ella con sus juegos, es una indecorosa, no merece ser llamada princesa. Los nobles no necesitaron más pruebas y Rose fue llevada a los calabozos.

Ella no mostró arrepentimiento, más bien llevaba una sonrisa sombría en su rostro y al pasar por su lado le dijo.

—Te arrepentirás manchado, llorarás lágrimas de sangre.

Kenric simplemente la ignoró y caminó hacia la salida, ese reino quedaría a cargo de los nobles y consejeros, debía arreglar la situación con Olive y seguir acabando con los seres oscuros.

Todo esto se llevó un buen rato, plumitas no había probado bocado desde el día anterior, no podía, sentía que nada le pasaría. Kenric salió hecho una fiera y se subió al carruaje donde se encontraba Olive, ella enseguida soltó varias plumas al aire y paralizó a Kenric, se bajó y se fue a otro carruaje, el de equipajes, estaba desecha, su corazón dolía, no quería intercambiar ni una palabra con él.

Mirando por la ventana del carruaje dejó salir sus lágrimas y desilusión, el viaje era largo y aunque el efecto de la pluma duraría poco, manchas sabía que ella no quería hablar con él. Decidió darle espacio y esperar a llegar a su destino para aclarar todo.

El también iba desecho, molesto consigo mismo, se preguntaba ¿cómo no vió las malas intenciones de Rose?, ¿por qué no se dió cuenta antes?, ¿cómo supo que Olive era una maga?

La noche llegó, así que Kenric decidió quedarse en el Reino amarillo, ya que estaban cerca, para descansar ahí y seguir al Reino naranja, temprano en la mañana.

Olive iba dormida y sintió cuando el carruaje se detuvo, miró por la ventana y era un hermoso palacio, su puerta se abrió era Kenric.

—Se que no quieres hablar conmigo y estás en todo tu derecho, quiero que descansemos está noche aquí, mañana seguiremos al Reino naranja.

Olive no dijo nada, se quedó inmóvil.

—Si no bajas te cargaré en mis brazos hasta el palacio.

Olive frunció el ceño y bajó del carruaje sin mirarlo.

Él quedó dolido por la indiferencia hacia él; sin embargo, sabía que lo merecía.