Ella solo quería obtener el trabajo soñado, ser maestra titular del Colegio Internacional para señoritas, pero solo consiguió ser la suplente, pero no solo eso, nunca pensó tener que soportar a los padres, caprichosos y llenos de poder que harían que la despidieran.
El haría cualquiera cosa para complacer a su pequeña hija, incluso conseguir a su querida maestra.
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Mi estupidez
Camhile
Esa noche no sé cómo pensé en quitarme la ropa y meterme en la piscina techada que tiene la casa, no tenía idea de los problemas que eso me traería, solo creí que el señor Rossi se quedaría con la mujer con quién sale, ya lo ha hecho antes, llega muy tarde se sirve un whisky en la sala y se va a dormir luego, lo he visto todo este tiempo hacerlo, después se va a la habitación de Ghinger y se cerciora si la niña está dormida y luego se va a la suya, pero no lo hizo esta noche, me encontró a mi, desnuda mientras disfrutaba de la música que su hija usará para el proyecto de teatro y de la piscina térmica.
— Buenas noches maestra — sus ojos escanearon mi dorso desnudo y me paralice.
Tape mi pecho al ver cómo se sumergía en el agua y salía con esa mirada lasciva que no había visto en él.
— Qué sorpresa tan … — comenzó a hablar y salí corriendo de ahí, aún sabiendo que me vería completamente desnuda.
Tomo mi ropa y corro a mi habitación dónde mi hija está dormida.
Me meto al baño, no puedo creer la estupidez que cometí. Tapo mi rostro y lo recuerdo, su mirada azul, la manera que curvaba su boca en una sonrisa perversa. Mi corazón late con fuerza y fue difícil poder recuperar la calma durante la noche, y no fue distinto al verlo en la mañana llegar al comedor y sonreír.
— Buenos días — estaba tan nerviosa que al escuchar su voz me sobresaltó.
— Buenos días Papi — responde Ghinger a su padre, yo trato de esconder mi nerviosismo y vergüenza.
— Buenos días señor Rossi — habló y Ghinger me miró, sé que me pidió hace poco que no le dijera nada sobre su proyecto de música, le doy seguridad de que él no sabía nada.
— Maestra, ¿cómo durmió? — escucho que se dirige a mi y mi nerviosismo aumenta.
— Bien, bien…voy a buscar tu jugo Ghinger — pongo de excusa para alejarme de ese hombre, no solo su presencia me incómoda, su mirada y el olor tan varonil del perfume que usa.
Al volver al comedor pensé que estaba más tranquila pero sentía esa sonrisa que tengo grabada en mi mente, perversa y ojos hambrientos que me observan.
Cuando volví de dejar a Ghinger al colegio me sorprendió en la reunión que tenemos siempre donde me pide que tenga con él en su oficina de la casa, para que le haga un informe de las actividades y los deberes de su hija.
Me habló sobre el encuentro en la piscina y mi nerviosismo aumentó, cuando puso en mi regazo mi tanga, la cual había dejado en mi huida abrupta de ese lugar.
Lo ignoré lo más que podía, mi mente trataba de borrar ese incómodo momento. Pero las noches en que el salía con alguna mujer volvía y no dejaba de mirarlo a escondida en algún pasillo, solo para verlo con su chaqueta en la mano, su corbata y su camisa desarreglada luego de algún encuentro sexual que había tenido, por extraña razon sentia un sentimiento de celos. Por alguna razón deseaba ser esa mujer motivo de sus escapadas nocturnas.
Sin embargo, cuando volvía no era un hombre feliz o satisfecho. Siempre tomaba uno o dos vasos de whisky mirando hacia el techo, metido en sus pensamientos luego de quedar desnudo de la cintura hacia arriba y subía a las habitaciones. Creí que no estaba feliz con sus salidas hasta que me dijo una noche
— Hoy vendrá alguien importante a cenar conmigo y Ghinger, una mujer — enfatizó tanto que solo era él con su hija, que lo entendí muy bien.
Mi hija y yo, éramos alguien que sobramos en su mesa.
— Claro señor, lo entiendo — le dije sin mirar, sintiéndome completamente estúpida.
Aunque antes de esa noche le había dejado claro, que lo que vio en la piscina no le daba más derechos de nada, luego que me confesó sin tapujos que me deseaba.
— No puedo dejar de pensarla y desearla… — como idiota me lo creí.
Me fui a mi habitación con mi hija, decidí comer con ella ahí, para no saber que tan bien la pasó con su novia, o su mujer, lo que sea.
El otro día escuche a Ghinger decirle sobre no traer a nadie más y el se quedo callado, creo que la cena no fue como lo esperaba y mas con una niña tan caprichosa, cómo era Ghinger con su padre.
— Debes permitir que tú padre salga — le dije luego que estaba sola haciendo sus actividades del colegio — él es joven y quizás desee casarse otra vez.
Ella me ignora, pero se que lo que hace es analizar todo lo que le digo, para luego decirme una de sus frases que me dejan sin palabras. Que solo Ghinger sabe usar.
— ¿Te gusta mi papá maestra? — una como está.
Lo pienso antes de responderle, se que no me saldré de esta tan fácil.
— Tu padre es un buen hombre y se merece cualquier mujer, pero yo solo soy su empleada. No cumplo con sus estándares — lo se, fui muy explícita ella me mira sin entender.
— ¿Entonces no te gusta? Si el es bueno como dices, ¿porque no te gusta?
Suspiro.
— No dije eso — tomo su carita y sonrió — así me guste tu papá, él jamás me miraría, porque trabajo para él y los jefes no se enamoran de sus empleadas.
Me mira y sus iris azules brillan.
— Si mi papá se enamora de ti, maestra, tú sería mi mamá — me abraza y sus palabras me dejan muda — yo quiero eso, que tú me quieres como quieres a Alison, porque es tu hija.
— Ghinger yo te quiero sin ser tu madre, no necesito ese título porque igual te quiero.
Abrazo su cuerpecito y acaricio su cabello. El apego de Ghinger conmigo no se que es por ese amor de una madre que no tuvo, y que sabe que yo le doy. Sus palabras calaron en mi pecho y me hicieron llorar.
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...No acostumbro a repetir las escenas porque sé que muchos se aburren, pero está vez lo quise hacer así. ¡Necesitamos saber que sentía Camilhe con lo que paso! ¿No lo creen?...
.😂😂😂