Diana es obligada por sus padres a sustituir a su hermana gemela Emma, en su boda con Edwin Zhoa. Un hombre poderoso, pero que odia con todas sus fuerzas a Emma.
En búsqueda de venganza, hará que su faceta fría y dominante se sienta con mayor fuerza. Hiriendo en su camino a la mujer, que sin saberlo, dio a luz a su hija.
Siendo que lo único bueno en su vida es su amada hija, tendrá que hacer frente a las obligaciones que su familia la han impuesto.
¿Podrá el odio y la sed de venganza mermar cuando se descubra la verdad?
¿O el orgullo de aquel hombre valdrá más que la fuerza de los lazos sanguíneos?
¿Podrá ella realmente ser feliz?
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Una orden de Edwin
Antonio solo se inclinó frente a Edwin cómo muestra de su respeto. Enseguida salió del despacho al no volver a escuchar ni una sola orden más de parte de Edwin.
Al llegar a fuera Antonio se encontró con una de las empleadas que llevaba una taza de café al despacho de Edwin. Antonio la detuvo para llevar a cabo una de las órdenes de Edwin.
__ Termina de llevar la taza del café al despacho del señor, al salir deberás arreglar dos habitaciones. Una en la parte de arriba, junto a la habitación del señor Zhoa, la habitación que tiene la vista al jardín y la otra habitación será la habitación que está al fondo de la de ustedes.
___ ¿Contratarán a otra sirvienta?. Si es así, puedo desocupar la habitación que está junto a la piscina, no hay necesidad de mandarla hasta la última habitación. __ Comentó la mujer, sin darse cuenta de sus palabras.
__ No, el señor quiere la última habitación, la más alejada; Así que has lo que se te ordena y no vuelvas a intentar contradecir una orden.
__ Ah, por cierto. La habitación que va junto a la del señor, deberá tener todos los lujos posibles, ya que la invitada será una mujer muy especial. __ Terminó de ordenar Antonio..
La empleada solo levantó los hombres, para después continuar caminando al interior del despacho. La mujer llamó a la puerta por un par de segundos, al escuchar a Edwin ordenarle entrar la mujer se apresuró abrir la puerta.
__ Buenos días señor Zhoa, he traído la taza del café cómo todas las mañanas.. __ Mencionó la mujer caminando al lado derecho de Edwin.
Edwin no se molestó en contestar el saludo de la mujer. Cuando la empleada estaba por retirarse del despacho, Edwin inesperadamente levantó la mirada.
__ ¿Antonio ya te ha dado las indicaciones? __ Pregunto Edwin con mucha seriedad.
La empleada se detuvo y rápidamente volteó a ver a Edwin, pero con la mirada inclinada hacia abajo. Era imposible que alguien se pudiera atrever a ver a su jefe a los ojos. Sería una falta de respeto imperdonable.
__ Sí, señor.
__ Antonio ya me ha dado las indicaciones que debo seguir, la habitación que será junta a la de usted estará lista al medio día, mientras que la habitación que está en la parte de los empleados voy a tardar un poco más en arreglarla, ya que tiene muchos muebles viejos que sacar. __ Contestó la mujer en voz baja.
Edwin solo volvió a bajar la mirada para seguir trabajando. Aunque tenía dudas quién era la verdadera Emma, no iba a tener ninguna consideración con ningún miembro se la familia Wlop.
Así que hasta que no demostrara que la mujer había dicho la verdad y ella no era Emma, sino Diana, Edwin no iba a tener ninguna consideración por ella.
Ante sus ojos, la mujer que se iba a casar con él en pocas horas era Emma, la mujer a la que más odiaba.
__ Señor si ya no hay nada más en que le pueda ayudar, me retiro a terminar con mis deberes. __ Comentó la empleada.
__ Encargarte de solo arreglar la habitación que esta junto a la mía, de la otra habitación será cargo la nueva sirvienta..__ Terminó de decir Edwin, con toda la intención de que Diana, limpie su propia recámara.
La empleada se quedó atónita con la orden de Edwin, ya que, para una sola persona limpiar esa habitación solo, iba a hacer toda una tortura.
__ ¿ Sucede algo ? __ Preguntó Edwin con voz fría.
La empleada solamente movió la cabeza, sin atreverse a decir ni una sola palabra. Después de un par de segundos dentro de la habitación, la empleada salió totalmente sorprendida de lo que Edwin le acaba de ordenar.
__ ¿Sucede algo, Azucena?. __ Le preguntó una de las empleadas al ver a Azucena fuera de sí misma.
__ Trae a dos empleadas más, deberemos limpiar la habitación que está junto a la del señor, antes del medio día, trae las sábanas blancas de Seda, las que son iguales a las del señor.__ Ordenó Azucena con frialdad.
Azucena únicamente tenía menos de unas horas para dejar limpia y lujosa la habitación que se le ha ordenado. Pero también quería limpiar un poco la habitación de la nueva empleada que iba a llegar, ya que ella no creía justo que la nueva chica tuviera que limpiar sola algo tan horrible.
__ ¿Entonces para qué quieres a dos empleadas más? Conmigo sobra, soy muy buena en limpiar las habitaciones de los señores, y más si trata de acariciar algunas cosas finas..__ Respondió valientemente la chica.
Azucena se molestó con las palabras tan tontas que estaba diciendo la chica delante de ella.. Ya que Alma tenía muchas ganas de ayudar, lo iba a hacer, pero no como ella deseaba.
__ Deja de pensar tonterías, ya que tanto quieres limpiar cosas deberás limpiar la última habitación, que está por allá, la quiero impecable en menos de dos horas… Busca alguien que te ayude a sacar todos los muebles viejos e inservibles que hay allí
Azucena se dio la vuelta y subió las escaleras dejando furiosa a la chica. Alma también caminó hasta la cocina para buscar a dos chicas más que le pudieran ayudar a limpiar la habitación que Azucena le ha ordenado…
Azucena no era una simple empleada, era una mujer que llevaba años trabajando para los señores. Desde que llevó, fue la protegida del padre de Edwin, hasta el día en que él murió. Azucena fue la última persona que lo vio con vida.