Hace mil años, en un valle oculto de Nørhaven, se conocia una leyenda que el dragón legendario, conocido como el "Dragón Dorado", nacerá en un "receptor", el oráculo profétizo, que" una joven guerrera lo tendrá en su interior, y solo encontrando a quien su corazón anela despertara".Los clanes idearon una batalla de guerreros, fue cuando el poder de Aria despertó pero.. Su poder aun era una parte,
Aria, una hermosa Joven muy dulce, pero su gran error fue confiar en su amiga Lyra, quien astuta y ambiciosa, llena de celos al ver como los príncipes la querían, motivada por su deseo de obtener poder para sí misma y proteger sus propios intereses, comienza a planear su muerte, lleno de mentiras a los príncipes, culpando de estar aliada con el príncipe Kael, el villano , quien ni quiera la conoce, Muriendo cruelmente frente a todos.
..Pero nadie se vio venir que ese fue su final para el valle, desatando la furia de los dioses, quien dio la reencarnación de otra alma a Aria.
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Te ayudaré
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Llegaron a la guardia con Ely mientras Aria contaba lo que pasó con el Príncipe, pero como si no fuera nada. Ely le hacía bromas a Aria.
Cuando entraron, vieron a los chicos molestos; Javier y Miguel negaban con la cabeza.
– ¿Ocurrió algo? –dijo Ari al ver sus caras.
– Agregaron un nuevo desafío a último momento –dice Javier.
– Jaa, ¿y eso se puede hacer? ¿Qué es? –miró a Lucas.
– Es un desafío de lianas y trampas. Aún estaba en proceso, pero lo aceptaron a último momento –dice mostrándole el diseño.
《 Es como un pelotero al que llevo a mi sobrina… pero a 20 metros de altura 》
– ¿Sacaron los troncos por esto? –preguntó. Todos asintieron–. Puede que estén molestos, pero… ¿acaso no es mejor? –dice Aria.
Los chicos la miraron.
– No podremos, no tenemos tiempo de entrenar. La nueva que tenemos acá está aún en reparación –dice Félix.
– Sí, y hoy encima tenemos que entrenar cuerpo a cuerpo –agrega Tayron.
– Todo porque el Príncipe Darío dio la orden. Es un idiota, seguro él ni pasó la ceremonia.
– Ehhhh, NIÑAS –gritó Aria de brazos cruzados ante todos.
– Ahhh –exclamaron con muecas.
– Félix, eres el más rápido y ágil con las cuerdas; te vi cuando tuviste que hacer las subidas. Tayron, tienes buen agarre en las piernas y resistes; cuando Tay se cayó en la colina lo agarraste en el aire, y fue increíble. –Se puso enfrente. Los chicos se miraban y asentían.– Javier, tienes buena destreza en el tiro y tus reflejos son lo mejor. Ustedes dos –apuntó a Samuel e Ian–, no sé cómo hacen pero se coordinan con solo mirarse. Tay, eres el más alto y de brazos largos y sí que saltas… –Tay rió con los demás.– Y Lucas… eres el mejor guerrero, no hace falta que lo diga. –Suspira.– ¿Dejarán de llorar o nos ponemos a entrenar? Miren, todo lo que tiene ese desafío lo tenemos acá. Podemos armar una improvisación, es lo mismo que nuestros ejercicios. ¿No creen? Solo que está a 20 metros. Pero eso no importa –dice fuerte, casi retándolos.
《 Me recuerdan a mis niños en la academia 》
Ely se tapó la boca al ver el sermón que les dio a los hijos de los guardias más fuertes y al hijo del concejal.
Lucas sonrió mirando a los demás, que asintieron.
– Sabes… eres muy buena compañera, ¿no es cierto muchachos? –Todos dijeron “sí” sonriendo.– Bien, escucharon a la señorita… ¡A entrenar! –ordenó Lucas.
Todos se levantaron y buscaron lo que podría asimilar el ejercicio. Lograron armar un circuito en tierra y empezaron. Se coordinaron: los que más les costaba iban primero y después los más rápidos.
Se ayudaban mutuamente, enseñándose lo que cada uno sabía, y así lograron avanzar hasta el mediodía. Después del entrenamiento de cuerpo a cuerpo, seguirían con la cuerda que simulaba la subida de 20 metros; la ataron al árbol más grande en el patio y la anudaron bien.
Comieron todos juntos en el salón. Ely hablaba con más confianza con Javier, y por ahí sonreían.
– Eres muy buena con las palabras, Señorita Aria –dice Lucas sentándose a su lado con la bandeja.
– Gracias… Siempre pienso que hay solución para todo, menos para la muerte. –《 A menos en mi mundo… no sé si acá puedo decir lo mismo 》
Lucas sonrió.
– Tienes mucha razón… –corta su carne–. Gracias por lo de “gran guerrero”, nunca me lo dijeron de frente y… –Le pica la nariz– Tú tampoco quedas atrás. Eres la segunda mejor –ríe.
– “La segunda” ja ja ja… Eso ya veremos cuando te gane mañana –burlona.
– Jajá, yo aposté por ti, señorita –dice Félix. Aria rió.
– Félix, amigo… eso es traición –dice dolido Lucas.
– Hay que decir la verdad, te pateará el trasero mañana –agrega Tayron asintiendo.
– Yo digo que será un empate –agrega Tay. Así empezaron a discutir quién ganaría y por qué, mientras Aria comía y reía con Ely.
– Seguro le ganará a Crow –dijo Javier.
– ¿Quién? –preguntó Aria.
– No me jodas… Eso sería ilegal, es mitad centauro –dice Lucas con enojo.
《 Mitad centauro… carajo, debe ser enorme… ¿pero tendrá trasero de caballo? Eso quiero verlo 》
– Crow es uno de los mejores guerreros de primera división en el Reino de Valk. Es mitad centauro, gana siempre las ceremonias. Y este año se presentará por décima vez –suspira enojado.– Es un idiota que siempre trata de jugar sucio. No le importan los demás.
– Ari, eso suena peligroso –dijo Ely preocupada.
– Tranquila… No tengo miedo, Ely. No le daré una batalla fácil tampoco. ¿Pero tiene su cuerpo mitad caballo? –preguntó emocionada.
Los chicos se miraron por ese comentario.
– No… eso sería raro. Él solo tiene la fuerza de uno. ¿Por qué pensaste eso? –preguntó Félix.
– Como dijiste “centauro”, me lo imaginé mitad caballo –ríe nerviosa. 《 Ay… estúpida 》
Todos rieron; Aria también, nerviosa.
– Tienes ideas raras, Señorita Aria… Y volviendo a eso: no te sobreesfuerces. Todos acá saben que eres fuerte, no vale la pena si terminas malherida –decía Ely. Los muchachos asintieron.
– La princesa tiene razón. Él es una bestia y, por tal, no dudará en lastimarte, señorita –dice Javier firme.
– Sí, nosotros no nos molestaremos, señorita –dice Tay.
– Te apoyamos, señorita –dice sonriente Félix.
– Gracias, chicos… –sonríe Aria.
Los chicos abrieron los ojos al ver su sonrisa por primera vez; Tay soltó su tenedor pasmado. Félix se puso rojo, subiendo la boca de Tayron, que estaba abierto mientras masticaba sin dejar de mirarla.
Lucas comía sonriendo ladino, miró a los demás y carraspeó, celoso, haciendo que sigan comiendo, aunque él la miraba de reojo.
Después de la comida siguieron con la cuerda. Intentaron maneras de subir con ayuda; como dijo Lucas, los últimos fueron Aria y él, que eran los más rápidos.
Terminaron rápido, pero estaban muertos. Todos cayeron exhaustos al suelo. Ely traía agua con Miguel y algo de comer. Ya era de noche y aún querían seguir para mejorar tiempos y coordinación.
– Bien hecho, grupo… –dijo Lucas agitado desde el suelo.
– Al carajo el Príncipe Darío, ¡por la victoria! –dijo Aria.
Los demás levantaron apenas los brazos.
– ¡POR LA VICTORIA! –dijeron al unísono… y luego soltaron un quejido colectivo. 😩
– Siento mil hormigas en mis brazos –dice Javier.
– Yo los tengo muertos… ahh –dice Tay.
– Quiero un baño y un masaje –agrega Tayron.
– Eso suena increíble. El sauna suena muy apetecible ahora –agrega Lucas.
– Ahh sí… y unas buenas cervezas con una hamburguesa triple mmm –agrega Aria.
– ¿Qué? ¿Hamburguesa? –dijeron todos. – ¿Te gusta la cerveza? –preguntó Lucas.
– ¿Qué es una hamburguesa? –preguntó Javier.
《 Carajo, yo y mi bocota 》 Se pega la frente.
Aria tuvo que explicar lo que era una hamburguesa. Los chicos se les hizo agua la boca solo de escucharla.
– Después podemos hacerlas. Soy excelente cocinándolas… y papas fritas, mmm, un manjar –decía mientras comían alrededor del fuego.
– Eso suena bien, puedo ayudarte –dice Tayron.
– Sí… y yo puedo conseguir las cervezas. Conozco un amigo que tiene una cantina –Tay.
– Mírate, Tay… todo un loquillo –dijo Aria, haciendo que rieran.
– Yo también quiero ayudar. Te ayudaré a hacer la carne, Ari –dice Ely feliz.
– Claro que sí, copito. Solo no te la comerás… te vigilaré –dijo burlona. Ely rodó los ojos.
Javier rió.
– ¿"Copito"? –preguntó.
– Es algo que Ari me dice de cariño. No me molesta –dice Ely.
– Sí, busca el tuyo, Señor Sonrisas –le picó Aria, abrazando a Ely. Javier entrecerró los ojos; sabía que lo hacía a propósito.
– Juegas sucio, señorita –agarró la mano de Ely para que se acercara más. Ely estaba roja como tomate.
– No te la daré fácilmente, Javier. Para que lo sepas, es mía –la tironeó hacia ella.
Javier: –Ella también es mía… –dijo celoso.
Ely abrió los ojos sonrojadísima. Se le declaró y él ni cuenta. Aria soltó una carcajada.
– Huy… alguien se declaró –movió las cejas pícaras. Javier se quedó rojo; tomó a Ely de la mano para llevarla a otro lado. Necesitaba declararse bien.
Los demás rieron al verlos.
– Sabes… haces estallar a la gente. Pobre Javier debe estar súper avergonzado –dijo Lucas.
– See, creo que me pasé –se rascó la cabeza Aria.
Los demás rieron.
– Déjalo, no hiciste nada malo. Se notó que no se enojó. Lo conocemos: fue como si lo ayudaras a dar su primer paso –dice Félix.
Todos asintieron. Después de comer, Aria esperó a Ely en el carruaje. Ese día no vio a Kael en todo el día, pero no lo sacó de la mente.
《 Tonta… ya te emocionaste. Solo fue una charla 》
– Perdón la demora –dice Ely entrando al carruaje.
– Nos vemos, princesa –Javier dejó un beso en su mano. Ely sonrió muy feliz.– Igual para usted, señorita Aria… y perdón si me exalté y la saqué de ese lugar bruscamente –se disculpó.
– Tranquilo, a veces soy muy insoportable –dice Aria sonriendo ladina.
Los demás se despidieron, y Lucas volvió a dejar un beso en su mano… esta vez Aria no lo sintió raro.
《 Sí… está coqueteando conmigo. No puede ser. Él y Kael me están poniendo loca 》 suspiró.
Ely le contó en el camino la confesión de Javier. Aria estaba feliz por ellos y solo rogó que él sea bueno y la valore.
– Me alegro por ti, Ely… ¿Se lo dirás a tus padres? ¿No te casarán aún, verdad? ¿Tus estudios? ¿Te apoyará? ¿Sabe de eso? –Aria ya estaba en modo Carlota.
– Ari… respira. Él… –sonríe– me apoya en todo. Y no me casaré aún, es muy pronto. Me dijo que me esperará hasta que termine mis estudios y después se verá. Pero quiere que seamos novios –se tapa la cara, brincando en el asiento.
– Jajá, si te vieras, Ely… Me alegro mucho, amiga –la abraza.– Se salvó de que lo quemara vivo –burlona.
Ely rió. Llegaron a la casa de Aria, se bañaron y fueron directo a contar su día a María y Ricardo, que estaban terminando de comer. Les dieron postre y se fueron a acostar.
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•• Ese mismo día, en la sala de tronos ••
– Lamento la demora, Príncipes. El oráculo llegó –dice el guardia.
Un hombre de alrededor de dos metros, impecable, con un torso ancho, traje negro y algunas runas marcadas en los brazos entró. Sus ojos completamente blancos y su piel pálida le daban un aspecto imponente.
Los príncipes estaban en la mesa circular, sentados en sus respectivas sillas, y en medio una dorada aún vacía.
– Mis Altezas, es un honor volver a verlos –su voz era misteriosa, grave, casi helada.
– ¿A qué se debe su gran visita, Oráculo? –dice Darío, molesto. 《 Pensé que era una mujer… hubiera jurado que escuché que era mujer 》
Kael lo miró de reojo. Hoy recibiría el informe de las tierras del norte, pero todo apuntaba a que estaban siendo ocupadas por traidores.
—Quiero solicitar estar en la ceremonia. Sentí la presencia de un poder muy fuerte en la Espada Dorada —dijo el Oráculo moviendo sus manos con una suavidad inquietante.
Los príncipes se miraron. No podían negarle el acceso.
—Sí, puede venir, Oráculo. Tendrá un lugar al frente con nosotros —respondió León.
—¿Y nos dirá quién es la joven? ¿O solo dará palabrería de acertijos otra vez? —resopló Darío.
—Ten respeto. Y siéntate bien, no viniste a un bar —lo cortó Kael con una mirada de muerte.
Darío apretó los dientes, bajando los pies.
«Idiota… no veo la hora de que el valle sea mío. Te voy a dejar en la ruina, Kvalir.»
—El destino será revelado cuando la espada la reclame. Solo así lo sabrán —respondió el Oráculo—. No puedo decir quién es. Su poder es muy fuerte y se niega a mostrarse. Es algo magnífico.
—Pura palabrería —bufó Darío.
León y Kael se miraron. No podían soportarlo: era un niño, un caprichoso codicioso incapaz de reinar.
—No me sorprende —dijo León con frialdad—. No entiendes palabras de adultos.
Kael sonrió ladino. Darío lo miró con odio.
«Otro bastardo que llevaré conmigo… como a su estúpido padre.»
—¿Es todo? —preguntó Darío prepotente al Oráculo.
—Por hoy… sí —respondió este con calma, inclinándose—. Un futuro muy doloroso se acerca para él… inquietante.
La reunión terminó. El primero en irse, sin saludar, fue Darío.
—Es un niño. No entiendo cómo el Concejo sigue sus órdenes ni cómo aceptaron que reine —dijo León.
—Lo sabes igual que yo. Rosa fue la causante. Solo que no hay pruebas de ese “querido Darío” y el Rey —respondió Kael.
—¿Hoy irás con el concejal? —preguntó León.
Kael asintió.
—Si necesitas algo, avísame. Yo también quiero ayudar —dijo León.
—Gracias, príncipe. Justo iba a pedirle que me acompañe. Quiero mostrarle algo.
León aceptó y salieron juntos.
Kael le mostró las notas e ideas de Aria, y León quedó impresionado.
—Es increíble… y ese maldito lo sabía y no te dijo nada —frunció el ceño—. Tenías que ver cómo hablaba cuando vio los juguetes de Ferrot.
Ferrot era un temible verdugo, a cargo de Kael para obtener información de los presos. Nadie conocía su rostro real excepto él.
—¿Dijo algo? —preguntó León.
—Muchísimo. Lo suficiente para no confiar más en ese bastardo de Darío. Y… lamentablemente, tu padre sabe de todo esto —dijo Kael.
—Viejo decrépito… —León golpeó el asiento—. Cuéntame todo. Si tienes pruebas, serán de ayuda para sacarlo de la corte de una vez por todas.
Kael asintió y le contó lo que sabía. La rabia de León creció. Ya nada bueno esperaba de su padre. Después de la muerte de su madre, él nunca estuvo presente: mujeriego, apostador, derrochador. Casi llevó el reino a la ruina. A los 18, León tomó el trono con esfuerzo, ayudado por Kael y el Rey César. Quitó el dinero que su padre cobraba y devolvió las deudas. Desde ese día, la relación murió. Al ver que su padre casi lo mataba, León despertó su poder y Bolt. Desde entonces fingió mala relación con los Kvalir solo para vigilar los pasos de su padre y de Darío.
El límite fue el rumor de que su padre rondaba a la Reina Rosa y de un posible hijo con una ramera. La mujer pidió que le diera poder para nombrar a ese niño heredero. Era ilegal por sangre real. León se negó, pero prometió ayudar al niño con techo y comida, sin saber el calvario que vivía. Él daba la mitad del dinero… pero el padre debía hacerse cargo del resto, cosa que nunca cumplió.
El escándalo estalló cuando, en plena madrugada, la mujer y el ex–rey llegaron al castillo, ambos borrachos y cubiertos de vergüenza.
León vio al niño: golpeado, sucio, flaco, apenas con ropa.
—Es tu hermano, quieras o no. Debes tratarlo como a un rey —dijo la mujer, empalagosa, pero llena de interés.
—Con lo que le doy, no debería estar así. Tú solo quieres dinero para tus horrendos vestidos y tus noches de bebida en ese burdel —gruñó León.
—¡Cómo te atreves! Yo amo a mi hijo —intentó tocar al niño, que se alejó aterrado.
—No soy idiota. Él no merece esta vida. Y tú no eres capaz de ayudarlo —escupió León—. Solo eres un idiota con bolas que no se contuvo.
—Ten respeto —gruñó el ex–rey.
—¿Respeto? ¿A ti? ¿A ti? ¡Yo soy el futuro rey, malditos idiotas! —sus ojos brillaron con poder.
Ambos temblaron ante su aura. El niño se encogió como una bolita.
León bajó la rabia y se acercó al pequeño.
—Sé que estás asustado… sé cómo se siente. Pero si deseas algo mejor, puedo ayudarte —le extendió la mano.
El niño lo miró con lágrimas. La mujer lo miró con odio.
—Si decides cambiar, ellos nunca más te harán daño. Te lo prometo. ¿Aceptas?
—Lo… juro —susurró débilmente.
—¡No puedes sacármelo! ¡Es mío! —gritó la mujer forcejeando.
—Te prometo que nunca más los verás si no quieres —dijo León tomando al niño en brazos. Estaba frío, mojado, con ropa rota.
—Guardias, sáquenlos. Tráiganme al doctor y al concejal. Esto es maltrato y abuso —ordenó con furia.
—¡Cielito, ven con mamá! —gritó la mujer.
El niño la miró… recordó el dolor, los insultos, los golpes… y se aferró más a León.
—La odio —susurró.
—Maldito niño, debí matar...— la mujer no terminó porque León la abofeteó.
– Idiota, lo que haces es una crueldad – bosifero
Otra bofetada fue para su padre.
—No me hables de crueldad, rata podrida. Vete antes de que haga contigo lo que tú le hiciste a mi madre —dijo con los ojos rojos.
El ex–rey sintió terror. No podía hablar.
Los guardias los expulsaron con advertencia de muerte. León consiguió la custodia legal y el niño, Isack —que hoy tiene cinco años— vive como un príncipe. León lo adora, y Kael lo aprecia como a un hermano menor.
Ahora, con pruebas para derribar al padre de León, ambos estaban listos para actuar.
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Less dejo a los hermoso Jóvenes del grupo de Aria, espero les guste la historia, dejen sus Mg y comenten me gusta leerlos 🤗🤗
Félix
Tayron
Tay
Samuel e Ian

lo intenté, llegué hasta este punto de la historia solo porqué la historia, la trama es buena, pero tantos errores gramaticales y de redacción, cansan honestamente, hacen que la lectura sea tediosa, el solo hecho de que en menos de 2 párrafos el mismo personaje tenga escrito de 2 o 3 formas diferentes el nombre, sumado a muchos otros detalles, hacen que el interés en la historia caiga.
Le aconsejaría a la autora, que antes de sacar una historia a la luz, lo lea y revisé con ojo crítico y si es posible que alguien más lo lea y le haga las críticas, entiendo que está es una plataforma gratuita y no puedo pedir una Ágatha Christie o un John Katzenbach o similar, pero si que las historias tengan un poquito de mejor redacción